¿Reencarne en Harry Potter?

Capítulo 5

Dumbledore y la ¿profecía?

—¿Una profecía?— chilla Mina. Durante el tiempo que he estado aquí, noto que Mina es la más energética y la más dramática.

—¡Shh! No grites —la silencia Maia, pero como siempre, su hermana la ignora.

—¿Entonces cuéntanos qué pasó? —habla Mina.

—Bueno...

[...]

Unas horas antes

—¡Mmmm!— Exclamo al probar el delicioso jugo de fresa.

—Señorita Adele —estoy tan concentrada comiendo que no noto la llegada de Dumbledore, casi escupo el jugo de la boca.

—¡Adelante! Tome asiento —digo mientras agarro un paño y limpio el jugo que cayó en mi vestido.

—Lamento asustarla— dice el viejo mamón, aunque su mirada dice otra cosa.

—No importa. ¿Té de limón? —le ofrezco una taza a Dumbledore, él acepta.

—Entonces...— Vacilo sin saber qué decir.

—Ya sé tu propósito, Adele. Es bueno tener un poco de ayuda —dice con la voz cargada de agradecimiento—. Es mi deber informarte sobre la profecía —continúa Dumbledore.

—¿Profecía? —pregunto, confundida.

—Sí, hace unos meses la escuché de una vieja amiga —responde.

—¿Qué dice la profecía? —pregunto, curiosa.

—La profecía dice:

"La renacida, al mundo mágico vendrá, a todos librará, del mago oscuro que todos creen muerto, nos salvará. Pero no se engañen, para ella no será sencillo derrotarlo."

[...]

Presente

—Y ahí concluyó la conversación sobre la profecía. Después de eso, nos enfocamos en hablar sobre nuestros planes de ahora en adelante. Por supuesto, hablamos un poco sobre nuestros gustos, y le conté una que otra cosa, obvio sin revelar de más —termino de contarles la conversación que tuve hace unas horas con Dumbledore.

—En fin, ¿cómo llegaron ustedes hasta aquí? —pregunto.

—No recordamos nada —responde Mina.

—¿No? ¿Nada? —ellas solo niegan con la cabeza.

Una idea viene a mi de repente.

—¡Bebamos! —exclamo mientras me levanto de un salto.

—No es una buena idea, recuerde señorita que mañana tiene que estar en el tren directo a Hogwarts— informa Maia.

Cierto, lo olvido, pero ¿y qué? ¿Qué es lo peor que puede pasar? ¿Llegar tarde? ¡Pff!

—Entonces... ¿Hay vino o no? —le pregunto a Maia.

—Sí, pero...—

—¡A beber! —celebro a todo pulmón.

Nada malo pasará.