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— Entonces vete al carajo -.cerró la puerta en las narices del chico.-
La adolescencia era una etapa difícil para cualquier joven esto le toco vivir a Mitsuya con Luna la hermana menor de el, agradeció que Mana estuviera con sus padres, suspiró frustrado poniendo ambas manos sobre la puerta, por más que le gritaba a la chiquilla para hablar y solucionar el problema ella se negaba entre lagrimas gritándole las cosas mas ofensivas que existían en la época.
El ya cansado se encaminó a su propio estudio, lo único que necesitaba la joven era espacio pensó, se sentó en su escritorio, sacó su libreta y trato de trabajar en sus diseños, le era imposible concentrarse con su hermanita menor en llantos.
— mierda, necesito ayuda femenina -.refunfuño desbloqueando su celular.-
Tecleo a su vecina con la excusa que había recibido una brutal golpiza, estaba desesperado no encontro otra mejor excusa, rezó a todas las deidades existentes que esta le contestara, pero la chica solo le clavo el visto.
— soy un experto en mujeres -.comentó Mitsuya rodando los ojos.-
los minutos pasaban y los humores en aquella casa eran un carrusel entre gritos y llantos, Mitsuya se sentía al borde de la demencia tan solo aclamaba minutos de paz, fue hasta su repisa "especial" en la cocina de donde saco su botella de whisky favorita y le pego el trago mas grande que pudo.
— entonces si estas en problemas -.una voz burlona se escucho a sus espaldas.- disculpa por no llegar antes estaba en el trabajo.
Mitsuya giró encontrandose a su linda vecina, ni siquiera se preguntó cómo había entrado o a qué hora, solo brillaron sus ojos al verla vestida con un corto uniforme del lugar donde trabajaba, limpio los rastos de alcohol de la comisura de sus labios y le miro apenado.
— _____ -.gritó desesperado.- es Luna, no se que le pasa solo me insulta y me grita que odia a los de mi especie no la entiendo.
Ella estallo en risa, de inmediato supo de que se trataba.
— solucionare esto pero me debes la cena -.hablo amenazante.-
El peli morado levanto las manos dandose por vencido sólo quería silencio en esa casa, tomó la botella que antes bebía y se fue a su estudio, no se haría responsable de lo que su hermanita dijera, esperaba le diera un trato peor al que tenía con el.
Para su sorpresa 15 minutos después, risas y palabras cariñosas salían de aquella habitación, el por fin había terminando la prenda en la que trabajaba, y todo estaba en completo orden, estaba relajado sobre su silla, impresionante, la puerta del estudio se abrió estruendosamente y dos chicas cabizbajas entraron.
