CAPITULO V
Cadenas
Empezamos a salir nuevamente, ya somos dos adultos hechos y derechos, es sábado por la noche y la lleve a cenar, en la compañía hemos tenido una semana muy cansada.
Toqué el timbre de su departamento y ahí salió, Alexa Blancherd, en un vestido negro probablemente de cuero que le quedaba muy bien, definía muy bien su cintura y dejaba ver un poco su escote, Dios, que sexy se mira.
Le di un pequeño beso de saludo e inmediatamente nos dirigimos a un restaurante de un amigo mío en el centro de la ciudad.
Llegando al restaurante ordenamos la mesa más silenciosa que este tenía.
Verla sentada frente a mi hace que quiera tenerla en mis brazos nuevamente, como aquellos días de atrás, cuando era mía, ahora lo volvió a ser, nunca deje de amarla, siempre quise estar con ella y hoy por fin se cumplió.
Pedimos un vino tinto su favorito, desde los 19 recuerdo lo mucho que pedía ese vino en las reuniones de la facultad, -Te ves muy hermosa, haces que me enamore más- sonrió y sentí que el lugar oscuro que solo las velas iluminaban se había iluminado con su sonrisa –Gracias- asintió con esos ojitos brillando.
Admito estoy muy enamorado de ella, hace que todo en mi vida este bien y me hace demasiado feliz.
Alexa
Estar con él en el restaurante me hace recordar a una de las citas que tuvimos cuando nos conocimos.
En un café de la ciudad, donde al parecer a la mesera que nos atendió le había gustado y sirvió mi café amargo hasta sin sabor, mientras el de él hasta con un postre que ni siquiera habíamos pedido.
Luego de eso, decidimos que si queríamos algo lo haríamos en casa con mucho amor solo para los dos, así para que nadie nos molestara ni sirviera nada disgustoso para alguno de los dos.
Esta noche el pidió mi vino favorito un vino tinto para especificar el merlot, siempre he sido de vinos, soy muy delicada hasta en como tomo la copa.
Lo noté observándome - ¿Qué piensas? Dije -Es que estas muy hermosa y el tenerte de nuevo conmigo, es un sueño, pensé que te había perdido para siempre- dijo –Mientras yo te ame nunca me perderás, mi corazón siempre está contigo- dije con una sonrisa.
Comimos y pagamos fue una velada que probablemente no olvide en muchos años.
Me dejó en la puerta de mi apartamento, pero no quería que se fuera así que lo tome de la mano y entramos en lo oscuro de mi apartamento.
-Alexa enciende luces- dije mientras mi ayudante tecnológico encendía las luces.
De repente sentí como sus brazos rodean mi cintura y entra en mi cuello, dejando pequeños besos, eso hace que algo en mí se encienda.
Lo admito llevo años sin sexo, probablemente mi virginidad se haya restaurado no lo sé.
Sé que mi apartamento tiene un cuarto que él y yo queríamos, y le dije –Cadenas papi-, no recordaba hace cuanto no le decía a alguien así, sinceramente él fue y es el único al que le he dicho así o señor porque le hacía pensar que tenía el control sobre mí y en realidad lo tenía.
Salió de mi cuello y me dio la vuelta bruscamente y sus labios y los míos se encontraron en un beso apasionado, esa sensación de mariposas en el estómago regresó a mí, respondí el beso inmediatamente con su mano en mi cintura y la otra en mi espalda, sentía que iba a tocar el cielo con un solo beso.
Siempre he sido muy Raquel Mendoza o Claudia Martínez, ahhh y olvide contar que él también tuvo mi virginidad, pero ya que importa.
Ese beso llevo a que mis barreras de la jefa buena y amigable se cayeran llegando a mí lo sumisa y puesta para él.
En el sofá de mi sala, me tiró con tanta pasión y sus ojos destilaban deseo –Te deseo más que antes- dijo –tu vestido ya no es barrera- lo seguí besando mientras bajaba el cierre de mi vestido y yo desabotonaba esa camisa de mangas largas negra, que admito lo hacía ver muy sexy, al parecer aún recuerda lo que me vuelve loca.
Se sentó en el sofá y yo sobre el mientras sentía como se iba poniendo cada vez más duro, tenía sus manos en mis pechos mientras me besaba –tienes que complacer a papi- dijo –para eso estoy me creaste papi- dije y así un pequeño gemido se escapó de mi boca, se paró y quito mi vestido, mientras besaba mi abdomen y dejaba pequeños besos en mis pechos, quitó mi vestido y le quite su camisa casi de arrancada al igual que sus pantalones quedando yo en bragas y el en boxers, mientras besaba mi abdomen lentamente hizo de un lado su mayor obstáculo mis bragas y lentamente sus dedos entraban en mi –estas muy mojada- dijo con una voz muy sexy y solo asentí con la cabeza disfrutando como se sentían sus dedos dentro de mí, los saco y sonrió bajando así sus boxers y diciendo –¿Quieres conejito?- que dijera eso me recordó a la primera vez que lo hicimos, el hizo la misma pregunta y yo dije –Zanahorias para el conejito- sentí como lentamente el entraba en mí, con la misma delicadeza de la primera vez. Golpe tras golpe, y placer que llegaba a mí, mientras lo miraba a él encima de mí, -estoy en la cima del mundo, tú eres mi mundo dijo- Dios acaso este hombre hasta en los momentos de más calor era tan romántico, seguimos mientras nos miramos a los ojos, sale de mí y lo tiro en el sofá, teniendo ahora yo el control, me acomodé y volvió a entrar en mí, que sensación, cuanto placer, gemidos y nuestras respiraciones eran lo único que en mi sala se escuchaban.
El orgasmo venía pronto para mi así que seguí y con tanta pasión llegué y el terminó dentro de mí, caí rendida sobre su pecho y besó mi frente –aún tienes el toque conejito- me reí porque nadie me había llamado así, solo él, todo lo que hacíamos era muy especial.
Me abrazo y así me levante y acomode a su lado, con solo una cobija que nos cubría, reímos un poco y lentamente nos fuimos quedando dormidos.
Y así pasé la noche a su lado.
Nota de la autora:
Mis lechitosconcoa, los amito mucho
Esperaban ese capitulo? Que fuerteeeeeeeeeee
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ESTÁS LEYENDO
Mi distancia con el amor.
RomanceLa historia de como Alexa una joven de 16 años se enamoró de alguien prohibido que luego de años y un reencuentro, reconocen que aún se aman.