CAPÍTULO 19

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Malika

Despierto con un dolor de cuello insoportable, me estiro lentamente mientras trato de ubicarme, unos segundos después observo la cama grande, la habitación con tonalidades neutras y por un instante me descoloco porque no recuerdo haberme pasado de habitación, hasta que me doy dos golpes en la frente para despertarme y recuerdo los sucesos de anoche, el mensaje y la frase. De nuevo mi vista se nubla y abrazo mis rodillas mientras mi cuerpo se sacude en espasmos, me niego a que algo malo le pase, no puede pasarle nada.

Con llorar, no sacas nada.

Deja de hacerte la víctima y haz algo.

Por estúpida te pasa lo que te pasa.

Deja de llorar que estresas.

Sollozo en silencio hasta que papá abre la puerta y se acerca rápidamente a mí, me alza el rostro mirándome fijamente, sus facciones demuestran preocupación e incógnitas.

—¿Reina que tienes? — Pregunta papá haciéndome llorar más fuerte.

—El n-no pue-puede— Tartamudeo.

—¿El quien? —Pregunta con paciencia.

—Ryan papá, el no pue...—No termino la oración porque el llano vuelve rápidamente.

—Bien, duerme otro rato, yo iré a preparar algo para el desayuno— Indica acostándome de nuevo—. Duerme tranquila Mali, las estrellas te cuidan.

Sonrío al escuchar eso y vuelvo a cerrar mis ojos.

Una bodega abandonada.

Sangre.

Un cuerpo.

Más sangre.

Liam, Emma, Kira y Ryan.

Ryan...

Despierto de golpe tocándome el pecho por la adrenalina de la pesadilla, lo tengo lleno de sudor, la cama esta mojada y mi espalda igual. Al principio creo que me orine, pero reviso mis pantalones y no hay rastros de líquido, me toco la frente, pero estoy fría, tanto que no me gusta.

—¡Papá! —Grito con la voz ronca.

Nadie acude y me entran los nervios por quedarme sola en el apartamento, así que grito hasta que un Robert muy asustado entra por la puerta de la habitación.

—¡¿Qué pasa?! —Pregunta acercándose rápidamente— ¿Te duele algo?

—Estoy muy fría papá, creo que estoy viendo borroso— Le dijo en un susurro.

Se termina de acercar y apenas posa su mano en mi frente abre los ojos con sorpresa y procede a buscar una gabardina mientras llama a Lion.

—Mierda, estas hirviendo en fiebre Malika— Exclama—. Llamare a Lion.

Todo me da vueltas mientras me coloco una gabardina negra, me coloco unos tenis blancos y trato de levantarme, pero caigo de culo por el mareo, siento una punzada en el pecho que no me deja respirar, una opresión fatigante que me deje en el suelo sin poder moverme.

—Pa-papá, n-no pue-puedo mover-moverme— Tartamudeo dejando de sentir mis piernas, mis brazos y poco a poco todo el cuerpo.

—Mírame Mali, te voy a bajar— Informa para tomarme en brazos haciendo que suelte un grito de dolor porque no puede moverme y cuando alguien más tiene contacto con mis extremidades arde como el inferno, como si intentaran arrancármelas.

Empiezo a respirar con dificultad mientras papá me lleva al elevador, espera impaciente a que termine de bajar y luego salir corriendo por la recepción en dirección a la camioneta, visualizo un montón de camionetas y de una de ellas sale Axel Mayer con su esposa, ambos con expresiones serias.

Oscura Venganza [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora