PRIMERA PARTE

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Mira, no tengo ni la menor idea de lo que está pasando, pero de un momento a otro mi vida se convirtió en un caos.

Yo era normal, lo juró.

Hasta ahora, en mis cortos doce años de vida nunca me había pasado nada igual.

Ahora, posiblemente te estés preguntando qué fue lo que sucedió. Bueno, déjame contarte.

Mi clase, como en algunas otras ocasiones, había salido a un pequeño viaje, en esta ocasión estábamos visitando el museo Metropolitano. Todo iba bien, la visita me estaba resultando muy interesante hasta que de pronto algo muy raro sucedió, y en primer lugar debo decir que yo no debí entrar ahí.

Mientras observábamos una de las salas, note como Fabián y Lucia, dos compañeros de mi clase, se desviaron a otra de las salas, pero lo que en realidad me pareció extraño fue ver a Brandon seguirlos y posteriormente a Mia y Dora ir tras ellos.

Ahora sé que no debí ser curiosa, pero quería saber por qué Fabián estaba ahí... y no es que él me importé... Pero la cuestión es que los seguí, y hacerlo fue lo peor que pude hacer, pues de la nada vi como Mía y Dora, las chicas populares del colegio comenzaron a transformarse en algo horrible. Juró que no estoy enloqueciendo, pero sé lo que vi. La piel de sus rostros y brazos se tornó mortalmente pálida, sus ojos se tornaron completamente rojos y sus piernas.

Santo cielo, sus piernas ahora eran una como la de un asno y la otra parecía forjada como de algún metal.

Juró que fue horrible ver como ellas se abalanzaron sobre Fabián y Lucia y como Brandon a pesar de usar muletas intentaba ayudarlos. También sé que meterme en donde no me llaman no fue lo ideal, pero no podía quedarme ahí sin hacer nada, además no tuve muchas opciones, ya que cuando Mia me vio también quiso matarme.

Todo pasó tan rápido. Ellas atacaron, nosotros rompimos algunas cosas mientras nos defendíamos y luego huimos, o por lo menos yo me vi arrastrada en la huida de Fabián, Lucia y Brandon, esté último insistía en que debíamos ir a un tal campamento, no sé qué. Y así es como llegué aquí, a este extraño campamento donde me acaban de decir que los dioses griegos son reales y que soy una semidiosa.

No voy a decir que no estoy asustada, porque estaría mintiendo

—Yo creo que debería irme. Mi mamá debe estar muy preocupada por mí.

—Tranquila Charlotte. —Me dijo Brandon—. Quirón dijo que se contactaría con tu madre y le explicaría que estás aquí.

—Pero yo no quiero estar aquí, no pertenezco a este lugar —murmuré mientras caminábamos hasta la cabaña de Hermes, donde nos habían asignado a los tres nuevos. Lucia y yo aún seguíamos sin ser reconocidas, pero Fabián ya había sido reconocido por Hermes tan pronto llegó.

Brandon me miró y ahora sé que él es un sátiro, cosa que aún me desconcierta.

—Es normal que te sientas así, ningún semidiós se siente completamente adaptado en su primer día. Ya veraz que durante el resto del verano lograras adaptarte.

—Eso espero —dije sin muchas ganas.

•—•—•—•

A la mañana siguiente el día parecía intrigante y la verdada es que yo no sabía qué esperar. Primero desayunamos en el comedor y después Lidia, la capitana de Hermes, nos dijo que fuéramos a la arena a entrenar.

Afortunadamente, Brandon había ido, aunque solo fuera un espectador, pero por lo menos él podría decirme algo para no sentirme tan inadaptada. Al llegar nos fuimos directo a la arena y los chicos comenzaron a tomar armas, pero yo no tenía una.

Hija del Mar (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora