— Cuentan las leyendas que hace muchísimos años atrás, el supremo mayor daba la bienvenida a su primer hijo, a su primogénito; alguien con una belleza inmaculada e inigualable, alguien que fue dichoso con dones que nadie más podía tener; su llegada hizo que las trompetas sonarán en lo más alto del cielo y los padres de aquel niño sean completamente felices por tenerlo con ellos; era una bendición como muchos lo llamaban; su madre la diosa mayor no podía tener hijos y junto a su esposo se resignaron a estar solo los dos, pero un día ella despertó más reluciente que otros días, su cuerpo estaba raro y se sentía más cansada de lo normal, al principio creyeron que podría ser una enfermedad, pero era imposible que una inmortal como ella tenga problemas que solo los mortales tenían; eso dejó de importar cuando los síntomas se hicieron presentes y en los cielos se escuchó las felicitaciones por un nuevo ser que estaba en camino, nueve meses después el llanto de un bebé se escuchó y los supremos le dieron la bienvenida a su futuro lider.
— ¿Cómo era él?— preguntó alguien interrumpiendo el relato.
— Ese es el detalle; aquel niño era diferente a todos; era completamente incontrolable, tenía la sonrisa más bonita jamas vista y todos terminaban cayendo ante él cuando hacía caritas lindas, los años fueron pasando y él se convirtió en un adolescente con una melena indomable, cabellos castaño claro completamente ondulados, vestía túnicas blancas y según dicen su belleza seguía pulcra y reluciente, era la imagen perfecta de un pequeño Dios, a él le gustaba molestar a las personas y sabía que podía a tener a cualquier persona a su merced cuando lo deseaba, además tenía un montón de propuestas de matrimonios, pero el Dios supremo lo dejó a su decisión, él quería que su único hijo sea realmente feliz con la mujer que él deseara.
— ¿Qué pasó después?— interrumpió otra voz.
— Él no quería a cualquier persona, él quería a alguien que lo amara por como es y no por su extraordinaria belleza, así que debido a sus caprichos bajó del cielo a la tierra, y al no conocer a nadie empezó a tener miedo hasta que alguien lo ayudó, alguien que no le trató como todos en el cielo lo trataban, alguien que era indiferente hacia él, aquel era un joven que pertenecía a la guardia real de ese reino, lo ayudó, le dio de comer, se preocupó por él cuando había enfermado y sin realmente darse cuenta se volvieron cercanos, pero no todo podía estar bien, los Dioses no estaban se acuerdo con que su futuro líder entablara relación con alguien que tenía las manos manchadas de sangre inocente, así que lo mandaron a llamar; sin embargo, el adolescente se negó completamente a volver, queria quedarse al lado del guardia, esto obviamente enojó al supremo mayor y le amenazó para que vuelva a los cielos, el chico se enojó y no tuvo más opcion que volver.
— ¿Se volvieron a encontrar?
— Sí, él se convirtió en un apuesto joven y en uno de sus cumpleaños pidió de regalo que le dieran permiso para volver a la tierra por unos cuantos días, debido a su insistencia sus padres aceptaron, pero no contaron con la inteligencia de aquel joven, al llegar a la tierra el soltó el jade que le permitía la interacción con los del cielo renunciando a volver con ellos, y fue en busca de la persona a la que amó siempre.
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Emperador
FanfictionEn la antigua Corea, donde los reinos predominaban y estos tenían la suerte de tener inmortales para el cuidado de los futuros gobernantes; aquellos que darían la vida para cuidar de sus príncipes. El inmortal de renascent creía que sería fácil, él...