Buscando un alfa [MINJEONG] [En Pausa]

CAPITULO 5

Maratón 2/4

— ¿Qué es lo que vas a hacer con ellos Innie?

¿Qué debería hacer? Si el solo regreso de Lee Minho era un dolor en el trasero para su vida. Cuando todo estaba yendo tan bien, cuando se había recuperado para salir adelante.

Lee era la mayor decepción en su vida.

Pero ahora, después de todo, estaba seguro de que no volvería a caer en su juego. Lo haría por sus dos hijos y para sacarlos adelante, aunque tal vez hubiese sido como él.

Es por eso que al pensar en ello, solo miró a sus niños en ese momento para besar sus mejillas y palpar el asiento delante suyo para que su hermano se sentara. En ese momento una triste sonrisa se pintó en sus labios.

Jeongbin: Dime

[...]

Prov. Jeongin

¿Qué debería decir?

Si estoy pensando en mil cosas a la vez en este momento, por suerte, ninguna tiene que ver con Lee, sino en su mujer. Conozco cómo es Ryujin y sé muy bien lo que puede llegar a hacer por lograr obtener lo que quiere.

Y pudo obtener a Lee Minho a costa de que lo que estuviese a su alcance, no sé que más podrá hacer cuando se entere de que Minjeong y Jungwon son sus hijos. No quiero pensar en lo loca que se pondrá y que es lo que querrá hacerle a mis hijos.

Es una mujer sin escrúpulos, la conozco. Es una chica que está dispuesta a todo por querer venganza y conseguir lo que quiere a cualquier precio.

— Te quiero pedir una cosa —murmuré con una sonrisa viéndolo. Y es que debía asegurarme de protegerlos— tráeme los documentos que dejé en el despacho de papá

Jeongbin: ¿Para qué quieres eso?

¿Para qué lo quiero?

También me pregunto lo mismo. Sin embargo, no me voy a dar por vencido en este momento. El tiempo sigue y sigue, por lo que también debo hacerlo. Es por eso que al pensar en eso, sé qué debo retomar mis planes de trabajo nuevamente.

Solo necesito una oportunidad para eso.

Y sé quién me lo podrá dar.

Es lo que pienso con una sonrisa, cubriendo aún más con las colchas a mis niños, dejando pequeños besos nuevamente en sus cabezas.

No sabía cuánto perdí todo este tiempo, hasta que he comenzado a vivir. Hasta que los miré por primera vez.

Hasta que pude sentir la misma conexión que tal vez él pudo sentir con ellos. Aunque después de todo, han salido de mí, y nadie puede negar que a pesar de todo, el alma de una madre o un padre siente la necesidad de cubrir a esos pequeños seres con su manto, mirando esa suave sonrisa para toda la vida.