CAPÍTULO 1 - PARTE 2

108 12 0
                                    

Crecer

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Crecer. Adultez.

Una etapa que Lee Minho jamás pensó en llegar a pasar. Para él, su mayor sueño fue ser un verdadero campeón de arquería, viajar por todo el mundo. Tener hijos y sonreír frente a la persona que tanto amaba.

Sin embargo no fue así, y, ¿qué es lo que tiene ahora? No tiene nada, a excepción de su pequeña Somi. Quién a pesar de no ser su hija de sangre, la quiere como una. Y es que a pesar de todas las mentiras de Ryujin, él siempre supo la verdad. Sin embargo, no pudo negarse a la idea de hacerse cargo de esa pequeña niña.

Su solecito.

Su felicidad.

Sin decir a nada a nadie, se enamoró. Se enamoró de una de las mentiras más hermosas de todas. A pesar de no conocer al verdadero padre, ayudó a su peor enemiga a criarla. Y no se arrepiente de hacerlo.

Sin embargo... ¿por qué jamás se enteró de que Jeongin estuvo esperando a sus dos niños? ¿por qué jamás alguien se atrevió a contarle la verdad?

Tuvo que esperar por más de un tres años para conocerlos y ahora se siente mal por ello, porque sabe que podría haber dado lo mismo que dió por Somi, a tanto Minjeong como Jungwon.

Pero ahora que el tiempo ha pasado...

¿Cómo puede hacer para acercarse a ellos, sin perder el cariño de su niña?

¿Cómo? Si la última vez en la que se vieron, no tuvo más que una explosión de sentimientos, más gritos sin sentido, provocando que desde ese momento los gruñidos de esos niños fuesen lo único en oír al tocar la puerta y verlos detenido enfrente de ella, en su forma lobuna, antes de irse a la escuela, dándole un puntapié sin pudor alguno.

Pero definitivamente se lo merecía.

Aún así... necesita pensar en una buena excusa. Y mientras lo hace, también adaptarse a su nuevo entorno.

Prov. Minho

"Diablos, ¿Cómo es que llegué a esto?" -pensé en el segundo en que me removía en mi mismo sitio, girando y golpeando mi lapicero en la mesa, con las miradas de todo sobre mí.

Pero, ¿qué diablos es lo que verían?

¿La desgracia en la que me he convertido al llegar a ser un adulto? Si es así, ¡Pues sí! Tengo dos hijos que parecen no quererme ver ni en pintura y una persona que no he podido olvidar aunque desee. Además de que tengo una demanda por otra pequeña niña hecha por mi aún esposa.

Claro. Mi adultez resultó ser genial y la más maravillosa de todas. Soy feliz.

Es lo que esperé de todas formas.

....

¡Claro que no!

Lo que realmente hubiese esperado, tal vez sería...

Tal vez sería...

- ¿Señor Lee, puede ver estos papeles?

Tal vez sería...

- ¿Señor Lee?

"Vamos a tener un gemelos, ¿no es genial?"

Tal vez sería haber pasado todo este tiempo al lado de ellos.

"Cariño, Jungwon dijo su primera palabra"

Ver su sonrisa y tratar de sonreír con ellos, el abrazarlos y tratarlos como realmente merecían todos esos cinco años. Pero nada está yendo realmente de la forma en la que hubiese soñado, y sólo puedo resignarme a borrar cada momento que no ha sucedido antes, de mi memoria, para ver la realidad.

Y es así que sólo asiento a la persona que tengo enfrente para agarrar los papeles que tengo enfrente y revisar uno a uno para no llegar a firmar alguna hoja negativa y delictiva.

Sin embargo, todo lo que veo en el, es la foto y el expediente de dos personas que puedo reconocer fácilmente, antes de siquiera escuchar la voz chillona de alguien por fuera.

x: Déjenme entrar, ¿no ves que es mi hermano?

No obstante, en este minuto no puedo más que hacer que concentrarme en una foto más en medio de ambas. Esa misma foto que tomo entre mis manos de una forma temblorosa pero segura ante los demás.

- todos estos... -entonces comienzo a hablar- ¿son los papeles sobre el proyecto K'?

Pregunto.

Entonces una respuesta es lo que recibo antes de siquiera ver la puerta abrirse y ante ella la persona que parecía no querer cruzarse otra vez en mi camino, junto a una pequeña niña de sonrisa brillosa.

x: ¡Papá!

Entonces es lo único que escucho antes de sentir que esos pequeños brazos se enrollan en mis piernas, escondiendo de lado su mejilla en una parte de mis rodillas.

Es tan pequeña que a veces olvido lo malos padres que somos para ella.

- No creíste escapar de tu hija, ¿cierto, cariño?

Buscando un alfa [MINJEONG] [En Pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora