Capítulo 14: Oportunidad Arruinada

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Damián se siente algo mal de lo que ha pasado.

Raquel, el amor de su vida, no se siente cómoda con el.

Damián está tan preocupado, no sabe si logrará que Raquel lo ame tanto como el la ama a ella, además, por su infelicidad ahora está herida.

Raquel, o Isaac, como prefieran, lleva un rato inconsciente; la adrenalina y fuerza de hace rato le cobraba una cara factura, tanto que al momento de ser forzado a meterse al cuarto de Damián, se ha desmayado del agotamiento y principalmente de dolor, ya que su pierna era la que mas caro le cobraba factura.

Damián no sabía que hacer, la fuerza e independencia que tanto admira y adora de su inconsciente víctima ahora es el impedimento principal para hacer de su amor algo mas próspero.

Es frustrante, pero Damián está dispuesto a todo por ella, está dispuesto a darle su tiempo y dejarla adaptarse, está decidido a hacer de esto un amor recíproco, y realmente desea el día en el que esa hermosa princesa, en este momento postrada en su cama, pueda ser su esposa y pronuncie sin vergüenza el tanto amor que se tienen uno a otro.

Damián lleva rato mordiéndose las uñas, ya que, está tan nervioso de que la pierna de su amada princesa no pare de sangrar a causa del cuchillo que ella misma se clavó.

Suena estúpido, pero Damián ha preferido no jugar al doctor e intentar reparar el daño, ya que, es consciente de que no es lo suficientemente inteligente como para no matar a su amada por intentar arreglarlo todo.

Al Damián saber que no es capaz de lograrlo, ha actuado con mediana inteligencia y ha hecho lo que le pareció mas lógico. Pedir ayuda.

El timbre de la casa de Damián ha sonado. Por fin.

Damián se ha apurado, bajando las escaleras como rayo y abriendo la puerta de golpe, y metiendo a su ahora cómplice adentro de su casa de un jalón, para después cerrar la puerta.

—No me jales—Mateo, quien aún no sabe lo que realmente quiere Damián, se ha quejado por el poco amable recibimiento de su amigo en su casa—Perdí 200 pesos en el carro, ayúdame a buscarlos, compramos una botella, y llamamos a Aarón para que traiga dinero también, que Aarón llame a las de primero, y si los demás se quieren unir que traigan tambien dinero, y pues tu vas gratis porque tu vas a recoger—Planeó Mateo, pensando que por eso lo han llamado tan noche en viernes, para tener un buen rato y celebrar su victoria del partido de futbol, pensando que su amigo no ha tenido suficiente con la celebración de después del partido.

—¿Alguien mas sabe que estás aquí?—Mateo no podía recibir a nadie en su casa al tener un enorme secreto en esta.

—No—Seguramente regañarían a Mateo por tomar prestado el auto mientras esta castigado y por no tener licencia, pero no, nadie sabe donde esta por ahora.

—¡Es muy importante! Nadie puede saber que estás aquí, y tienes que guardar un secreto—Mateo se sintió importante al ser parte de un secreto, no sabiendo aún en lo que lo estaban enredando, y pensando que su amigo poseía algo de diversión ilegal, refiriéndose a drogas o algo de ese estilo.

—Soy muy bueno guardando secretos—Juró Mateo, aunque realmente no era tan bueno guardándolos—¿Tienes refresco? Desde hace rato que yo quería refresco pero no pud...—Mateo iba a divagar a la cocina, pero Damián no tenía tiempo, le urgía la ayuda de su amigo para solucionar el problema, no tenía tiempo para tonterías o jugar.

A jalones, Mateo fue arrastrado escaleras arriba en dirección a la habitación.

Todo era divertido para Mateo desde antes de llegar a la habitación, pensando que harían algo divertido o que le mostraría algo especial, pero la diversión se acabó al ser abierta la puerta de la habitación de Damián.

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