Lan JingYi
Tres semanas han pasado desde que me mudé a casa de mis padres. Mi rutina es la misma día tras de día: despertar a las cinco de la mañana, hora en la que todo buen Lan debe despertar, correr al baño, devolver el poco contenido de mí estómago, fingir una sonrisa y bajar a comer con mi tío abuelo Qiren y mis padres. También fingir que no veo la mirada llena de reproche de mi tío abuelo, fingir que mi padre doncel no gruñe cada vez que me jugar con la comida y no comer, fingir que mi padre Lan XiChen no me mira preocupado ni que veo y escucho sus intentos de hacer ameno el desayuno.
Hoy, por supuesto, no es la excepción a esta rutina. Despierto antes de las cinco y corro al baño. Me inclino de inmediato sobre el inodoro y dejo que mis rodillas peguen contra la dura cerámica del piso. Siento el sabor del jugo de naranja de ayer mesclado con bilis. Mi cuello se humedece en sudor y me afirmo fuerte al escusado y trato de respirar una vez que las náuseas han cesado.
Cuando siento que estoy estable me pongo de pie y me enjuago la boca. Luego, tomo una respiración profunda a la vez que me miro al espejo. Mi aspecto se ha deteriorado demasiado. Estoy delgado y pálido. Mis mejillas se han ahuecado en el centro. Tengo miedo. No soy idiota, sospecho lo que me sucede, pero comprobarlo sería demostrarme lo que internamente me niego a creer.
Siento que las piernas me tiemblan pero debo sacarme esta duda de la cabeza. Hace dos días fui a la farmacia y compré un test, lo tengo guardado en la cajonera a un lado de la cama. Me acerco y lo busco antes de regresar al baño. Programo mi reloj para que suene dentro de cinco minutos y hago lo que tengo hacer.
Mientras transcurren los 5 minutos leo cuidadosamente (una vez más) las instrucciones: Una raya significaba negativo, dos rayas positivo. La alarma de mi reloj empieza a sonar. Es el momento de la verdad. Cierro mis ojos mientras me acerco al aparato, respiro hondo y los abro, lentamente.
—Mierda... —Digo con apenas un hilo de voz.
Salgo del baño. Desesperado busco mi teléfono móvil. Tengo que llamar a alguien y sólo puedo pensar en tío Wei. Es el único que puede comprenderme ahora o al menos escucharme sin hablarme de lo que significa ser un Lan o resaltar mis errores. Marco su número con mis manos temblorosas. Quiero llorar, pensar que esto no es verdad, que yo no estoy...
—Tío —lloro—. ¿Puedo ir a verte? Necesito hablar... Eres el único que puede escucharme ahora —Me encuentro llorando, al borde de la desesperación.
—JingYi, cálmate. Claro que puedes venir. Te estaré esperando.
No lo pienso y tomo un taxi.
***
Una vez que llego a casa de mi tío le cuento lo que está pasando. Desde lo mal que me he estado sintiendo, mis sospechas, y hasta los resultados de hace unos minutos atrás.
—¿Cómo? —Me pregunta con a-Yu en brazos
—Que me dio positivo.
Tío Wei suspira. Su semblante es serio y decidido.
—Tienes que decírselo a SiZhui. Es su bebé después de todo.
No son las palabras que esperaba escuchar exactamente. Lo que yo quiero son frases como "Seguro esa cosa está mal" "Necesitamos una segunda opinión" o algo por el estilo. Además, no quiero tener que decírselo a SiZhui.
—No —niego—. Jin Ling lo perdonó. Le costó volver a ganárselo —Refuto, sabiendo que son solo estúpidas escusas para no tener que enfrentarlo.

ESTÁS LEYENDO
Consecuencias [Mpreg]
Fanfiction*JingYi y ZiZhen* -Duele, todo esto me duele, ZiZhen. - ¿Te duele? ¿Y mi dolor qué JingYi? Lo siento, pero no puedo perdonarte algo así *SiZhui y Jin Ling* -SiZhui, te amo. -Yo también te amo, Jin Ling, pero entiende ¡Por favor! Dos parejas destru...