CAPITULO 1

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Prov. Minho

¿Desde cuándo no estoy en Corea? ¿Desde cuándo no he venido por estos lados? Se ve tan desconocido y a la vez tan silencioso.

Fue lo que pensé tras bajar del auto con los lentes de sol, cerrando poco a poco aquella puerta. Espero solo que mis padres no se hayan enterado de mi visita a estos barrios.

Aun así, lo único que no ha cambiado, es la sensación que da esta casa. La misma que ante mis ojos hace que mi corazón se sienta cada vez más oprimido. Y sé que no debería pensar en esto pero no puedo evitar recordar los bellos momentos que pasé al lado de Jeongin. 

Los momentos que se acabaron al conocer a Ryujin. Esos momentos en los cuales era muy feliz. Esos momentos en que mi pareja destinada y yo rompimos los lazos al quedar Ryujin embarazada, el momento en que fue dicha nuestra relación ante todos y ante los oídos de ese niño que evitó verme desde ese único momento.

Luego de haber hecho el amor.

Luego de que los últimos recuerdos se fueran con esas pequeñas lágrimas de odio y esa mano pegada a mi mejilla, la cual dejó una huella tan caliente que clavó en mi alma la daga más dolorosa de todas.

Sin embargo, ahora sé que no puedo hacer nada contra eso. Nuestra relación es una cosa del pasado que no tiene tal vez ninguna oportunidad. No después del nacimiento de mi pequeña.

No obstante, hay algo que me mortifica y por lo que estoy aquí. Es eso que debo averiguar, tratar de saber de esos dos niños de quienes hablaron tanto Chan y Hyunjin luego de haberme presentado a sus pequeños diablillos.

Y si fuese verdad que tiene otro alfa...

Si es verdad que me ha olvidado, ¿por qué fue tan fácil dejarme atrás Yang?

Ante ese pensamiento solo negué y reí ligeramente detrás de mis gafas para cerrar completamente el auto con el sonido del botón en la llave en mi mano. 

Soy tan estúpido. 

No tengo nada que hacer aquí, no sé por qué tuve que venir. No entiendo porque tengo tantas ganas y curiosidad de saber de su vida, de ese alfa que está a su lado. Si ya me olvidó es lo mejor, si ya lo hizo, solo debería irme.

Sin embargo, hay algo en mi corazón que me llama a que no lo haga. Tal vez debería regresar con Ryujin y Somi, pero no puedo hacerlo. Necesito quedarme un poco más...

Solo...

Un poco más...

¿Puedo quedarme?

Es lo que me pregunto antes de ver la puerta abrirse estando yo de espaldas contra mi auto rojo.

Es lo que me digo antes de voltear lentamente y sentir que algo cae de la mano de alguien. Ante mis palabras dos voces más se asoman desde la puerta antes de una más aguda pero adulta.

— Abueee, ¿qué shuchede?

— Abuelita, tus postres, ¡Nooooo! Mi pastel de fresas, abueee pelo porqué, yo estar triste- ¡Oh! Un amigo

— ¿Quién es usted?

x: ¿Mamá, qué sucedió? ¿Chicos, qué les dije de hablar-

"con desconocidos..."

— Jeongin...

Dije sin pensarlo dos veces, sacándome cada vez más lento las gafas. Sintiendo como el viento nos envolvía a ambos.

En ese momento mi corazón latió como la primera vez. 

En ese segundo nuestros ojos que se encontraron me hicieron dar cuenta que a veces es mejor saber perder o ganar, para poder cuidar. Sin embargo, existe el orgullo y muchas veces haces que por no perderlo, dañes a alguien más.

— Papi, ¿quién es ese señor?

Esa pequeña voz...

Bajé mis ojos para ver a esos dos niños, uno al lado del otro con chocolate en la boca, tomados de la mano. Entonces sin entenderlo solo me agaché hasta verlos de cerca. 

¿Por qué siento una conexión rara con ambos? Me pregunté hasta sentir mi rostro mojado.

Jeongin: Niños, entren a casa.

Buscando un alfa [MINJEONG] [En Pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora