El libro del origen

9 2 0
                                    

El funeral, la caravana y la coronación oficial de Vane, se llevaron a cabo durante los siguientes seis meses.

Me recupere con éxito, todo parecía volver a la tranquilidad, cada semana visitaba la tumba vacía de Elios, un ataúd vacío por el difunto rey que se desvaneció. 

- Se que no puedes escucharme, ni hacer nada, pero... te extrañamos, querido hermano.-

No podía ir a ningún lado, sin la escolta que Eclipse había designado para mí y el zorrito de Yael continuamente me seguía.

- Sir, Dylan.- suspire.- Usted debe de informarle todo a mi hermano ¿no es así?.-

¡He buscado la puerta de las rosas por todo el sótano del castillo! ¡Gracias a este hombre, mis esfuerzos son en vano!

- Así es, princesa.- respondía taciturno, ¿acaso no sabe lo que es reírse?.- 

Bufe, me cuidaba día y noche, odiaba esto, el era parte de la elite especial de Eclipse, hace unos años, en una expedición, mi hermano había descubierto a más extranjeros de este mundo, pero eran un grupo al que pertenecía al clan "sombra", todos ellos parecían carecer de color, y literalmente se desvanecían en las sombras, eran guerreros innatos y al parecer, su líder había perdido contra mi hermano y finalmente le juraron lealtad.

Pase mi día con normalidad, en las noches, aunque me custodiaba practicaba a solas mi corrupción, descubrí que puedo hacer varias cosas con ese poder, gracias a las platicas de Yael, logre hacerme invisible por mi cuenta. Mi única falla ¡no tengo resistencia física!

Al caer la noche, era momento de hacerlo, me concentre y como de costumbre, sentí un ardor en todo mi cuerpo pero al dirigir mi vista al espejo, no estaba visible. Deje la ventana abierta a propósito, así que, salte un repentino viento lleno de pétalos florales me ayudaron a tener un aterrizaje a salvo.

Corrí silenciosamente, después de todo lo ocurrido, la guardia real había sido sometida a un examen de habilidades y muchos caballeros habían sido despedidos, otros regresaron a la escuela de entrenamiento y otros más fueron contratados por Eclipse. 

Por orden del Rey, todo esto había sido para restarles poder a los nobles, así el palacio real mantenía el mayor poder en todos los aspectos. 

Me escabullí por el palacio hasta llegar a las escaleras para el sótano, estaba utilizando el recorrido de los empleados, baje silenciosamente esta vez, el sótano tenía una mazmorra, por esa razón, Sir Dylan, limitaba mucho mis recorridos por el sótano.

Suspire, y pase los pasillos húmedos de piedra, desde un almacén de comida, hasta pequeñas salas llenas de papeles antiguos. Llegue a la vieja mazmorra, aquí mis hermanos hacían los interrogatorios. Mi corazón comenzó a golpear mi pecho, al ver las hileras de las "sombras" que vigilaban los pasillos de la mazmorra.

Me cuide mucho de pasar justo al medio de estos mismos, lentamente. 

- ¡Hey!.- 

Me quede quieta, trague saliva, esa era la voz de Eclipse.

- ¿Donde esa, Vincent?.- 

Un guardia contesto cortésmente, pero justo antes de irse, se detuvo.

- Ese olor..- murmuro, me pegue a un muro para verle, el olfateaba ¡Hermano, pasar demasiado tiempo con la manada de lobos te hará daño!.- 

- ¿Qué sucede, príncipe?.- hablo, Vincent que llego al momento.-  

- Huele a rosas.- 

- Tal vez una de nuestras guardias se aficiono con el perfume.- bromeo Vincent.-

- No es cualquier perfume de rosas, Vincent.- el observo detenidamente el pasillo.- Es el olor a rosas que utiliza mi hermana.- 

Todos los guardias abrieron sorprendidos los ojos, inclusive yo, ¡Eclipse, te amo! ¡Pero debería de considerar cambiar mi perfume!

Entre en pánico.

- Tal vez, su majestad, extraña mucho a su querida hermana, ¿no dijo que paso por el jardín quela princesa frecuenta?.- Vincent sonrió amable.-

- Tienes razón.- suspiro.- sígueme, tenemos trabajo que terminar.- 

¡Gracias, Vincent!

Ambos se retiraron, yo me apresure a salir del gran pasillo, luego de girar en un gran laberinto de pasillos, me tope con unas escaleras demasiado fúnebres, las antorchas apenas iluminaban ese pequeño pasillo, baje lentamente y me tope con un muro.

- ¿¡Qué!?.- 

Me decepcione al ver el muro de piedra, justo acabar las escaleras, eso explicaba porque no tenían guardias aquí, seguramente, los quisquillosos de mis hermanos lo consideraron una falla en la arquitectura. Toque la pared, que para mi sorpresa, no se sentía fría como el resto del sótano, estaba caliente al tacto. 

Pase la mano por la superficie, un golpe de bajo oxigeno me sorprendió, mi tiempo para usar mi habilidad había terminado. ¡Ese maldito poder que me cobra factura! pero, la pared se volvió tranquilamente transparente, mi mano apoyada la traspaso junto con todo mi ser caí de cara a un suave pasto.

¡Pasto! gire mi rostro viendo a mi alrededor, una enorme caverna se extendía por todo el palacio Agnes. Me gire y la roca volvía a ser solida. Camine lentamente recuperando mi aire, este lugar estaba lleno de arboles, de hojas blancas, pero me sorprendió ver las enormes estanterías que colgaban de sus fuertes ramas. 

¡Es una biblioteca!

Sonreí, camine torpemente hasta llegar al camino de piedra tallada, parecía en perfecto estado todo este lugar, las rosas blancas florecieron alrededor de todo el camino, las luciérnagas comenzaron a revolotear a mi alrededor, parecía que el lugar me daba la bienvenida. Seguí el sendero de piedra, hasta donde los arboles terminaban, una gran circunferencia en el centro de la cueva, llevaba a una gran fosa, me asome pero era imposible verle el fondo, pero varias cascadas desembocaban ahí, ríos de un agua brillante amatista que salían de entre los arboles decoraban el lugar.

Me sorprendió ver que el camino de piedra que yo creía terminado, comenzó a construirse frente a mí hasta la torre que sobresalía en el medio de la gran circunferencia, conforme más avanzaba un enorme cristal apareció encima de aquella torre. Un gran rombo amatista, brillaba y giraba lentamente.

- Debes de ser la fuente de la corrupción.- parada frente al cristal, lo observe, emitía una ligera temperatura, me percate de una ruptura que tenía.- ¿Estas roto?.- faltaba un pequeño fragmento al centro.-

El cristal brillo y se comenzó a abrir, como si de una flor se tratara y al centro un libro de cuero, parecía usado. Lo tome y el cristal se volvió a cerrar.

- ¿Este es libro?.- dude...-

- ¡Te tardaste demasiado princesa!.-

Grite por el repentino regaño de Killian, estaba frente a mí cruzado de brazos, flotaba y me veía molesto.

El héroe que se convirtió en villanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora