La conspiración

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La mañana golpeo el rostro de Genaro con una intravenosa y una fila de parches en el brazo, a su costado María se mantenía con oxígeno mientras Vicente dormía en la silla. Giro nuevamente la mirada, en busca de alguien más familiar y se topó con su amigo quien también dormía. Cerró los ojos intentando aclarar su mente.

"Nuestro hijo" esa frase se repetía en su cabeza una y otra vez. ¿Cómo fue capaz de ocultarlo? Se preguntaba sintiendo el dolor en su pecho. No es que su sueño más grande fuera ser padre, pero se sintió tan poca cosa al saber que fue omitido de su existencia como si no valiera nada.

Ese niño creció con una madre amorosa y seguramente pensó que su padre no le amaba, o quizá pensaba que alguien más era su padre, ¿Cómo fue posible que le hiciera eso? ahora lo entendía "Tengo tanto que perder"

La enfermera llego dándole el alta. No cruzo ninguna palabra con los presentes. Solo se vistió y camino por el hospital hasta el área de pediatría. En ese pasillo Alba y Jacob le miraban como si fuera un deforme. Camino frente a ellos sin decir una palabra, Beto le indico cual era la habitación donde estaba Rubén y Alana para después entrar. Cerró la puerta sin girarse. No quería gritarle, pero sentía que le habían roto en mil maneras. Alana lo miraba mientras acariciaba la cabeza de ese pequeño pelinegro que dormía profundamente.

-Está bien, solo respiro mucho humo, y tienen que revisarlo para ver que no le afectara sus pulmones- Alana se mordía los labios al ver como Genaro se sentaba del otro lado de la cama para tomar su manita entre sus manos- Gracias... si le hubiera pasado algo me moría...-

-¿Cómo se llama?-

-Rubén- contesto- tiene los ojos esmeralda, igual que tu...- y la voz se le hacía pedazos

-¿Cuándo lo supiste?-

-El día del rodeo, el mismo día que Pamela me dijo que estaban comprometidos-

Genaro guardo silencio, no podía mirar a Alana, quería poder entender lo que había pensado, y quería poder poner todo en perspectiva, pero cada palabra le dolía, cada engaño cada mentira. ¿Cómo pudo guardar ese secreto tantos años, como podían todos mirarlo y no decirle?

-¿Tus padres...?- y ella negó con la cabeza limpiando su nariz con el dorso de su brazo

-Mis padres no saben quién es el padre, tampoco Mis tíos, solo los gemelos, mi hermano, Adán y Sergio, el, él fue el primero que lo supo, ni yo sabía que estaba embarazada de no ser por el colapso que tuve después de ser descalificada. No quería que te hicieran daño, mi padre lo tomo muy mal... creí que me mataría a golpes- y esa frase oprimió por demás el corazón de Genaro.

La podría ver rogando piedad al mismo diablo, intentando cuidarle la espalda. Después de todo ella lo creía comprometido, ella creía cosas que no existían.

-¿Por qué nadie nunca me dijo que tenías un hijo?-

-Porque nadie lo sabe, por eso vivimos aquí, porque tenía miedo de ti, de tu familia, de mi propia familia, no quería que...-

-¿Te pidiera abortar?- y Alana miro hacia otro lado avergonzada- o quizá que me lo llevara ¿Crees que soy así de desgraciado, crees que sería tan poco hombre-

-No sabía nada, tenía 22 años, y un hijo, no creas que no lo pensé, pero no podía hacerlo, después de todo, yo te amaba... y él es el ejemplo de que un día nos amamos...-

Genaro estaba a punto de perder la cordura, pero antes de que eso sucediera la puerta tras de ellos se abrió, dejando pasar a ese viejo francés en guayabera seguido de su ya conocida escolta personal.

-Tenemos mucho que hablar- dijo invitándolos a sentarse ambos en el pequeño sofá negro de la habitación mientras su achichincle le acomodaba la silla- sé que tienen muchas cosas cursis que decirse. Pero primero lo primero- suspiro abriendo la carpeta- El incendio en el rancho fue provocado, la perdida fue total, el ganado fue robado y la siembra... que puedo decirles, perdimos todo querida- Genaro vio como la chica se desarmaba a su lado, no importaba el enojo, la amaba, y verla así le dolía- Y esa no es la peor parte, la peor es que ha sido a posta, alguien lo hizo con toda la intención-

-¿Tienen alguna pista?- pregunto Genaro- porque yo podría jurar saber quién fue-

-Creo que todos tenemos el mismo nombre en la boca, pero no podemos decirlo así nada más, necesitamos pruebas, ya tengo gente en ello-

-¿Por qué me odia tanto? ¿Es por un hombre? Yo jamás lo busque de vuelta- dijo como si Genaro no estuviera presente

-Querida... creo que esto va más allá de todo lo que puedes imaginar- Y por primera vez en su vida vio morirse de nervios a su tío- Tu padre tiene 4 hermano, Tomas, Santiago, Magdalena y Pedro...-

-Pedro no era el capataz- y Belmont negó con la cabeza

-La razón por la cual tus padres te mantuvieron lejos de todo y Dios me perdone por romper el secreto es porque hace mucho tiempo Pedro se enamoró, se enamoró tan perdidamente de alguien que no pudo soportar ver como la perdía en brazos de su hermano...Su frustración fue tanta, fue enorme, tanto así que quiso acabar con todos los que sintió lo merecían. Obviamente no lo logro y pago su culpa en la cárcel. Ahora es solo un viejo, pero sus hijas son jóvenes, y están resentidas. Y supongo que al ver que tenías todo lo que ellas creen merecer... los malos genes no nos dejan mija-

-Me estás diciendo que mamá y papá tuvieron un amorío a ojos del hermano de papá y este les intento matar-

-A grandes rasgos podríamos decir que si-

-Me quiero morir- dijo poniéndose de pie

-Al menos ya vi que las mentiras son de familia- intento sonar cómico sin lograrlo- lo siento, mal chiste-

-¿Lo sabias?- Se giró Alana hacia él quien solo asintió- ¿Por eso evitabas las confrontaciones?-

-Era más fácil darle por su lado que abrirle paso hacia tu persona, yo sabía que ella buscaba que tú lo supieras, aun cuando todo eran maquinaciones suyas-

-Quemo mi casa, con mi familia, con mi hijo dentro ¿Creen que sepa de Rubén?- pregunto llena de miedo

-No lo sabemos, por eso, siento mucho lo que diré, pero... debes regresar a casa, en La ilusión estarás a salvo, o quizá en las cumbres, parece broma pero Las Palmas es un lugar seguro, medio pueblo nos debe favores y cualquier movimiento en falso nos lo dirían-

-En Houston, yo movería a mis hombres- comento Genaro- de día y de noche no permitiría que se les acercaran-

-Pero mi padre...-

-Te lo dije antes, se los digo ahora, no le tengo miedo al diablo...- y ambos lo miraron sorprendidos- es verdad que estoy molesto y que tardare un tiempo en procesar todo, pero acabo de recuperarlos y prefiero morir antes que volver a perderlos, no importa lo que pase, pero me niego a quedarme de pie mientras alguien les apunta al cuello-

-Supongo que debemos tener un plan- dijo Belmont mientras Alba entraba en la habitación. 

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