Forget You [Miritama]

Parte 4: Plan de Ayuda.

Cuando salió del salón de clases su mente era un caos, "confusión"; era como podía describir a todos los sentimientos que no entendía pero sentía.
Ignorando eso, el receso estaba a punto de acabar y moría de hambre, quería solamente comer un bocadillo para después pensar en toda la información que le habían dado hace tan solo unos minutos. A paso lento pero seguro, regreso a la cafetería, congelándose un momento detrás de la puerta, observando como del otro lado de las pequeñas ventanas que había en ellas se divisaban sus dos mejores amigos.

Tamaki agachaba la cabeza y cerraba sus ojos, se le notaba inquieto y con ganas de irse, mientras Mirio hablaba sobre algo que ella no alcanzaba a escuchar, la tensión se podía sentir incluso hasta donde ella estaba. Se estremeció de solo imaginar que a ella le pasara lo que esos dos estaban viviendo y la nostalgia la abatió.
Una cálida mano se posicionó sobre su hombro, para después acariciar su pelo, ni si quiera tuvo que voltear a ver para darse cuenta quien era, se dejó acariciar y sus ojos azules se llenaron de lágrimas.

—Hey Nejire, todo estará bien, ya verás que se acordarán el uno del otro.

La mencionada sintió un nudo en la garganta, abrazó a su amiga de la cintura, pidiendo ser consolada.

—No entiendo como les sucede esto a ellos, han sufrido tanto para estar juntos...

—Lo sé.

—Y ambos se han vuelto tan fuertes entre ellos.

—Tambien lo sé, hey, no eres la única que ha sido su compañera por tres años. —Dijo Yūyu en tono de broma para quitarle peso a la situación, sin embargo, la otra chica no colaboraba.

—Podria haberme enfrentado contra mil villanos y sentirme lista, pero jamás me habría preparado para esto.

Guardaron silencio unos segundos, mientras Nejire era consolada por su amiga, la chica de pelo azul podría parecer fuerte y vaya que lo era, pero se trataba de sus amigos, los chicos que ella más quería y apreciaba, los cuales eran sensibles y llorones, aunque al mismo tiempo eran los héroes más valientes que ella había llegado a conocer.

Se sentía terrible y con culpa, no solo por la triste situación de la pareja, si no por sentir lastima de ellos, ¿A qué grado creía ella que podían ser débiles? Sí bien, ambos jóvenes habían pasado por momentos aún mas complejos. No podía minimizar todas las luchas diarias que ambos jóvenes llevaban a cabo, mucho menos toda la fuerza de voluntad que tenían ambos.

Tomó los hombros de su amiga y con rapidez y fuerza se separó. Limpió sus lágrimas y talló sus ojos suavemente, quitando los restos de lágrimas.

—¿Sabés? Creo que sí una vez se pudieron enamorar otra vez lo volverán a hacer. Se aman y lo sabes, así que dudo que sea complicado. — Lo dijo con tanta calma y seguridad que Nejire pudo jurar que su amiga también sentía ese amor que emanaban aquellos dos.