Capítulo 10: Desdicha

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Ha sido una semana pesada por lo que ha pasado en la fiesta de casa.

Las burlas al respecto no habían parado desde ese día, y el bullying lógicamente tampoco.

Mateo tampoco la ha pasado tan bien en casa, ya que esta castigado de por vida por la fiesta, y tiene prohibido casi hasta respirar, pero igual eso no le ha evitado hacer nada.

-Me das asco-Soltó Damián, empujándome, ya que me lo he encontrado por milésima vez en el día-Tú y tu estúpida cara me arruina el día-Me ha empujado, y me ha quitado mi mochila-No necesitas tu mochila de niño ñoño, te haré un favor y la alejare de ti por un tiempo-Él no quería devolverme mi mochila, donde tenía los libros de mis siguientes clases.

-Los necesito-No podía irme sin mis libros-Por lo menos dame los libros de la siguiente clase-El fingió meditarlo.

-Bien-Obviamente mintió-Si es lo que tanto quieres, toma tus libros-Tomó impulso y me golpeó con mi propia mochila, haciendo que caiga sentado al suelo por el golpe de libros.

En el suelo, me sobé un poco, pero no hubo tiempo de levantarme, ya que me había pateado, haciendo que quedara tendido en el suelo.

-No deberías contradecirme, conoce tu lugar y desaparece o mátate-Me golpeó-¿No vas a decir nada?-No me lo decía a mí, se lo decía a Mateo.

-Para nada-Mateo ha estado atrás de Damián, pero no me iba a defender-¿Quieres que te diga algo? No le pegues en la cara, por su culpa estoy castigado y si mis papás lo ven más golpeado me cuelgan-Realmente no le preocupaba yo.

-¿No eres muy malo con el? Ayúdalo-Era obvio que Damián no quería que me ayudaran.

-No jodas-Respondió-Por mi, que se lo lleve el diablo-Lo dijo con demasiada honestidad.

-Puedes tener tu mochila-Me la aventó de regreso-Y me quedaré con esto-En sus manos, tenía un manojo de hojas, que vendrían siendo mi tarea.

Suspiré fingiendo resignación, y agradecido a tener una tarea diferente a la que me robó, ya que durante esta semana, se le ha estado haciendo costumbre robar mis tareas.

-Por favor regrésamela - Rogué un poco, para que no sospechara, últimamente, ha estado un poco más agresivo de la cuenta, y si sospecha que tengo un repuesto de mi tarea, hará lo que sea por arruinarla.

Damián me golpeó a puño cerrado por ultima vez, y tomó su camino con sus usuales amigos.

Suspiré resignado en el suelo, me sangraba la nariz de nuevo, y me siento bastante mareado por los golpes.

Me quedé un rato acostado en el suelo, esto hasta que llegó un profesor.

-¿Que hace ahí tirado?-Me preguntó el profesor, mirándome sin mucho detalle-Levántese del suelo, ya no está en primaria como para quedarse dormido, tal y como un borracho de parque-Me regañó.

-¿Me ayuda?-Extendí mi mano para que me ayudara a levantarme, pero no la tomó.

-Por supuesto que lo ayudo, si tantas ganas tiene de jugar pues váyase a jugar a su casa, pase por una suspensión con el coordinador, allá le explica a él la situación-No estuvo dispuesto a ayudarme a levantar.

Suspiré, me senté en el suelo, limpié la sangre que salía de mi nariz, y me puse de pie.

-Pasaré a la enfermería primero-Aclare, sacudí mi mochila, y la puse en mi espalda, para después ir al lugar ya dicho, a paso rápido ya que es receso, y me regañarán si llego tarde a clase.

Me apure en ir a la enfermería. Leslie ha estado algo obsesionada con mi pronta recuperación, le agrada salir conmigo maquillado, y no puede hacerlo ya que he tenido mi rostro deformado por los golpes durante estos días, pero gracias a mis detallados cuidados, la hinchazón ha bajado bastante, per Damián últimamente parece fuera de quicio, antes por lo menos tenia la decencia de no pegarme en la cara, y últimamente parece querer matarme.

MonstruosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora