〚Capítulo 6〛

264 50 47
                                    

Minhee quedó helado al oírlo tan serio.

—Yo... Esta es también mi casa —soltó sin pensar, luego se dió cuenta que no debió decir eso, pues Hyeongjun solo se notaba mas enojado.

—No mientas.

—Yo...

Una llamada los interrumpió, Hyeongjun tomó su teléfono de la mesa y contestó.

-Hyeongjun me acabo de enterar que tienes un compañero de casa, al parecer el es dueño de la mitad de la casa, tu mamá dijo que lamentaba no haber podido avisarte.

Hyeongjun abrió la boca con sorpresa, aquel chico era dueño de la mitad de la casa, entonces no mentía cuando le dijo que la casa también era suya.

Minhee sonrió con nervios, al parecer el universo estaba a su favor, podía fingir muy bien.

—Yo también vivo aquí —volvió a repetir.

Hyeongjun asintió soltando su teléfono.

—¿Desde cuándo?

—Desde hace un mes y medio.

—Tú, ¿Por qué entras a mi habitación y duermes conmigo? —preguntó tomando asiento y dispuesto a escuchar todo.

—No puedo dormir sin abrazar algo...

—O sea, ¿yo soy "algo"?

—No, no, la cosa es que un día te escuché decir que querías un abrazo... Como yo no tengo la posibilidad de darte un abrazo de día de noche te los doy.

—Eso suena tonto.

—Pero es la verdad, además es cómodo dormir contigo, eres tan pequeño.

Hyeongjun desvío la mirada sintiéndose sus mejillas colorearse, ese chico era tan directo y sinvergüenza.

—¿No eres un asesino?

—No, jamás haría algo para lastimarte, yo solo quiero ayudarte y estar a tú lado.

—Gracias por ayudarme, ¿Tienes habitación propia?

—Claro que si, es allí... —señaló la cama para perros pero rápidamente desvió su mano a otra habitación que estaba en el segundo piso— en una de esas habitaciones.

—¿Viste a Minhee?

—Soy yo —respondió sin pensar mientras sonreía.

—Hablo de mi perrito, el es blanco como tú cabello, también tiene los ojos negros.

Minhee abultó los labios, Hyeongjun parecía querer más a su versión canina.

—Yo también me llamo Minhee.

El castaño se giró a mirarlo con incredulidad.

—Tienes el cabello blanco y te llamas Minhee, ¿Estás disfrazado de mi mascota?

—Puedo ser tu mascota «aún siendo humano».

—No, eso es raro, ¿Porque serías mi mascota?

—Tú me acogiste.

—Recién te conosco.

El más alto golpeó su frente, si seguía así solo confundiría más a Hyeongjun, mejor debía quedarse callado.

—¿Te acogí? —preguntó levantándose y acercándose a ver el rostro de Minhee.

—Sí —el más alto desvió la mirada—, lo hiciste, eres mi única familia.

—Uhmm, bueno, lo que digas, ahora debo seguir buscando a Minhee, debe de haberse asustado al verte.

—Creo que lo ví en la cocina, bueno adiós, me voy a dormir.

Hyeongjun se dirigió a la cocina pero no había rastro de su mascota allí, al volver se encontró con su mascota en la sala, solo, sin el otro chico llamado Minhee.

—Mini, mini, estás bien —susurró acariciándolo.

«Me gusta ser más humano, a ti te gustan más los perros, pero también te gustan los abrazos, ¿Que se hace?»

—El chico que duerme conmigo es dueño de la mitad de la casa, me enteré, Seongmin llamó para avísame.

«Lamento haberte mentido»

—El es lindo.

«¿Te gusto?, Hyeongjun, dí que si»

—Pero tonto, habla cosas sin sentido.

«No soy tonto»

—Aunque eso no le quita lo bonito.

«Soy un tonto bonito»

—Ya es muy tarde, debería ir a dormir, por si tienes hambre deje un poco de frutas en tu plato.

«No quiero ver ninguna fruta, cayeron muchas de ellas encima de tí»

—Me tiraron fruta podrida... —susurró.

Minhee tenía ganas de llorar, le dolía el corazón tener que ver a Hyeongjun triste y decaído por culpa de esas personas.

—Pero por suerte ese chico apareció, mira, cuando tiraron frutas me quedo un moretón en forma de corazón —mostró su brazo y Minhee se acercó a poner su patita con delicadeza, la piel de Hyeongjun estaba llena de moretones—, estoy bien.

«Deja de decir que estás bien, se que no lo estás, y eso duele aún peor»

—Ve a descansar, mañana será un día mejor.

«Quiero abrazarte»

—Quiero un abrazo —soltó sonriendo aunque tuviera ganas de llorar—, buenas noches Mini, iré a dormir.

Minhee ni bien lo vió irse se transformó en humano.

No sabía si ir y dormir con el, quería hacerlo pero le daba miedo asustarlo.

Jugó con sus dedos esperando tener alguna idea de que es lo que debía de hacer.

Al parecer Hyeongjun ya se había quedado dormido, pues no escuchaba ningún ruido, era su momento, abrió la puerta de Hyeongjun con lentitud y luego se acostó junto a él.

—Hyeongjun bonito —susurró acariciando el rostro dormido de Hyeongjun.

—Así que esperabas que me durmiera y luego te acostabas conmigo —Hyeongjun abrió los ojos y Minhee se quedó en blanco sin saber que decir—, eso es raro, pero lo admito, me gustan tus abrazos —susurró abrazando más a Minhee.

El pelinegro sintió su corazón acelerarse y sonrió, Hyeongjun era demasiado lindo.

Fue allí donde se dió cuenta que apesar de que como canino recibía más atención y afecto por parte de Hyeongjun, como persona podría ser mejor, podría decirle a Hyeongjun lo bonito que era, repetirlo a diario si era necesario, Hyeongjun debía saber que era una persona hermosa, con un enorme corazón.

«¿Puedes permitirme quedarme a tu lado como un humano?, Me gusta ser tu mascota pero no es lo mismo que como persona, como mascota tú debes cuidar de mi, y yo como humano puedo cuidar de ti, me encargaré de que todos tus días mejoren, lo prometo»

Miró a la luna, había escuchado decir que la luna concedía deseos.

«Por favor, déjame ser humano durante el día también, déjame hacer feliz a Hyeongjun, se que nada es gratis y estoy dispuesto a pagar lo que sea con tal de que me dejes estar a su lado» pidió con todas sus fuerzas, si era un humano podría ayudar más a Hyeongjun.

Miró sus manos, solo quería conservar esa forma, ser humano y estar cerca de Hyeongjun.

Puppy hugs (Minisong)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora