Amanda
Resoplo contra el teléfono.
Cuento los tonos hasta que han llegado hasta el cinco, y luego una adormilada Luna me responde en voz baja.
— Estoy asumiendo que debe ser una emergencia. —Su voz suena tan asueñada que casi me da pena.
Casi.
— ¡Es una emergencia! —Grito al teléfono.
Escucho como Luna se levanta de la cama y arrastra los pies en el suelo.
Alex le pregunta qué pasa y ella le contesta en voz baja que debe hablar conmigo.
— Ustedes son la pareja más empalagosa que existe en el mundo.
Luna se ríe con suavidad.
— Son las doce de la noche y estaba durmiendo Amanda, así que esto debe ser una emergencia para que me saques del sueño.
— Lo es, lo siento, pero lo es. Es que... ¿tienes una idea de a quien tengo que hacerle la campaña de publicidad para la marca?
— ¿A Duncan?
Estaba preparándome para decirle el nombre pero me quedo callada de golpe.
— ¿Cómo diablos lo sabes?
Luna se ríe suavemente.
— Duncan llamó a Alex un poco más temprano que tú, a decir verdad. Estábamos cenando y llamó. Y dijo varias cosas.
Empiezo a jugar con mis dedos y me muerdo el centro de la mejilla.
— ¿Cosas cómo qué?
— Son informaciones confidenciales. No puedo delatar al mejor amigo de mi novio.
— Yuck, novio. Que raro suena eso.
Luna se ríe.
— Lo sé. Suena raro. Pero prometo que en la práctica no lo es.
No quiero imaginar a qué se refiere con la práctica.
No me puedo imaginar a mi mejor amiga jugando a las casitas con quien era su mejor amigo.
Uso el recurso básico.
— ¡Soy tu mejor amiga! ¡Me debes lealtad! —Dramatizo.
Luna se ríe.
Creo que me gusta más escucharla enamorada. Es feliz.
Me gusta que sea feliz.
— Eres mi prima, Amanda. Y no te diré aunque hagas todo el drama del mundo. Estarás bien y él estará bien. Mientras no intenten sacarse los ojos el uno al otro, todo va a estar bien.
Resoplo.
— No ayudas en absolutamente nada, Luna.
— Mi trabajo no es ayudarte.
Touché.
— Te odio.
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El desastre perfecto
RomanceAmanda Davis y Henry Duncan se odian a muerte desde el altercado en el que se conocieron durante una fiesta de cumpleaños. Han mantenido sus lugares porque pueden evitarse la mayor parte del tiempo, a pesar de sus lazos en común. Entonces pasa: co...