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Capítulo 8. Mentiras

Ni una llamada o mensaje, desde que llegue del mall con Scott, no eh recibido noticias de Derek, sé que no me vio pero aun así, ¿somos novios?, ¿o no?, la verdad ya no lose, pero no creo querer escuchar una explicación me quedo muy claro todo, lo que más me duele es saber que todo lo que pasamos fue solo un juego.

Me siento devastado, usado, triste, enojado, no podía creer que él me hiciera algo así.

Estaba en mi habitación con la cabeza escondida en la almohada, Scott a tratado de animarme desde que llegamos pero ahora lo único que quiero es, estar solo. Escuche una melodía, gire mi cabeza y vi mi celular soñar encima de la mesita de noche y fue cuando lo vi en la pantalla *sourwolf*, la foto que tenía de contacto fue la última salida que tuvimos antes de que empezaran los problemas, mis ojos se llenaron de lágrimas al recordar ese día.

El sonido no se detenía, apenas se detenía volvía a llamar.

-Deja de llamar por favor...- dije en un pequeño murmullo que se quebró por mis sollozos.

Dejo de sonar, pero empezó a vibrar como loco, fastidiado lo tome y pude ver lo desesperado que estaba pero no caería de nuevo, o no.

*Conversación sourwolf*

-Stiles, ¡¡¡contesta!!!
Enviado a las 20:33

-Contesta el maldito teléfono...
Enviado a las 20:33

-Mierda, ¿Stiles estas bien?, ¿porque no contestas?
Enviado a las 20:34

-Estas enojado porque no salimos hoy.
Enviado a las 20:34

-Ok, entiendo no quieres hablar está bien...llámame cuanto puedas.
Enviado a las 20:36

-Te extraño...
Enviado a las 20:37

-Te amo...lo sabes ¿verdad?
Enviado a las 20:40

*Fin de la conversación*

Al leer el último mensaje, volví a romper en llanto, ya no sabía que creer en él, yo de verdad lo amo, y nunca dejare de hacerlo, pero no creo que él me ame como tanto dice, esto no puede continuar así. Esto tiene que terminar, sólo espero no arrepentirme.

*A la mañana siguiente*

Desperté cansado, y con un gran dolor de cabeza, me sentía debatido, me dirige al baño y cualquiera se asustaría sólo de verme, mis ojos rojos, ojeras a más no poder, me veía sin vida, pero es exactamente como me siento. Me dirige a la ducha y abrí el agua caliente, necesitaba un baño relajante. Sentía el agua correr por mis músculos que se encontraban tensos, lo necesitaba, necesitaba despejarme olvidarme de todo.

Salí media hora después, tenía que ir a la Universidad, aunque ya sólo falten dos clases para finalizar. Salí de la habitación ya vestido, observe que el mesa de la sala había una nota de Scott.

*Te deje el desayuno hecho, sólo calienta lo, en el microondas. Todo saldrá bien hermano, no te preocupes....Te quiero*

Sonreí, agradecía que Scott no fuera a despertarme cuando se fue a la Universidad, él sabía cuándo necesitaba mi espacio por eso le aprecio.

Abrí el microondas y en efecto, en un plato había unos huevos estrellados, beicon cocido. En la estufa se encontraban unas tortitas en fin era todo un desayuno americano, la verdad no era la hora ya para comerlos pero tenía demasiada hambre, así que lo calenté y me fui a sentar a la sala, para ver un rato la televisión.

Una vez, que termine y me cepille los dientes, me dirige al estacionamiento para tomar rumbo a la Universidad, la verdad es que no tenía ganas de ir, pero era la última semana y las asistencias valían mucho, no podía darme el lujo de reprobar alguna materia.