10.

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sensei había terminado de preparar la cena—una muy sencilla—y ambos estábamos sentados en la barra comiendo esta.

Pero se sentía un poco peculiar, pues aquellas luces de la barra iluminando de forma tenue, al ser dos personas y de noche, esto parecía... una velada.

«¡¿dios Sasuke en que carajos piensas?!»

al parecer sensei se dio cuenta que estaban ensimismado en mis pensamientos, pues no tardo en hablar.

—¿sucede algo? estas muy callado.

Me pregunto cómo me estuvo viendo sensei todo este tiempo. —no sé qué impresión tenga de mi sensei, pero no siempre soy alborotado—bufe, fingiendo indignación.

—¿bromeas verdad? —río levemente. —tienes el puesto número uno, como revoltoso de la escuela.

«ni se imagina el porque»

Y claramente seria el secreto que me llevaría a la tumba.

—bueno, parece que ambos ya hemos terminado de comer.

yo solo asentí.

—sígueme Sasuke.

Ambos nos levantamos de la barra y lo seguí a sus espaldas por el largo pasillo de su casa, hasta detenernos frente a una puerta color negro, que se me hacía bastante familiar.

—¿recuerdas la primera vez que viniste aquí y casi abres esta habitación?

—sí, sensei.

—pues bienvenido al cuarto de castigo.

En cuanto abrió la puerta, trague en seco. Era una habitación sin ventanas y, no importaba a donde mirara, había infinidad de instrumentos, juguetes y cosas que jamás había visto.

Una indescriptible emoción y adrenalina se recorría por mi ser, pues lo que se podía hacer aquí no tenía límites.

Continuando con mi observación del cuarto, lo que más resaltaba era la cama en el centro de esta. Pero no parecía ser una cama común, pues sus extremos y en la parte superior colgaba un... ¿mosquetón? 

La verdad no tenía ni idea de cual era su función.

Si por mi fuera, hubiera pasado todo el rato indagando por la habitación, pero las firmes manos de sensei me tomaron del cuello, girando bruscamente mi mirada hacia él.

—no viniste de excursión mocoso, desnúdate.

demando en mi oído, posteriormente soltándome de su agarre.

Me encantaba eso.

Sin darle tantos rodeos, despoje cada prenda de mi dejando mi cuerpo a su merced.

—bien hecho. Ahora, boca abajo sobre la cama.

Un cosquilleo revoloteo en mi abdomen bajo, si esto era lo que pensaba que seria, no podía evitar sentirme ansioso, e incluso un tanto nervioso.

Una vez recostado como indico sensei, dirigí mi vista hacia él.

El abrió un pequeño armario donde se alcanzaban a ver algunos látigos, paletas, mordazas entre otros instrumentos y parecía que elegía uno minuciosamente.


Naruto

Esta sería la primera vez que lo castigaría de esta forma, por lo cual tenía que elegir meticulosamente, pues aún no sé qué tipo de dolor le gusta.

«esta parece estar bien»

decidí optar por un látigo largo con punta de cuero.

Ya con el látigo en mano me acerque a él, su mirada estaba llena de deseo, y aunque quería complacerlo, el día de hoy me encargaría de enseñarle quien manda y que al romper una regla no soy compasivo.

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⏰ Última actualización: Feb 25, 2022 ⏰

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SENSEI | NARUSASUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora