Lo que esconden tus ojos

🌸 Capítulo 21 🌸

Advertencia: Contenido relacionado con la violación.
Si has vivido esta situación o tienes traumas por ello, lee con cuidado. Si crees que no es bueno para ti, no leas el capítulo y pasa al 22.

Harry se quedó a dormir esa noche. No podía creer lo seguro que se sentía en los brazos de Louis, ya tan conocidos que no quería despegarse de ellos. Esa mañana Harry despertó con todos sus rizos pegados a la cara y moviéndose perezosamente, tocó el lado de la cama frío y vacío. Ya eran los rayos fríos de una mañana de noviembre, esa calma de las mañanas donde el tiempo pasa y no te das cuenta. Con un mueca de descontento en su cara, Harry apartó las sábanas blancas y bajó con sólo una camisa grande de Louis las escaleras hacia abajo. Ahí encontró una escena entrañable : Louis pasaba panqueques por la sarten con un mandil de florecitas rosa y el pelo alborotado, bailando con pasitos pequeños al ritmo de una canción de Frank Sinatra. Harry inconscientemente sonrío ante tal escena y decidió robar frambuesas sin ser visto. Sin éxito.

- Me asustaste...Buenos días mi amor, ¿ Has dormido bien ? - Preguntó Louis repartiendo besitos por toda la cara del menor.

- Siempre duermo bien si es contigo. ¿ Me dejarás probar esos panqueques de ahí ? - Preguntó Harry apartando la tapa de la sarten para poder verlos mejor.

- Sólo si me dejas besarte en condiciones. - Dijo Louis acercando la cintura del otro para plantar sus labios de manera suave pero completa.

Entre besos y risas desayunaron en una burbuja ellos dos. Las palabras no hacen falta cuando el amor es más que visible. No se habían pedido ser novios, pero se comportaban como enamorados en una nube de amor. Amor puro, sin restricciones y que fluye de la manera más libre que el conocimiento humano conoce. Se desprende en pequeños detalles y se funde en los besos ahogados en placer.

Harry esa mañana, tras arreglarse con un traje Gucci informal floreado, llamó a Niall para asegurarse de que todo estaba bien. El rubio le tranquilizó y se pavoneó diciendo que el truco de las bolsas de patatas había sido todo un éxito. Tras algunas risas, Niall les facilitó el número de la siguiente persona y la dirección. Les dijo que tal vez no sacarían tanta información y que le había costado mucho más intentar contactar con esta persona. Harry intrigado, preguntó más pero Niall no quiso decir nada más.

Así, Harry y Louis, para pasar más desapercibidos, tomaron un vagón de tren subterráneo que en pocas estaciones estaría en su destino. Harry miraba todo con devoción; desde los carteles luminosos donde se indicaban los minutos que quedaban para la llegada del siguiente tren. También se quedó maravillado con la cantidad de gente que iba absorta en su libro o en su música sin darse cuenta del movimiento continuo que danzaba a su alrededor. Louis sujetaba su mano y miraba la admiración en esos ojos verdes que tanto le volvían loco. Harry era como un niño pequeño que descubría todo por primera vez y veía pocas veces la maldad de la gente. Esto a Louis le preocupaba inconscientemente, pero lo que escucharían esa mañana también les haría cambiar de parecer a ambos. El mal y el bien, tan destacados por ser una lucha continua, es más bien una mezcla donde el bien intenta salir a flote en un mar rodeado de tentaciones para hacer el mal. Aunque claramente, el peor mal es el que se utiliza a conciencia sabiendo de la debilidad del otro.

- Creo que era en esta avenida o en la siguiente, no estoy seguro. - Dijo Harry cuando salían a la calle mirando el papel con las indicaciones. Ya podían observar el bullicio formarse en aquella hora puntual aunque fuera domingo.

- Creo que con esta vez podemos concluir nuestra búsqueda, de alguna forma habremos hallado tres motivos y tres personas con peso de valor para afrontar tu marcha. Si nos ponen pegas, he contactado con un abogado que nos podría ayudar para demandarles y añadir las declaraciones por escrito, ¿ Te parece bien amor ? - Dijo Louis suavizando la voz al final mientras posaba su mano en la espalda baja del rizado.