CAPÍTULO 1

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Malika

—Deberías bañarte— Dice mi hermano— Hueles a mierda Malika.

Abro la boca indignada y golpeo su brazo.

—Es mi perfume pelotudo.

—Bueno pues tu perfume huele a mierda— Arruga su nariz— ¿Qué putas te aplicaste?

Se acerca y olisquea mi cuello y cabello, se separa de inmediato y hace el ademan de vomitar.

—Oye no seas idiota— Lo vuelvo a golpear— ¿Tan mal huelo? —Pregunto con duda.

—Hablando en serio si hueles mal— Contesta sincero.

Arrugo mi nariz, trato de levantarme, pero mi nona entra al comedor y me vuelvo a sentar reparando toda la comida que traen sus ayudantes.

Automáticamente frunzo el ceño.

—Tenemos visita o los amigos de Ryan vienen a comer? — Pregunto.

Lucecita voltea y me dedica una sonrisa antes de acercarse y darme un beso la cabeza.

—Hoy tienes reunión con los niños de la fundación de tu madre— Canturrea.

—Claro que no— Frunzo más el ceño— Es el domingo.

—Hoy es domingo Mali— Responde negando con la cabeza y alejándose hacia la entrada donde ingresan todos los aperitivos del día.

Eres una pelotuda.

Me va a llevar la mierda.

—¿Por qué nadie me aviso? — Reclamo indignada poniéndome de pie.

—Porque ya estas grande como para que te anden avisando de tus responsabilidades bruta— Grita Ryan soltando una risita estúpida.

Ruedo los ojos.

Cuando estoy subiendo las escaleras para ir a cambiarme por algo más presentable que una camisa grande que cubre hasta mis muslos Ryan se acerca con una sonrisa de burla.

—Deberías también cambiarte el olor a perro mojado que traes encima— Comenta con seriedad y justo cuando voy a lanzarle mi zapato sale corriendo hacia el jardín.

Creo que si olemos a perro mojado.

Claro que no, déjame pruebo.

—Oye tu— Llamo al chico que acaba de entrar con una bandeja de bocadillos— Huele acá y dime si sientes olor a perro mojado—. Señalo mi cuello y cabello.

El chico me mira con desconcierto y por un momento no sabe qué hacer hasta que acerca su nariz a los lugares que le indique, pero no abre la boca, no dice nada y eso me impacienta.

Tal vez no abre la boca porque eres su jefa y decirle que huele a perro mojado no es una buena idea pelotuda.

Tienes razón.

—Si me dices que huelo a perro mojado, no te diré nada— Aseguro con una sonrisa— Solo necesito saber si mi perfume provoca a eso.

Duda por un segundo, pero al final habla

—Bueno la verdad es que si huele a mierda señorita— Dice rascándose la nuca.

Frunzo mi ceño.

—Oh vamos—Le doy un golpe en el brazo— Vete de aquí.

El chico corre hacia la cocina mientras yo subo a mi habitación para bañarme y votar el maldito perfume, cuando llego veo a Eros sentado en mi cama, pero apenas me ve corre hacia mí y salta ocasionando que caigamos al suelo y el empiece a lamer mi rostro.

Oscura Venganza [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora