Consecuencias [Mpreg]

7

Wen SiZhui

No he pegado el ojo en toda la noche. Alcanzo mi teléfono móvil y observo la hora: siete de la mañana. Los padres de JingYi dijeron que tenemos una actividad por cada día que pasemos aquí por ello creo que es mejor empezar temprano. Giro y veo el rostro de JingYi, profundamente dormido.

—JingYi, despierta —Susurro mientras le doy un suave toque en el hombro. Él se remueve hasta que finalmente abre los ojos, los tiene rojos.

—¿Qué hora es? —Pregunta, pero antes de que pueda responder se pone pálido y sé que ahí vienen las náuseas—. Ay no... —Se levanta y corre al baño.

Frunzo el ceño ¿Es normal que tenga siempre tantas náuseas? Despacio, me levanto y lo sigo. Está inclinado sobre el inodoro, devolviendo el alma.

—¿Estás mejor? —Pregunto, acercándole y dándole pequeños golpes en la espalda como señal de apoyo. Él asiente con un leve movimiento de cabeza.

***

Recojo la lista de actividades. La primera en la lista es una expedición. Sonrío ante la idea de tomar un poco de aire libre. Sin embargo, mientras manejo hasta al lugar donde nos uniremos a alguna otra pareja o grupo de aventureros, JingYi me toma del brazo.

—Detén el auto, por favor

Lo miro, para preguntar para que quiera que me detenga, entonces él se inclina sobre el asiento y... vomita el auto. No puedo evitar hacer una mueca de asco, pero al ver que sigue devolviendo me detengo a un costado de la ruta.

—Perdón, yo... —Está pálido.

—¿JingYi? —Le pregunto. La verdad empiezo a asustarme ¿Tantas náuseas son normales? Lleva sus manos a su rostro, tratando de limpiar las gotas de sudor que lo cubren.

—Descuida, ya me siento mejor. Sólo... —Respira hondo—. ¿Podrías manejar más lento? Creo que la velocidad no es una buena amiga en este momento para mi bebé.

¿Acaba de decir su bebé? No es sólo suyo. Está mal la forma en la que formula la frase.

—Nuestro —lo corrijo. JingYi luce confundido—. A Nuestro bebé parece no gustarle la velocidad, no tuyo, nuestro.

El color rojo se extiende por su rostro, haciéndolo ver tierno e inocente. Después de unos segundos en el que parece reflexionar sobre mis palabras, asiente mientras murmura un bajo "nuestro".

Luego de lo sucedido no tengo más opción que volver a la casa donde nos hospedamos, a una velocidad que no me place pero que a nuestro bebé parece gustarle más. Al llegar, lo primero que hace JingYi es irse al cuarto y tirarse sobre la cama.

—Voy a limpiar el auto.... —Digo sin recibir respuesta alguna. Mi esposo de seguro ya está en su quinto sueño.

***

La hora del almuerzo se acerca. Revuelvo los cajones de todos los muebles que veo en busca de la guía de teléfono y la encuentro. Pienso marcar al primer negocio de comida rápida que encuentre.

—¿Qué haces? —Es JingYi, entrando en la cocina. Las horas de sueño le han hecho bien, pues luce compuesto y saludable.

—Busco un delivery...

Frunce el ceño e inclina su cabeza hacia la derecha. Es gracioso, porque parece un niño enfadado.

— ¿Delivery? Pero la heladera y alacena están llenas de mercadería.