Forget You [Miritama]

Parte 7: Descanso.

Cuando llegó con sus amigos no tuvo más opción que sonreír y acoplarse a la charla. Kirishima le abrazó a tan solo verlo, suspiraba alegremente y agradecía a todos los dioses que conocía porque Amajiki se encontrara sano y salvo.

Una vez tomada distancia con el pelirrojo saludó al que no le hacía falta presentación, su porte masculino y ojos de demonio eran tan fáciles de identificar que le causaba escalofríos, cordialmente levanto su mano y la sacudió brevemente, Bakugo le regresó una mirada seria, que interpretó como saludo, por último, observó a Mirio quien le sonrió.

Por un momento quiso correr a abrazarlo y refugiarse en el chico que le brindaba paz de solo verlo, sin embargo, se contuvo. Repitió la acción de mover su mano a lo lejos para después guardárselas en sus bolsillos con inquietud.

—¿Les parece empezar a caminar antes de que el sol se oculte? —Era Katsuki quien hablaba, con un tono que demandaba, obligó a caminar a los tres por detrás, aunque Tamaki miró a Kirishima correr tras del rubio para alcanzarlo y estar a su lado, el pelirrojo le enterró el codo en las costillas a su compañero de clase, quejándose de que era un mandón, Tamaki juraba que había escuchado un "Sé que te encanta" en respuesta, más no dijo nada y les siguió detrás en silencio.

Su ansiedad desaparecía de a poco entre más tiempo pasaba con los tres chicos, le incomodaba estar con un desconocido, específicamente con alguien como Bakugō, pero le restaba importancia al escuchar molestos comentarios del rubio de ojos azules que se divertía con la actitud de Katsuki y le retaba a ser tan altanero como podía.

Caminaron en dirección a una plaza comercial, donde encontraron algunos locales de helados y dulces típicos, además de un lugar cerca donde había máquinas de juegos y tragamonedas, observó como a su amigo de ojos rojos se le iluminaba el rostro por la idea de pasar el rato matando zombis y comiendo golosinas, no tardó mucho tiempo en desaparecer después de ver un juego con armas, arrastrando a su novio con él, quien presumía tener una excelente puntería y alegando que tendría el mejor score.

Entonces Tamaki con risas tímidas ante la adorable escena que hacía esa pareja, se percató de unos ojos azules que le veían desde ya un rato, su campo de visión se topó con el rubio dueño de estos.

—Pareces un bobo viéndome de esa forma.

Mirio refunfuño y miró en otra dirección buscando una máquina para poder jugar y compartir un rato con el chico de cabello añil.

—Eh, tamalito, ¿Qué te gusta?

Tamaki se quedó estático con la pregunta, no sabía exactamente que contestar. Por un momento pensó en platos de comida, luego en golosinas y por último en su gusto físico por las personas, ¿Qué le gustaba? Sinceramente no lo sabía, la mayoría de sucesos impactantes en su vida lucían borrosos y no podía recordar tener algún gusto personal especifico, no podía dar una respuesta meticulosa porque no lo sabía y le frustraba no conocerse lo suficiente a pesar de que pronto sería mayor de edad y.... en este momento su mente había dejado de trabajar.