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–Se los diré así sin más, total sé que no me creerán a la primera.

Chloe miraba expectante, deseando que sea lo que ella creía que era. Niall por su parte solo esperaba, tranquilo y sin deseos de juzgar por lo que sea que su amigo ocultase. Harry se revolvió incómodo entre las cobijas tratando de hallar un poco de calma, tomándose el tiempo ilimitado que sabía que tenía para prepararse.

–Bien, la verdad es que puedo controlar el tiempo.

Por supuesto, justo como estaba esperando, sus amigos comenzaron a reír. Chloe lo miraba entre risas, sin poder evitar mirarlo juzgando. Harry sabía que no se lo creerían, conocía la lógica realista que tenían ambos frente a esas cosas. Los dos chicos fantasiosos que amaban las películas de superpoderes y cosas sobrenaturales, pero sabían delimitar la clara línea entre la realidad y las películas. Debía implementar otra técnica.

–Lo puedo probar– Susurró avergonzado, mirando hacia otro lado para evitar la mirada.

–A ver, dime el tarot– Esta vez fue Niall el que habló.

Harry rio claramente sarcástico, mientras que pensaba en alguna manera de hacerse valer.

Se le ocurrió una brillante idea para hacerlo, solo tuvo que extender su brazo y retorcer un poco, solo unos segundos, para hablar fuerte y claro.

–A ver, dime el tarot– Harry rodó los ojos, a la par de Niall.

Ambos amigos se miraron con las cejas fruncidas. ¿Lo había realmente hecho? Chloe fue la que tomó la iniciativa de seguir con la conversación.

–Viniendo de Niall, eso es muy predecible.

El rizado rio y repitió la acción. Le costó tres intentos decirlo igual, al mismo tiempo y mismo tono, pero valió la pena cuando vio a la rubia negando sin poder creérselo.

"Eso también fue muy predecible de mi parte."

"Eso fue coincidencia"

"Bueno, puede que te esté empezando a creer un poco"

Era demasiado divertido para Harry el hecho de repetir lo dicho y ver cómo la expresión cambiaba conforme la conversación iba avanzando. La rubia fruncía el ceño sin llegar a creérselo del todo. Niall oía y veía todo con ojos soñadores, se sentía en una película barata de comedia y ciencia ficción.

–Doctor, reformúlemelo– Terminaron ambos por decir hasta finalmente rendirse.

Harry repetía todo, sin importar que la frase no tenga coherencia.

–¡Esto es increíble!– Gritó la rubia mientras que brincaba alegremente sobre el colchón.

–¿Y cómo funciona? ¿Es de nacimiento, por un rayo o una especie de mutación? ¿Puedes llevarnos contigo? ¿es verdad que si cambias una pequeña cosa ya cambia todo? ¿Y qué tal sobre...?

–Niall– Chloe lo cortó, para esperar expectante las respuestas.

–No sé cómo funciona, solamente doy vueltas con mi dedo y ocurre– Comenzó a explicar, imitando la acción a la par de su relato– Con respecto al cómo, la verdad supongo que es de nacimiento. No recuerdo haber tenido algún trágico accidente o algo específico que me haya dado el poder. No, no puedo llevarlos, ya lo he intentado con personas ajenas y no funcionó, solo yo retrocedo. Y no, no es como las películas. He viajado varias veces a la edad media y todavía no veo a nadie con tres ojos.

Ambos amigos se miraban expectantes, con una sonrisa en su rostro que crecía con cada segundo. Chloe seguía en una especie de transe, pensativa. Era increíble, un caso excepcional, ideal para estudiar. Con un poco de observación y pruebas, podrían tener la respuesta al tiempo tan cerca. Sin embargo, esos pensamientos se infiltraron en los recuerdos de películas. Cientos de experimentos en personas, científicos a su lado, todos y cada uno haciendo cosas inhumanas con el objetivo de tener un cambio en la humanidad. La preocupación invadió rápidamente su interior.

–¿Alguien más sabe de esto?

–No, de hecho, son los primeros en hacerlo. Siempre que alguien sospecha algo solo retrocedo y lo arreglo, no hay manera de que alguien esté al tanto.

–Está bien, pero por favor cuídate. No quiero que termines en un laboratorio.

La paz recorrió nuevamente su cuerpo. Varias cosas comenzaban a encajar.

–Así que es por eso que muchas de tus historias no concordaban, hacías la gran Hermione.

Harry no pudo evitar reír.

–De hecho, sí. Hago todo lo que les digo, solo que hago una cosa, retrocedo y hago otra cosa y así. Se podría decir que nunca les mentí, sólo que lo que les digo ocurre en otra línea del tiempo.

Un "ohh" se escapó por sus labios. Demasiadas cosas cobraban sentido ahora.

Y Harry ya se sentía tranquilo. Era bueno liberarse finalmente del peso de ocultar las cosas. Se sentía seguro ahora. De igual manera, sabía que, si algo malo sucedía, era cuestión de retroceder y rehacerlo.

Es cuestión de tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora