CAPITULO 6

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Maratón 2/4

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Maratón 2/4

- ¿Ya sabes lo que vas a hacer?

- Sabes que sé perfectamente en qué consiste mi trabajo -sonrió aquel hombre totalmente desnudo en la cama de aquella señora, cubierto solamente con las sábanas blancas que cubrían sus partes íntimas- sabes que no haré más que hacer lo que me has pedido, ¿cuándo siquiera te he fallado Ryujin?

Sonrió con malicia, mirando como ésta terminaba de arreglarse frente a su gran tocador, colocando uno a uno, esos aretes de perlas blancas y ese collar fino que le había regalado su esposo en su cumpleaños. Subiendo el cierre detrás de su espalda de ese vestido negro que estuvo puesta en plena noche de gala.

Noche que ya había culminado.

Una noche en la que estuvo celebrando el cierre de un buen contrato con la empresa de modas que dirigiría como inversionista. Mas al haberse enterado de tal atrocidad, Ryujin no hizo más que dar el porte de buena esposa, hasta que las cámaras se apagaron, mandando a su hija a casa con su chófer y su padre, para ella escaparse con su amante a una de las lujosas habitaciones de ese lugar.

Para escaparse con esa persona que ahora caminaba hacia ella con ese cuerpo bien formado hasta tomarla de los hombros, acercándose peligrosamente a sus oídos.

- Cariño, ¿por qué no solo olvidas a ese hombre que llamas esposo? Ya le pediste el divorcio, ¿no? ¿Entonces por qué hacer esto? Dejémoslo irse con ese Omega, mejor déjame ser tu alfa y mostrarte cual es el punto en el que tu voz salga tan sexy como hace algunas horas

La mujer que lo veía a través de ese espejo sólo rió levemente antes de apartarlo de golpe, cambiando su expresión divertida por una fría y sin sentimientos. Después de todo, parecía que se había metido con el hombre más tonto del universo. Sus gustos estaban fallando. Eso era lo que pensaba. Sin embargo, también era el más fiel, para su mala suerte.

Ryujin: ¿Sabes lo que me estás diciendo? -niega con una risa sin gracia, inclinándose a pasar poco a poco el labial rojo por sus labios- tú no sabes lo que busco cariño. No sabes lo que quiero con el trabajo que te he encargado

- ¿Y qué es lo que quieres?

Preguntó con una sonrisa, pasando sus dedos por el cuello de ésta, hasta ayudarla a pararse, pasando sus manos por la cintura de ésta hasta acercarla a su cuerpo de golpe.

- Dime Ryu, ¿qué es lo que buscas? Dime y te lo daré

Ryujin: Quiero que acabes con él -susurró con esa sonrisa divertida, pasando sus dedos por los labios de éste, antes de agacharse a verlo profundamente para luego hacerlo retroceder hasta aventarlo de un golpe en el pecho hacia la cama- hazlo y te daré más que pequeños besos y caricias. Te daré deseo. Solo necesito que-

Sonrió nuevamente, gateando en medio de sus piernas, provocando que paso a paso, éste vaya retrocediendo hacia atrás, comenzando a bajar el cierre de ese vestido nuevamente.

Ryujin: Que hagas de la vida de Lee Minho un maldito desastre y un martirio por destruir la mía, solo debes comenzar por el punto de inicio de lo que te he mandado. No quiero que me falles, ¿si Jaehyun-ssi?

Una sonrisa maliciosa.

Eso era lo último en verse en medio de esa habitación, antes de que las luces se apaguen totalmente, escuchando las risas cómplices de ambas personas, antes de que ese mismo lugar se llenase del peligro que estaría por suceder.

[...]

Somi: Abue, ¿por qué papá no está con nosotros nunca? -preguntó con un puchero tras jugar con sus peluches- mamá tampoco pasa los días con nosotros. ¿por qué no han estado conmigo en estos días? Extraño mucho a apá, extraño a amá, Dori y mis gatitos están triste desde que no están aquí

Abuelo Kim: Cariño -sonrió sobando sus cabellos, viendo la actitud decaída que mostraba su pequeña nieta en aquellos últimos meses.

Esos meses en los que tanto su yerno como su hija parecían excluirse de la vida de ésta. No es como si estuviesen antes de todas formas, ya que cada uno iba a su trabajo y no salían de ahí, sin embargo, habían muchas promesas que aquel hombre le había hecho a su pequeña niña, por lo que no tenía corazón para negar ninguna de ellas o decirle que no vendría otra noche más a casa.

Aún así, sabía que Somi no sería para siempre una niña ingenua y que algún día comprenderá que ese amor no existe. Que hay un vacío en su familia y que siempre lo hubo. Que las promesas de ambos en regresar temprano a casa a jugar con ella eran una mentira más, como esos juguetes que le regalaban para apaciguar su tristeza.

No obstante, ¿qué pasaría cuando conociera la verdad? ¿A quién terminaría por escoger? ¿A una niña que siempre esperó en las noches a su padre y a su madre? ¿O a dos niños de los que jamás se hizo responsable, y ahora quería hacerse pasar por el padre del año? Cuando ni con su propia hija, con la que ha pasado casi cinco años a su lado, ha hecho un buen trabajo.

Abuelo Kim: Papás están trabajando, pero pronto vendrán -susurró tratando de darle seguridad- vendrán y pasarán el dulce cumpleaños de Somi

Somi: ¿Lo crees abue? -sonrió ya un poco más alegre que antes- ¿Crees que papá y mamá recuerden que Somi quería una casita de muñecas y un dron para jugar?

Abuelo Kim: ¿Un dron? -preguntó curioso.

Somi: Mh -asintió y rió colocando una tiara en su cabeza con una sonrisa- para jamás perder a apá de vista. Así Somi estará junto a papá

Pronunció con la mayor sinceridad de todas mientras trataba de ponerse de pie y comenzar a bailar con la música de la Tv, tomando el micrófono de la repisa de su cama. Por parte del mayor, al escucharla, algo se hundió en su corazón. Algo que le dolió al pensar que tal vez esa dulce sonrisa sería cubierta por oscuridad por culpa de su yerno.

Pero no. No iba a permitir eso.

Tenía que hacer algo ahora mismo y tenía una idea de cómo lograr que ese hombre dejara de pensar en estupideces y que siente cabeza de una vez con su verdadera familia.

Buscando un alfa [MINJEONG] [En Pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora