🌸 Capítulo 20 🌸

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El ambiente en Diamantes sobre la Luz no era lo mejor que digamos. Después del éxito de las entrevistas de Harry y Louis, la jefa del lugar no estaba contenta porque se había sacado mucha información con sólo dos entrevistas y ella pensó que les costaría más que la gente que renunció a su puesto, hablara. Por eso el ambiente era tenso. Harry caminaba entre los pasillos de la primera planta escuchando murmullos sobre lo difícil que estaba salir de aquel lugar o cómo la vigilancia era más fuerte. Y en eso tenían razón; de la noche a la mañana, muchos hombres uniformados se colocaban en lugares concurrentes de gente para asegurarse de que ninguno intentará un paso en falso para escapar.

Harry andaba angustiado de aquí para allá recorriendo la mediana habitación donde se solía reunir con Louis. Ahora no podía ver a Louis y no tenía una pista o algo que fuese el camino para verse. Harry resopló rindiendose; ¿ Dónde podría ver a Louis ? Ansiaba ver a Louis más de lo normal, ya que le habían prohibido todo tipo de comunicación retirando los pagos de ese mes a Louis e impidiendo la entrada a Diamantes en la Luz. Injusto para un Harry que buscaba en su joyero algún tipo de papel donde viniese escrita una ubicación. Fue a los últimos cajones de su cómoda, abrió unas pequeñas compuertas disimuladas en la madera y tampoco hayó nada ahí.

Buscó por último, el último lugar que le quedaba, entre los abrigos de invierno. Cabe destacar que ya era noviembre y el frío arrasaba en su totalidad las calles de un Nueva York donde la luz en la tarde se iba antes. Cerrando el armario, cayeron dos abrigos. Al colocar el último de ellos, uno de color verde pino, se cayó al suelo un pañuelo bordado. Harry frunció el ceño pues le recordaba a algo. Era un pañuelo que Louis le había regalado y tenía sus iniciales bordadas. Lo que le extrañó fue ver unas letras que no había visto antes:

" Si ves esto es porque este lugar es al que acudo siempre que no puedo reunirme con facilidad. Calle Lilithmouth, 38, Lexington Avenue. LT "

Harry casi explota de la emoción, ¡ Ya tenía un lugar donde ir ! ¿ No era genial, maravilloso ? ....Pero espera, y ahora, ¿ Cómo escaparía ? Su cara que denotaba felicidad se esfumó y empezó con su preocupación. La seguridad afuera era muy fuerte y no creía que escapar fuera totalmente fácil. ¿ Qué es lo que haría ? Necesitaba un plan y para ello, una persona más que lo ayudara viendo cosas que él no vería.

¿ Quién se conocía el lugar muy bien ? Sí, exactamente, un rubio que a pesar de su locura y sus comentarios de diva, conocía el lugar como la palma de su mano, ya que prácticamente había crecido allí.

Salió de la habitación para buscar a Niall entre los camerinos y rogaba al cielo porque no estuviera con algún cliente a esas horas. Cuando avanzó entre varios de ellos vió como en el centro, una rubia maquillada contaba una anécdota de un hombre que se quedó atorado mientras comía con tranquilidad una mandarina. Tenía a cinco jóvenes escuchando atentamente y no perdiéndose lujo de detalle sobre aquella rocambolesca anécdota.

- ¡ Niall te necesito ! ¡ Es importante ! - Levantó Harry la voz para atraer la atención del rubio.

- Y cómo decía...Oh Harry, voy, voy, el próximo día les sigo contando, una pena, muy buena historia. Sean buenos, no hagan mucho ruido; si si ya voy, me vas a arrancar el brazo ricitos - Decía Niall a toda velocidad mientras era arrastrado del brazo hacia un lugar menos frecuentado.

- A ver Niall, ya sabes que nos han prohibido vernos a Louis y a mí después de las preguntas que hemos hecho. He encontrado un pañuelo con una ubicación que dejó Louis por si acaso necesitábamos vernos en secreto. Ahora sólo falta que me ayudes a salir. - Dijo Harry a punto de hacer un puchero y como si salir de aquel lugar fuera lo más fácil.

- Está bien, está bien...A ver, se me tiene que ocurrir un lugar que no sea muy frecuentado ahora por ellos o que no sepan de él. Se me ocurren sólo dos. Vamos primero a la habitación de calderas, ahí solía haber una entrada secreta hace unos años, a lo mejor la han cerrado.

Lo que esconden tus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora