te necesito - 𝗰𝗮𝗿𝗿𝗲𝗿𝗮𝗮𝗮

21 - El arreglo.

Llamo por milésima vez a rodrigo pero no me contesta, ¿Tan orgulloso es?.

–Anda a cagar– dejo mi celular en la cama.

Salgo de mi pieza y voy a la cocina, dónde mauro y tiago trataban de hacer una pizza con martin y marianne se cagaba de risa.

–¿En dónde estabas vos?– dice mar mirando.

–Estaba en mi pieza– miro a los chicos.

–Pelotudo, eso no va ahí– le dice mauro a tiago.

–¿En dónde va el aceite entonces?– dice tiago mirando para todos lados.

–¿Se le pone aceite a la mezcla?– digo yo mirándolos.

–Creo que no...– dice martin dudando. –Fuee ponele yogurt– dice poniéndole una gota de yogurt a la mezcla.

–¡Noo!– dicen mauro y tiago.

–No pienso comer– digo yo.

Martin se ríe y siguen haciendo su intento de pizza.

[....]

Terminamos de comer.

La verdad, que para tener una gota de yogurt y una gota de vinagre.. estaba muy buena.

Marianne está con Leonel jugando.

Los demás están boludeando, yo solo los escucho mientras pienso en rodrigo.

Miro mi celular para ver si tenía algún mensaje de él, pero no, ni una llamada.

–¿Estás esperando el mensaje de alguien?– dice mauro mirándome.

–Si..– digo. –Voy a tratar de descansar, chau trolos– digo tratando de disimular mi bajón.

–Leonel tiene sueño, ¿Podés llevarlo a dormir también?– dice marianne.

–Si– miro a leonel. –Vamos leito– lo alzó.

–Dormí bien reina– dice mauro.

Sonrió y voy a mi pieza.

–Acostate– digo bajando a leonel de mis brazos y cierro la puerta.

Él me mira y va corriendo a la cama.

Se tira ahí y se tapa con la sábana.

Apago las luces y dejo solo las luces led prendidas.

Me acuesto al lado de leonel y trato de hacerlo dormir como puedo.

[....]

Semanas después...

Hace varios días no hablo con rodrigo, supuestamente hoy volvía de Bahía.

–Voy a la casa de rodrigo– digo agarrando mi mochila que estaba tirada en el sillón.

–Pero si rodrigo no volvió– dice martin acercándose a mi.

–Por eso, voy a su casa y cuando llegue, no me va a poder evitar– digo. –Tengo que hablar con él–

–Esta bien, avísame cualquier cosa– dice.

–Si, nos vemos– digo agarrando las llaves y salgo del departamento.

Bajo por las escaleras ya que me da paja esperar el ascensor.

Salgo y voy caminando a la casa de rodri, seguro estén sus amigos ahí.

[...]

–¡Esta por llegar rodrigo!– grita morte desesperado. –¡Escondete!–