9.

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Hinata

Este era apenas el comienzo, haría que Naruto se arrepintiera de haberme dejado, y para eso debía encargarme de los estorbos.

En silencio y cuidadosamente entre al baño, ese idiota no tenía ni el mas mínimo cuidado pues dejaba escapar sus jadeos. Pero de una forma u otra, eso facilitaba mis planes.

Saque mi celular y comencé a grabarlo colocando cuidadosamente la cámara por una ranura del cubículo.

El yacía masturbándose, subía y bajaba su mano por su pene erecto.

A pesar de haber tratado de ser lo más silenciosa posible, ese chico tenía sentidos agudos pues no tardó en percatarse de mi presencia.

—¡¿Quien anda ahí?!—grito.

Mis planes se arruinarían si me alcanzaba a ver, así que salí a toda prisa de ahí, total; ya tenia lo que necesitaba.

Sasuke

Empecé a subirme el pantalón a prisa, para salir a ver quien estaba ahí. Pero ya era tarde, quien quiera que hubiera estado ahí ya no se encontraba.

Aún tratando de analizar mi situación, una notificación vibro en mi celular. Lo saque para revisar de quien era el mensaje, y al leer la nota sentí mi cuerpo flaquear.

Desconocido:
Deberías tener cuidado con lo qué haces en público.

Además de aquel escrito, también venía un vídeo y al abrirlo, no podía creerlo. ¡Me había grabado masturbándome!

Otra notificación resonó, y si pensaba que esto no se podía poner peor estaba completamente equivocado.

Desconocido:
Si no quieres que esto se publique, te espero a la salida en el almacén del instituto.
Ven solo.

Sasuke:

no lo publiques, ahí estaré.

Me sentía frustrado y no podía evitar que la culpa se abalanzara sobre mi, pues si no hubiera roto una regla, no habría tenido que pasar por esto.

«Calma Sasuke no sirve de nada lamentarse» trate de darme ánimos y prepararme para lo peor.

Las horas pasaron sin que yo saliera del baño, y para evitar preocupaciones, le había mandado un mensaje a karin diciéndole que me había retirado antes.

Ahora solo me quedaba dirigirme al almacén. Debido al cambio de horario, ya estaba oscuro afuera, a pesar de ser alrededor de las cinco.

Ya que el almacén estaba en el patio trasero, no había nadie por ahí.

mientras mas me acercaba a este, mas nervioso me ponía. ¡¿y si era un maldito pervertido el que me grabo?!

Ya estaba en la entrada del almacén, pero antes de dar un paso para entrar, sentí como era empujado dentro de este, caí en seco y antes de poder levantarme, escuche como cerraban las puertas del mismo.

de un momento a otro todo se encontraba oscuro, ya que al cerrar las puertas no había fuente de luz. Sentía que el aire me faltaba, pues desde que tengo memoria me dan miedo los espacios cerrados y mas aun oscuros. 

—¡Déjenme salir!— gritaba mientras con mis manos golpeaba abruptamente la puerta. 

Pero todo fue en vano, no hubo respuesta. 

SENSEI | NARUSASUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora