Quince

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Jisoo se miró en el espejo sobre el lavabo. Su maquillaje estaba impecable, pero todavía no sentía como si tuviera bien.

La noche anterior, se había quedado dormida casi de inmediato, primero mientras esperaba a que Jennie saliera del baño, luego después de que la pesadilla de Jennie la hubiera despertado. En ambas ocasiones, había sido como si su cerebro exhausto hubiera puesto los frenos de emergencia antes de que todo lo que sucedió pudiera abrumarla y mantenerla despierta toda la noche.

Pero ahora todos sus pensamientos habían vuelto, pensamientos de su noche mágica en High Line, que había terminado con Jennie en sus brazos.

Realmente debería centrarse en su entrevista y la reunión posterior, pero no importaba con qué frecuencia intentara guiar sus pensamientos hacia las preguntas de la entrevista y las discusiones de publicación, siempre volvían a ese momento en la pista de patinaje y a la forma en que se había sentido para sostener a una temblorosa Jennie en sus brazos anoche y despertando con Jennie todavía acurrucada contra ella.

¡Enfocate! Contrataste a Jennie para que te ayude a conseguir el acuerdo del libro, no para distraerte.

Un suave golpe en la puerta la hizo estremecerse.

–¿Sí?– Jisoo llamó.

La puerta se abrió una pulgada. –¿Estás decente?

Jisoo echó un vistazo la blusa de seda con cuello redondo y el traje de falda Armani. –Eso espero.

Jennie abrió la puerta más completamente. Su mirada recorrió el cuerpo de Jisoo de una manera que la hizo sentir un hormigueo. –Guau. Te ves genial. Si las ofertas de libros se otorgan en función de la apariencia del autor, tu libro ya estaría impreso.

El cumplido la calentó hasta los pies. –Gracias–. Miró a Jennie, que llevaba una falda marrón chocolate hasta el tobillo y una blusa blanca que enfatizaba sus curvas. –Te ves maravillosa también.

–¿Entonces esto está bien?– Jennie tiró de su parte superior.

Mi prometida » JensooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora