Capítulo 6: Vergüenza

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El hermano de Leslie, Christian, nos llevó al lugar donde Leslie deseaba ir.

Las calles ya estaban oscuras, yo iba en el asiento del copiloto mientras Leslie gritaba las indicaciones desde atrás, a veces golpeaba a Christian, y a veces se ponía atrás de mi para acomodar mi cabello o me decía que me volteara para acariciar mis pestañas con su dedo.

Tenía algo de frío, la noche estaba algo fresca y el aire acondicionado del auto estaba a todo lo que da.

Siento que terminaré deformando la falda si la sigo jalando así, y siento mi entrepierna terminará exprimiéndose por el short tan apretado que me prestaron.

—¡Aquí es!—Gritó Leslie desde mi oído—¡FRENATE! ¡DIJE QUE AQUI ES!—Insistió Leslie gritando a todo pulmón.

—¡YA VOY!—Gritó igualmente a todo pulmón Christian frenando el auto de golpe—Ya bájate vieja apestosa, a ver si mucha prisa—Molestó Christian.

—Apúrate y bájate—Leslie golpeó mi hombro para que me apurara.

Le hice caso, tome mi celular en mis manos y abrí la puerta.

En cuanto Leslie y yo bajamos del auto, Christian arrancó y se fue, dejándonos en medio de la calle.

—Tengo frío—Confesé al sentir la fresca brisa adentrarse en mi descubierta blusa.

—Aguántate—Me regaño—Párate derecho, hombros atrás, no muestres inseguridad—Leslie puso sus manos en mis hombros y los hizo hacia atrás—Camina, es una larga noche—Ella me empujaba para hacerme caminar.

Estaba bastante oscuro en la calle, pero se podía oír la gran cantidad de gente que yacía dentro del establecimiento, y se podía ver claramente la fila millonométrica para entrar.

Había un montón de gente haciendo fila para poder pasar, gente en su celular esperando turno o gente fumando que habían salido para tomar algo de aire.

El ambiente desde afuera podía sentirse que era muy pesado.

—Ahora yo no me llamo Leslie, para que nadie me reconozca llámame Cecy, y tú te vas a llamar Raquel ¿Entendido?—No tuve de otra mas que asentir.

Ella me llevó con un señor que estaba a dos lugares de pasar.

—Hola~—Soltó de repente Leslie melosa contra un señor que nunca ha visto en su vida.

Fue una conversación extraña de parte de esos dos, Leslie alzaba con orgullo sus pechos falsos y parecía que encantaba a ese extraño, el cual, sin ninguna clase de objeción y con tan solo un intercambio de palabras, nos cedió su lugar en la fila.

Lo mismo pasó con el guardia de la entrada, el cual estaba cobrando para entrar, Leslie hizo voz melosa y presumía sus pechos sin vergüenza, así que el guardia del lugar no solo no nos pidió identificación, sino que tampoco nos cobró por pasar al lugar.

No pude evitarlo, sentí bastante impresión al ver como encantaba a los hombres por sacudirse un poco y hablar coqueta. Me impresionaba tal poder que yo desconocía, y como este la hacía conseguir todo lo que quería.

Cuando entramos, el olor a cigarro inundó mis fosas nasales, entrecerré mis ojos para ver entre tantas personas y humo, y vi como nosotros, o mejor dicho, Leslie, pasó a ser el centro de todas las miradas de los hombres al rededor, y algunas de mujeres con ceño fruncido o mala cara.

Leslie era una coqueta.

—¡Vamos a la barra!—Me grito para que la escuchara entre el bullicio y toda la gente.

Yo asentí en respuesta, dejé que tomara mi mano y que me arrastrara hasta el lugar propuesto.

Cuando Leslie intentaba pasar, las personas abrían paso para que caminara tranquila y la barrían con la mirada, le sonreían coquetos, o se limitaban a disimular, fingir que no la vieron por respeto a sus parejas.

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