Capítulo 27

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Victorie

Acabo de volver a la casa de Emily después de unas instensas compras en las que lo único que Emy compraba era ropa provocativa.

—Haber, ¿cuál prefieres, el azul o el rojo?— me enseñó dos vestidos distintos. Uno estrecho y largo y el otro corto.

—Ponme en situación...— se sentó en la cama.

—Oliver me va a llevar a una cita sorpresa...¡ No sé si es a cenar, o a la discoteca o cualquier sitio!— se pasa las manos por el pelo y se tira de espaldas a la cama.

—Emily...—me senté a su lado—¿Cómo os conocisteis Oliver y tú?

—Evan me lo presentó en primero de instituto...—frunció el ceño.

—Me refiero a como empezaste a dentro algo por el, ¿Por la aplicación no?—asintió lentamente—Bien, pues a él le gusta tu forma de ser, le gustó esa chica con la que hablaba y no tenía ni idea de quién era, no sabe si se esperaba a una quinceañera, una universitaria, una anciana...se enamoró de ti sin saber quién eras, así que ¿Tú crees que le importa tu forma de vestir?

Se sentó— tienes razón— miró los dos vestidos—me pondré el azul, gracias Vicky—cogió mi cara con las dos manos y me dio un beso en la mejilla.

—¿Cuándo vendrá a por ti?— miró el reloj de su mano.

—¡En quince minutos y ni siquiera me he maquillado!— se fue corriendo al baño y yo me reí de ella.

Entré al baño detrás de ella y saqué de mi neceser mi maquillaje. Le tendí el maquillaje y mientras ella se pintaba yo la peinaba una trenza de raíz de lado.

Un mensaje le llegó a su móvil y cuando lo vio, se levantó del váter.

—Ya está aquí— cogí sus manos.

—Tu tranquila y sé tú misma— asintió y salió del baño. Cogió sus tacones de aguja del armario y bajó por las escaleras.

Me asomé por la ventana de su cuarto y les vi. Oliver le daba un beso en la mejilla y esta se pasó un mechón de pelo por su oreja.

Subieron al coche y se fueron hacia el sur.

Me hacía mucha ilusión que Emily al fin fuera feliz, se había convertido en mi mejor amiga y en mi hermana postiza.

Mi teléfono empezó a sonar, estaba cargándose en la mesilla de la cama y me estraño leer el nombre de la pantalla.

¿Qué cojones quería Andrea?

La cogí por pura curiosidad.

—¿Qué quieres Andrea?

Papá está en el hospital.

Mi corazón empezó a palpitar demasiado deprisa, sentí como mi mundo se derrumbaba.

—Dime en que hospital está.

***

Le pedí a la madre de Emily que me llevase, tenía la cabeza en otra parte.

¿Y si le había pasado algo grave?¿Y si no salía de esta?¿Qué nos iba a pasar a mi hermana y a mi?

Puede que no soportase a mi padre, pero era mi padre joder, aunque tuviésemos nuestras diferencias le quería.

La señora Jones me dejó enfrente del hospital y lo único que pude preguntar era donde estaba ingresado Matthew Bristol.

Sala 43, 23...37...40...43.

Entré sin preguntar y me encontré a mi padre en la camilla despierto con moratones por todas partes.

Mi hermana estaba sentada en el sofá con los ojos llorosos y yo lo único que pude hacer era suspirar.

Al menos estaba vivo, eso era un avance.

—Vicky...—su voz era débil.

—Me vas a contar ahora mismo que ha pasado para que estés así—mi voz no salió fuerte ni decidida, sino débil y  entrecortada.

—Lo siento mucho.

—¿Qué sientes papá? ¿Qué has hecho esta vez?— caminé a la camilla con lentitud.

—Fui a jugar y me ganaron...me negué a darles el dinero y me dieron una paliza...

—¿Cómo saliste de allí?

—Tuve que pagarles con otra cuenta...

No no no no, no puede estar hablando de ESA cuenta.

—Dime que no es verdad— estaba temblando.

—Lo siento hija, te he defraudado.

Me llevé la mano a la boca. Estaba llorando, y la rabia se apoderaba de mi.

—¡Eres un gilipollas! ¡Ese dinero era mío! ¡No tenías ningún derecho a cogerlo!— quería romper algo, necesitaba golpear algo.

—¿No ves que papá está en el hospital? Deberías de dejar de ser una egoísta y primero preocuparte por su salud— miré a mi hermana y juro que la quería estrangular.

—Escucha niña pija, ¿Acaso sabes para qué era ese dinero? ¿Acaso sabes la importancia que era?— su silencio me bastó como respuesta—¡Ese dinero eran para mis estudios, para poder tener un futuro como todos los demás y darles a mis hijos una vida mejor de la que papá nos ha dado!

Decidí que estar alli era una perdida de tiempo. Me di la media vuelta y cerré la puerta de un golpetazo.

Le odiaba a muerte, ya me ha arruinado completamente la vida ese cabrón.

Doble Apuesta © ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora