Coral
Las horas pasaban en el reloj, ese maldito reloj que era lo único que se escuchaba en la sala y me hacía poner nerviosa cada pequeño ruido que hace al moverse en círculos. Ya son más de las tres de la noche, y León ni siquiera me envió un mensaje para decirme donde está, al menos avisarme que paso que no pudo venir aquí.
No sabía qué hacer, no puedo dejar sola a Luz. Tampoco me arriesgare en salir de madrugada junto a ella cuando ni siquiera sé las calles exactamente.
A mi padre no puedo llamarlo porque no quiero preocuparlo, tal vez si se lo cuento se enfadaría demasiado con León, y lo menos que quiero es que los dos discutan por mi culpa. Esto es de los dos, tengo que arreglar esto por mi cuenta.
Me levanto rápidamente cuando oigo la cerradura de la puerta de entrada.
Es León.
Lo escucho suspirar, pero yo estoy parada de pie a unos metros de la puerta con mis brazos cruzados y mirándolo con mi expresión seria. Sus ojos me ven, y sonríe algo preocupado.
— Coral...
— ¿Dónde estabas? ¿Por qué no me llamaste? ¿Por qué no me enviaste un maldito mensaje? ¿Dónde rayos te metiste? — Mis ojos ardían por querer desbordarse en un mar de lágrimas. No era por él, si no, porque me había preocupado demasiado.
Pensé que tal vez le habían robado y se había quedado tirado por alguna calle desconocida que los dos no sabemos; o tal vez que se lastimo en la cafetería y tuvieron que llevarlo de urgencias al hospital. Y estar a estas horas de la madrugada por la calle, no es una muy buena opción.
— ¿Dónde estabas León? ¿Por qué no me avistaste?
— Hey tranquila. — Se acerca a mí. Sus manos sostienen mi mejilla pero yo las aparto rápidamente.
— ¿Estabas con Jessica?
— ¿Qué? — Suelta una risa.
No puedo creer que se esté riendo en mi cara, cuando yo estuve a punto de llamar a la policía.
— En estos momentos no deberías reírte.
Me doy la vuelta dispuesta a irme a la cama.
— De acuerdo, lo siento, lo siento. — Me agarra de la cintura, y me gira para verlo a los ojos. — Lo siento.
— ¿Dónde estabas? — Su mano está en mi barbilla, y suspira.
— Con un amigo de la cafetería, tuve que ayudarlo a ir al hospital, se cortó la mano con una de las cafeteras. Resulta que mi amigo es demasiado torpe, que al bajarlo de la estantería se le cayó y algunos cristales se le inserto en el brazo. — Acaricia mi mejilla. — En el hospital tardaron demasiado en atenderlo, y tuvieron que ponerle algunos pequeños puntos.
— ¿No me estas mintiendo? — Lo miro a los ojos.
— Coral. — Me mira directamente a los ojos. Veo la sinceridad en ellos. — Con Jessica no pasara más nada ¿Es eso lo que te molesta? Ella solamente es... ni siquiera no se acerca a ser una amiga para mí, simplemente es una conocida. Le aclare las cosas, si admito que intento seducirme el primer día que empecé a trabajar. — Muerdo mi labio inferior.
Sabía que Jessica haría cualquier cosa por volver a tener a sus pies a León.
— Le aclaré las cosas, le dije que tengo una hija a quien amo y una mujer que está en mi corazón desde hace mucho tiempo. — Sonrió de lado, y miro al suelo. Pero él alza mi barbilla para no perder el contacto con mis ojos. — Ni menos quiero hacerla sufrir otra vez, no cuando por fin podemos ser felices, jamás voy a desperdiciar esta oportunidad contigo Coral. Si estuve haciendo cosas a escondidas hoy después del accidente, pero por favor, confía en mí.
Había esperado tal vez un poco de tiempo al oír estas palabras de León. Es tan dulce por dentro que le cuesta sacar ese lado tierno, sus palabras me hacen bien al alma.
— Confió en ti. Lo siento, no quería enojarme contigo pero no me habías mandado mensaje y estaba tan preocupada... — Saca su celular de sus bolsillos y me muestra que se ha quedado sin batería.
— Lamento hacerte preocupar, no quería hacer eso.
— Es increíble. — Suelto una risa.
Después de la tormenta por fin puedo ver el sol salir en nuestra propia burbuja.
— ¿El qué? — Pregunta confundido.
— No discutimos, y lo hablamos bien, sin tener que tirarte un palo por la cabeza.
— De eso se trata; estamos creciendo y tenemos que aprender a escuchar, hablar y después analizarlo. — Me da un beso en los labios. — Vamos a descansar. Mañana es sábado así que tengo el día libre.
— ¿De verdad? — Pregunto emocionada.
— Si, en la cafetería definieron mis días en los que no tengo que trabajar y serán los sábado y domingo.
— Si si — Me lanzo a sus brazos.
Acomoda mis piernas en su cintura, y me lleva a la habitación para descansar. Se acuesta a mi lado. Debe estar agotado, y yo haciéndole una escena casi de celos por Jessica; no estaba con ella, no creo que vuelva a querer hacer el mismo León de antes. Confió en él.
Los dos nos quedamos profundamente dormidos.
León
Primer día en la cafetería.
Salí del vestidor ya con mi uniforme puesto. Mi primer día sería emocionante, me preocupaba más la idea de dejarla muchas horas sola a Coral, y sobre todo tendrá que cuidar a Luz por sí sola, me gustaría poder ayudarla pero debo llevar dinero. Espero que pronto Coral tenga la oportunidad de querer hacer lo que le gusta, y yo estaré ahí cuidando de nuestra hija, como ella lo está haciendo ahora mismo.
— Buenos días. — Una chica entra al local. Su voz se me hace conocida, de algún lado la conozco.
Al encontrarme con la chica; ella me mira sorprendida.
— León.
— ¿Jessica?
Esta diferente; tiene una panza un poco grande parece una pelota de básquet, su cabello está un poco más corto.
— ¿Qué haces aquí?
— Estoy estudiando en la universidad de Harvard y conseguí un puesto aquí. — Respondo. — ¿Y tú?
— También estudio en la misma universidad, y mi novio es el encargado de aquí. — Luego suelta una risa. — Que causalidad.
Aunque su expresión de sorprendida cambia a una que ya conozco, es cuando intenta querer seducir a alguien. Se acerca a mí, pero yo me alejo; no quiero tener problemas con mi amigo que es su novio, cosa que no sabía, tampoco es que me gustaría tener algo con Jessica.
— Jessica lo nuestro termino hace bastante tiempo. — Tomo una cierta distancia. — Tengo una hija y estoy con la mujer que siempre ame. Quiero casarme con ella, y vivir toda mi vida con Coral es lo único que quiero, estamos temporalmente viviendo en esta ciudad pero nuestro viaje comenzara cuando me gradué, así que por favor no quiero tener problemas contigo, me alegra de poder reencontrarte y apunto de tener un bebé.
Espero que pueda cambiar cuando tenga ese bebé en sus brazos.
— De acuerdo, lo siento, de verdad me alegro de verte León y felicidades por tu hija, y por Coral.
— Gracias.
Después de ese día, y al siguiente día si hablamos también, como conocidos. Pero después decidimos tener una distancia.
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Relación Abierta [2] [✓]
Teen FictionLa vida de León y Coral empieza con su pequeño fruto.