Capítulo 17: Desesperación

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Leslie y Christian se encuentran en una terrible crisis desde ayer.

Su amigo ha desaparecido.

Por alguna razón, el que se siente peor al respecto es Christian.

¿A quien engaña? Ama a Isaac, lo adora, y por este hecho no puede calmar a su consciencia.

Para Christian es obvio, algo horrible le ha pasado a Isaac, y todo es culpa de Damián.

Es obvio que Damián le hizo algo a Isaac, no lo han visto desde que se fue con el, y esto hace sentir terrible a Christian, "Si lo hubiera cuidado mejor" o "Si tan solo lo hubiera acompañado" eran las frases que torturaban a Christian desde ayer.

—Deja de llorar...—Susurró Leslie, acariciando la espalda de su hermano—De seguro está bien, hay que ser un poco más optimistas—Leslie no era buena siendo optimista, ya que lloraba junto con su hermano.

Si Isaac estuviera bien, por lo menos contestaría su teléfono, o siquiera su familia sabría algo de el.

Christian y Leslie fueron a preguntar por Isaac a su casa, pero ahí tampoco sabían nada de el, y lo unico que consiguieron fue alterar a la madre de Isaac.

La policía tambien ya fue informada de esto, pero no buscarán a Isaac hasta 72 horas después.

Es frustrante y horrible, el saber quién tiene a Isaac pero que nadie pueda hacer nada al respecto.

No podía hacerse más que tomarse el asunto a mano propia, por lo cual, Christian y Leslie comenzarán a investigar ¿Dónde es que Damián tiene a Isaac?

Por otro lado, Damián y Mateo bañan a Isaac inconsciente en una tina.

La mañana de hoy fue toda una aventura.

Mateo despertó a las 4 de la mañana pegado a su hermano, pero eso era lo de menos, lo importante es que robó la camioneta de su madre para venir a casa de Damián.

Mateo se fue con su ropa en la mano a toda prisa y condujo desnudo a su casa para que su madre no se diera cuenta del robo del vehículo y de su desaparición.

Sin decencia, Mateo no se puso ni siquiera su ropa interior, de inmediato se metió a su casa y se bañó en el baño de su cuarto.

Después de bañarse y celebrar que Damián ya era suyo, se durmió, pero a las 8 de la mañana fue levantado por las desesperadas llamadas de Damián.

Isaac tenía fiebre y no despertaba.

A pesar de haber estado metido toda la noche en casa de Damián, Mateo se vio obligado a regresar.

Esta vez Mateo avisó donde estaría y fue llevado a con Damián.

Al llegar, el pobre Damián estaba desesperado, el pobre ha intentado levantar a Isaac para darle de comer, pero por mas que lo agitaba, el no abría los ojos, y después de tanto alboroto se dio cuenta de que ardía en fiebre.

Mateo al escuchar lo que pasaba y al ver a su hermano todo sudado, aun desnudo y lleno de semen, lo mas sensato que le pareció fue bañarlo, esto para intentar bajarle la fiebre y limpiar sus heridas del pie, del pecho, y de la cabeza, además de quitarle ese fuerte olor a prostituto.

Mientras Damián lavaba el cabello de Isaac con mucha espuma y shampoo, Mateo se enfocaba en limpiar el interior de su hermano con agua y una botella, introduciendo agua dentro de el y usando sus dedos para que saliera el agua diluida con semen.

—¿En serio me hice pipí? No lo recuerdo—A Mateo ya le contaron lo que le hizo a Isaac ayer.

—Mis sábanas huelen, si lo quieres comprobar—Mateo estaba demasiado concentrado para apenarse por lo que hizo—¿Crees que a tu hermano le guste el pay de manzana?—Damián muere porque Isaac despierte y lo abrace de felicidad cuando vea el pay de manzana que le compró.

MonstruosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora