Capítulo 7: Pijamada

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¡Esa traidora!

Leslie le ha dado su teléfono a Damián ya que yo no le quise pasar el mío.

Estaba algo frustrado, molesto, y con una sensación de escalofríos por la ropa descubierta.

Estoy molesto con Leslie, aunque se que no debería estarlo, ya que, ella no ha hecho nada malo.

Estoy molesto con Leslie por darle su numero de teléfono a Damián. Realmente no tengo por qué estar molesto, ella no sabe que EL específicamente es el que me tortura en la escuela.

También estoy molesto con mi hermano, aunque tampoco debería, pero de tan solo pensar que puede ser tan amable con una desconocida y a mí tratarme todos los días como basura me molesta. Quisiera golpearlo.

—Era muy guapo—Dijo Leslie cuando salí del baño, ya que habia entrado en este para cambiarme, ya que me quedaría a dormir en su casa—El del bar—Intente fingir que no escuche eso e ignore su comentario.

—Dame una toallita—Leslie se quitaba el maquillaje con una toallita, por lo cual yo le pedí una para hacer lo mismo.

—No cambies de tema—Se rio—Estaba idiotizado por ti—No me agradó su comentario, mas bien, no me agradó la idea.

—No lo creo—Negué con notorio desagrado en mi voz.

—Tienes suerte—Se rio—Le pasé mi número de teléfono viejo, podemos volverlo a ver—Leslie tenía todo planeado.

—No lo quiero volver a ver—Aclare—Y quisiera que tu tampoco lo hagas—Leslie frunció el ceño, le molestó mi comentario.

—Por que te molestas conmigo si no te he hecho nada—Leslie se cruzó de brazos en su silla.

—No estoy molesto contigo—Aclare, ya que Leslie se estaba molestando también—El fue el que me golpeó y me metió al bote de basura—No tuve de otra mas que decírselo.

Le terminé contando todo, el como mi vida de secundaria se fue al caño por mi hermano y sus amigos, omitiendo los detalles, y el como verle la cara a Damián no me hacía ni un poquito de gracia.

—Y eso que tiene que ver—Parece que Leslie no escuchó mis 25 minutos de explicación—Tu hoy no eras Isaac, tu hoy eras Raquel, y si eras una persona diferente, no veo por que no podrías salir con el—Entendí su punto, pero me niego a seguirlo.

—No quiero—Me crucé de brazos y hice un puchero.

—Muy tarde—Ella se agachó, abrió un cajón, rebuscó en el, y me aventó un celular, el cual yo por reflejo y suerte logre atrapar—Le di ese numero diciendo que es tuyo, tómalo—En cuanto escuche eso se lo aventé de regreso.

—Que asco, no—Limpié mis manos con mi ropa—Si ese loco se entera que soy yo es muy capaz de matarme—La idea de el matándome a golpes me causó escalofríos.

—Tienes razón—Pensé que el tema habia concluido, pero no fue así—Si se entera que hoy le pidió el numero a un hombre trans y que ese hombre trans eras tú de seguro te mata—Ella volteó toda la situación.

—No se va a enterar si no lo vuelvo a ver—Me defendí.

—El ya tiene el numero de este teléfono—Lo levantó y lo presumió—Hagamos algo, si te habla, le contestas, y si no te habla, no insisto mas con el tema—Apostó.

—No me va a hablar más, pero si lo hace igual me niego a contestar—Me negué a su apuesta.

—Entonces así queda—Me ignoró.

—¡No decidas tú sola!—La regañe—Es un animal sin cerebro, no quiero ser su amigo—Exprese.

—Parece que no ves películas—Me regaño—Lo enamoras, se hacen novios, le dices que eres hombre, y te ríes en su cara frente a todos. Fin—Ella me entregó el celular en la mano.

MonstruosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora