<<Once y punto>>

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Coral

La mañana siguiente me había despertado con un café y unos tostados de jamón y queso. León esta vez espero a que me despertara y así poder despedirse de mí, hasta Luz había despertado, y él la escucho decir: Papá. Hubiese fotografiado su reacción o hacer un video.

En el almuerzo no había llamado a papá pues me había enviado un mensaje que estaba ocupado con algunas cosas de la librería, ya que es nuevo le exigen un poco más para que pueda adaptarse como se manejan los de su entorno. Espero que lo estén tratando bien, porque no me importaría tomarme el primer vuelo hacía allá y ponerle los puntos a su jefa o jefe.

Suspire admirando la vista de Cambridge. El sol de apoco se va ocultando, pero los colores del cielo es demasiado hermoso. Esos tonos rosas y anaranjados que se mezclan con las nubes. El atardecer es lo más bello que existe en el mundo, deberían ser apreciados y admirados un poco más, es lo único bello que tenemos aparte de esas fábricas que contaminan el aire que respiramos. Luz también se queda admirando la mitad del sol que queda e ilumina la ciudad. Ella sonríe y apoya sus manitos en el cristal.

— ¿Te gusta Luz? — Me pongo a su altura. — Cuando seas más grande podrás admirarlo mejor.

— Pa...

— Tu padre está justo ahí. — Señalo el edificio de la universidad. Sé que no entiende mis palabras, pero me hace sentir menos sola. — Ahora mismo está estudiando para tener un futuro, para él y para las dos.

Me hubiese gustado poder estudiar para azafata. Es que tampoco tengo muchas opciones porque la verdad, no es que me fascine estudiar simplemente me siento atraída por ese puesto de viajar, atender a los pasajeros, sé que las mujeres que trabajan arriba de un avión sus experiencias son positivas. Pero teniendo a Luz en mi vida, todavía eso no será posible.

La cena es tranquila. Luz mira sus dibujos animados hasta terminar su plato de frutas, es raro de una niña que no acepte comida, le había preparado su comida preferida hasta el momento de lo que se: Puré de papás con pollo, pero en vez de eso, prefirió comer las frutas que eran manzanas y un poco de banana.

Después de unas par de horas ya estaba dormida en su cuna. Apague la luz, y deje encendida el velador que no ilumina tanto la habitación, esa iluminación es más opaca.

Ya son más de las diez pasadas, y León no está aquí.

Lo estaba esperando con la cena servida. Seguramente debe estar muriendo de hambre.

¿Dónde se habrá metido? ¿Se habrá ido con Jessica?

Cuando el reloj apunta las once y punto, agarro las llaves del departamento para verificar que la cafetería estuviese abierto. Tal vez todavía hay clientes ahí dentro que esperan a que se vayan para poder cerrar, o quizás le pusieron un turno un poco más tarde. No quiero hacerme la cabeza, pero me es imposible, no pensar en otra cosa sabiendo que Jessica trabaja en el mismo lugar.

Abro la puerta, y salgo rápidamente.

Las luces de la cafetería están apagadas. Decido ir hasta la esquina para ver si no hay alguien dentro del local, pero no, no hay nadie, ni rastros de León, ni de Jessica, ni de un cliente, ni nadie.

¿Dónde rayos se metió?

Vuelvo al departamento.

Agarro mi celular. Ni siquiera me llamo, tampoco tengo un mensaje de él.

Trato de llamarlo una y otra vez, pero no atiende, ninguna de mis llamadas las acepta, simplemente me manda al buzón. 

Relación Abierta [2] [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora