Emma
Llegué a mi casa luego del colegio, tengo que aceptar que decirle a Dylan que no me volviera a hablar se sintió bien, me hizo sentir poderosa, pero ahora solo me quiero morir, quiero creer que estoy bien, pero es imposible, sé que me hará falta, él es como una droga y tristemente me volví adicta a él; lo odio, es que ¿Por qué tiene que ser así? es la peor, mejor persona del mundo, ¿Si nunca lo hubiera conocido estaría mejor? quiero saber eso, pero no existe ningún hubiera.
—Ahh— Dije en un suspiro para mi misma —Quisiera poder revertir el tiempo— Soy la persona más patética del mundo, es que ¿Porqué todo tiene que ser tan difícil?—
Bueno, pero si de algo estoy segura es que por algo lo conocí, ahora lo difícil es descubrir el porque, yo soy una fiel creyente de que nada pasa por casualidad y esta no es la excepción.
—¡Emma!— Escuché el grito de mi mamá desde la cocina.
—¡Señora!—
—Te llevo llamando desde hace rato, el almuerzo esta listo—
—Ahh, ok ya voy— Salí de mi cuarto y me dirigí al comedor —Mamá... ¿Qué es el almuerzo?—
—Almuerzo—
—Mamá ya tienes que dejar de responder eso, me estresa—
—¡Ay ya! A ti todo te estresa, mejor llama a tu hermana, que tu papá ya viene por ustedes—
—Primero, no es cierto, a mi no todo me estresa, segundo, sí, ya la llamo y tercero, ¿Mí papá salió?—
—Si se fue a llevar unas cosas a donde tu abuela y cambiando de tema, ¿Por qué no te haz quitado el uniforme? Sabes que la regla es cambiarse apenas lleguen del colegio—
—Ahh ok, salió— Ella asintió —Y no me he cambiado por que estaba organizando unos cuadernos—
—Bueno si, pero ya deja la platica y llama a tu hermana—
—Ajá, ¡Sophia!— La llamé y mi mamá al instante me fulminó.
—Si era para gritarle yo pude haber hecho lo mismo—
—Bien, entonces hazlo tu— Vi como me dio una mirada en forma de advertencia y decidí mejor hacerlo yo —Esta bien, ya voy por ella— Debo admitir que a veces soy un poco grosera con mi madre.
—Y más te vale no volver a contestarme así—
—Si, si—
Me dirigí a la habitación de Sophia y al verla solo me dieron ganas de asustarla, pero antes de hacerlo me recordé a mi misma que mi madre me regaña si lo hago.
—Cuchurruminsita preciosa, de mi vida, de mi corazón, mamá nos está llamando, ya esta listo el almuerzo—
—Okey, manita—
Nos fuimos al comedor y nos sentamos mientras esperábamos la sobremesa.
—Sophia, ¿Por qué te demoraste tanto?— Preguntó mi mamá.
—Lo siento, mami, me estaba quitando el uniforme—
—Ves Emma, apréndele a tu hermana menor—
—Ay si mami, como ella es tan perfecta— Dije haciendo muy obvia mi ironía.
—Emmeline, ¿Puedes dejar tu grosería por una vez en la vida?—
—No, mami, no puedo—
Comenzamos a almorzar en un silencio demasiado incomodo, la tensión se sentía en el aire, sentía que la podía cortar, repito, es cierto que a veces soy muy grosera con mi mamá, pero todas las personas de mi edad o contemporáneas a mi, estamos de acuerdo en que las madres irritan un tanto y la mía no es la excepción, también es verdad que los padres no tienen un manual para ser papás y no son perfectos por lo que también se equivocan mucho pero por que no puede haber igualdad entre hijos y padres y me refiero al trato, ¿Por qué la mayoría de padres exigen respeto sin darlo? o ¿Por qué cuando se equivocan con nosotros no son capaces de decirnos "Lo siento, me equivoque"? en vez de eso debería haber respeto por igual, puede que en una casa sean los padres los que mandan, pero debe haber igualdad, respeto por ambas partes, no solo de hijos a padres o de padres a hijos como también sucede en algunas casas, porque hay que aceptarlo, hay hijos que también se pasan de groseros con los papás y yo no pido eso, solo pido igualdad ¿Es mucho pedir?
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Él y yo
RomanceNo siempre pasa lo que esperamos, muchas veces el tiempo mismo trae decepciones o uno mismo se las busca, sea como sea, es difícil, la vida es difícil.