Me mudaron de nuevo "al lado". Phillip pintó este cuarto de amarillo y construyó una pared para transformarlo en dos cuartos. A mí me dio el que no tiene ventanas.
Una noche, antes de que naciera el bebé, Phillip vino al lado mientras yo veía la tele. Dijo que algo estaba sucediendo. Tenemos que irnos de la casa. Yo no he dejado este lugar desde el día que me secuestraron hace dos años. Le pregunté qué estaba pasando, pero me ignoró y dijo que prometía mantenernos a mí y al bebé seguros y que lo tenía que escuchar. Dijo que alguien le mencionó que iban a allanar la casa y por el momento no era seguro quedarse aquí. Dijo que me cubriría la cabeza con una manta y me llevaría a la camioneta. Yo estaba cansada y no quería ir. ¿Qué opción me quedaba? Él controlaba todo. Dijo que Nancy nos estaba esperando en la camioneta y tenía todo listo. Le pregunté si me podía llevar algo, y él dijo que no y que si todo salía bien, me estaría trayendo de nuevo a casa pronto. Me levanto y me cubre con la manta. Tengo mucho miedo. ¿Y si le pasa algo qué ocurre? ¿Yo qué haría? Siento que pierdo el aliento. Debo respirar lentamente y convencerme de que todo va a estar bien. Me lleva afuera a la camioneta, me subo a la parte de atrás y antes de poder preguntarle dónde quiere que me siente, me dice que me meta debajo del asiento trasero y que él va a poner unas cajas delante del asiento. ¡Ay Dios mío, eso es ridículo!, pienso por mis adentros. ¿No me puedo sentar en aquella esquina? Dice que sería peligroso. ¿Peligroso para quién? Pero no le discuto; simplemente me meto debajo del asiento. Es medio difícil porque mi panza se está arrastrando contra el piso y me lo hace más difícil. Tengo miedo de lastimar al bebé. Me retuerzo en busca de una posición cómoda. Finalmente resuelvo permanecer de lado y un poquito hacia delante porque el asiento es un poco bajo. No hay mucho espacio para moverse. ¡Estoy tan incómoda! ¡Quiero estar en mi cama! Escucho cómo se enciende la camioneta y da marcha atrás en el camino de entrada. Me pregunto hacia dónde nos dirigimos. Phillip cree que la gente lo puede oír cuando habla, así que más temprano me dijo que cuando me hablara, sonaría como si le estuviera hablando a Nancy. No quiere que nadie crea que hay otra persona en la camioneta.
El viaje parece interminable. ¿Hace cuánto que estamos andando? ¿Qué hora es? Cuando nos fuimos estaba oscureciendo, pero ahora está totalmente oscuro, en especial debajo del asiento. Me debo haber quedado dormida porque al despertar, la camioneta está parada. Él me ayuda a salir. Me tiene que jalar para afuera un poco porque estoy acalambrada de estar en la misma posición durante tanto tiempo. Qué alivio es no estar más debajo del asiento. Todavía es de noche afuera. Estamos parados frente a una casa rodante. Man- tengo la cabeza gacha mientras entramos. Los escalones son muy empinados. Hay un sofá en el living y me dice que me puedo sentar ahí. Me siento y él y Nancy dan una vuelta por el resto del lugar. Él vuelve y me pregunta si necesito algo. Le pregunto dónde estamos. Dice que la casa rodante le pertenecía a una amiga llamada Virginia. Ella se murió y se la dejó. Le digo que realmente necesito usar el baño. No me puedo aguantar mucho desde que estoy embarazada. ¡Lo sigo a un verdadero baño! ¡Qué alegría! ¡Hace tanto que no uso un inodoro al que le puedo tirar la cadena! ¡Y un lavabo con agua corriente para lavarme las manos! Salgo y me dice que debería volver al sofá. ¡Yo quiero explorar! Explorar una verdadera casa, ¡ha pasado tanto tiempo! Puedo ver una cocina y hay cuartos atrás. Pero vuelvo a sentarme sobre el sofá. Pido agua y Nancy me la trae. Phillip dice que nos quedaremos la noche acá porque la casa no es un lugar seguro. Me pregunto qué estará pasando en la casa. ¿Habrá gente en la parte de atrás revisando mis cosas? Me pregunto qué estará ocurriendo. Phillip cierra la puerta de entrada con llave y dice que puedo dormir en el sofá y que él y Nancy estarán en el cuarto de atrás. Me toma un tiempo dormirme con todas las preguntas flotando por mi cabeza, pero en algún momento lo logro porque cuando me despierto ya es la mañana siguiente y Phillip y Nancy están hablan- do en la cocina. Deben haber estado esperando que me levante. Cuando lo hago, me dicen que me van a dejar acá por unas horas así pueden ver qué está pasando en la casa y pueden traerme comida. Él dice que me puedo levantar para ir al baño, pero que es mejor para mí si me quedo en el sofá y duermo. Me dijo que todo estaría bien y que no me asustara porque él volvería. Me asustaba tanto pensar que no volvería y me dejaría acá por siempre sola. ¿Qué haría acá sola y embarazada? Comienzo a llorar. Le digo que no me quiero quedar sola, que tengo miedo de que pase algo. Él seguía diciendo que tenía que ir para asegurarse de que la casa estuviera bien y él y Nancy volverían con algo rico para comer. Así que se fueron él y Nancy y escuché el clic de la cerradura. Intenté dormirme, pero el sueño no llegaba. Finalmente me levanté para ir al baño. Pensé, Ya que estoy de pie, bien podría ver el resto del lugar. Sé que me dijo que no lo hiciera, ¿qué hay de malo en echar un vistazo? Camino de puntillas por el pasillo y pienso, ¿Y si se entera? Sabe tantas cosas. ¿Y si sabe que di una vuelta? La curiosidad gana. El primer cuarto al final del pasillo es de buen tamaño, pero lo único que tiene es un colchón en el piso. Hay otro cuarto en frente del baño. Parece una terraza encerrada. Qué lindo sería si algún día este fuese mi cuarto y el de mi bebé. Phillip dice que encontrará la manera de entrar esto al patio trasero para que lo podamos usar. ¡Tendríamos un baño y una cocina completa! Ay Dios mío, sería tan increíble. Espero que encuentre la manera de lograrlo. Vuelvo al living. Todos los muebles aquí adentro se ven tan viejos y polvorientos. Aunque la cocina sí está bastante bien. Abro el refrigerador y sueño con poder usar esto todos los días. Siempre tener comida disponible, ¡qué alegría sería eso! Finalmente me instalo en el sofá y me quedo dormida. Me despierto con el sonido de la puerta abriéndose. Por un minuto, me asusto. ¿Y qué si no son ellos? Pero sí lo son y estoycontenta de verlos. Trajeron chile con habichuelas. Nancy lo calienta en la cocina y me sirve un tazón acompañado de una tortilla. Phillip dice que ahora es seguro volver a casa, pero solo cuando oscurezca afuera. Se van al fondo a dormir una siesta y yo me quedo en el sofá y espero. Estoy dentro de mi mente, pensando cómo había sido mi vida. Una de las maneras que tengo para mantener vivo mi pasado dentro de mí es revivir memorias. No me quiero olvidar de mi familia en casa. Temo un día olvidar cómo se ve mi mamá. Su imagen ya esta borrosa en mi mente. Pronto llega la noche y Phil está listo para partir, pero nuevamente parece nervioso. Dice que le parece mejor si damos un par de vueltas más en la camioneta antes de ir a casa. Yo solo quiero ir a casa. ¿Qué pasa que cree que no podemos ir? Nuevamente no me contesta. Me vuelvo a subir a la camioneta debajo del asiento. Después de la primera vez, ya sé qué esperar aquí abajo, pero eso no lo hace más fácil. Luego de un rato dando vueltas, me comienzo a sentir muy mal. Les digo que creo que voy a vomitar. Phillip para el auto al costado del camino y Nancy viene atrás con una bolsa plástica. Me dicen que me aguante un rato más. Yo trato pero el movimiento del auto me hace devolver mi almuerzo de habichuelas. La bolsa es demasiado pequeña para contener todas las habichuelas. Estoy en un ángulo muy malo para vomitar y no tengo mucho lugar para maniobrar. Me siento mejor después de vomitar, pero ahora tengo que permanecer en este revoltijo asqueroso. Finalmente Phillip anuncia que estamos en casa. Nancy viene atrás y agarra la bolsa y limpia el resto del vómito en la alfombra. Salgo con una sonrisita avergonzada y digo, "Lo siento mucho". Pienso, Eh, no es mi culpa. Sigo sin entender por qué anduvimos tanto. Pero claro está que no digo nada por el estilo, no le hablaría de esa manera a él. Estoy contenta de que estamos en casa. Me limpio y me cambio la ropa y me voy a dormir en mi cama. Phillip dice que sea lo que fuere que estaba ocurriendo, ya pasó y por ahora no hay nada de qué preocuparse.
Reflexión:
Sigo sin saber qué pensar de aquel día. Simplemente estuve contenta cuando terminó. Siempre pensé ser el tipo de persona que va donde la lleva el viento. Mi mamá dice que mi apodo era "el Toro" cuando era pequeña, pero eso no lo recuerdo. Ella dice que yo era muy testaruda cuando se trataba de algo que realmente quería; que me plantaba en mi lugar y era muy perseverante sobre lo que sea que fuera. Nunca me consideré una persona testaruda, pero al mirar hacia atrás puedo ver algunos instantes en que parezco haberlo sido. Al principio preguntaba mucho sobre todo. Creo que siempre fui una persona curiosa. Aprendí cuándo dejar de hacer preguntas desde el principio con Phillip. A veces el no hacer preguntas hacía que las cosas fueran más fáciles. El abuso verbal de Phillip era muy eficaz. Aunque me hubiera gustado recibir algunas respuestas directas a mis preguntas, aprendí a no cuestionar demasiado porque la respuesta que recibiría sería larga y al final me haría olvidar cuál había sido la pregunta. El hecho es que tengo muchas preguntas como: ¿De quién era la casa rodante que usamos esa noche? ¿Qué creyó él haber oído? En realidad, ¿qué fue lo que le pasó a la persona que vivía allí? Quizá nunca sepa las respuestas a estas preguntas.
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Una Vida Robada
De TodoEn el verano de 1991, yo era una niña normal. Hacía cosas normales. Tenía amigos y una madre que me amaba. Era como tú. Hasta el día en que me robaron la vida.