CUARTA PARTE

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Han pasado dos horas desde que Percy y yo descubrimos que soy su hija. Y si he de ser sincera, esto es muy difícil de procesar.

Quizá habría sido más sencillo si lo hubiéramos descubierto antes de toda esta confusión que nos llevó a creer que éramos hermanos. Ahora mi cerebro no puede asimilar que quien yo creía que es mi hermano mayor, es mi padre.

—Mañana que vuelvas a casa me gustaría acompañarte —dice Percy después de un buen rato de silencio.

—¿Para qué?

—Quiero hablar con Annabeth.

—Estás loco, mi madre te odia —dije frunciendo el ceño para segundos después percatarme de que acabo de decirle loco a mí... padre—. Lo siento, pero no creo que sea una buena idea.

Mi madre jamás me hablo mal de él, aunque tampoco es como si lo mencionara mucho, aun así las pocas ocasiones en las que se refirió a él ni siquiera se atrevió a pronunciar su nombre, y el dolor en sus ojos me dijo cuanto resentimiento tenía en su corazón.

—Ya sé que quizá no sea una buena idea, pero necesito hablar con ella y aclararle como pasaron las cosas. Entiendo que Annabeth cree que solo jugué con ella, pero no fue así —Percy se derrumbó sobre la orilla de la cama mientras apretaba los puños—. La guerra... no tuve otra opción... Cuando todo acabo volví por ella, la busqué por casi dos años, pero no pude encontrarla —miró al piso—. Nunca imaginé que Annabeth hubiese quedado embarazada, y no estuve para ella cuando me necesito.

—Tranquilo —dije al ver cuan agobiado parecía—. Lo que paso no fue tu culpa. 

Percy me miró sin decir nada por un par de segundos en los que igual lo observe a él. No me imagino cuando debe acordarse mamá de él cuando me ve, ¿Por qué me tengo que parecer tanto a él?

—Perdóname Charlotte.

—¿Perdonarte? —dije un poco confundida—. No entiendo por qué te disculpas.

—Me disculpo por no haber estado contigo mientras crecías. Tú necesitabas un padre que te protegiera y te amara... y no lo tuviste.

—No sabías que yo existía —dije. Ahora que veo su reacción, estoy segura de que de haberlo sabido no se habría alejado—. No tienes que culparte.

—Aun así, lo hago.

—¿Siempre te culpas por todo? —pregunte, después de este verano note esa tendencia en él. Gracias a los Dioses no había heredado eso de él.

Percy sonrió un poco. Después se acercó y me dio un beso en el cabello.

—Descansa, mañana te llevaré a casa.

A LA MAÑANA SIGUIENTE. 

Oficialmente, estoy muy nerviosa y eso que aún no hemos dejado el campamento.

—Entonces llevarás a Charlotte hasta su casa —repitió Quirón mientras nos despedíamos de él y Grover.

—Lo ves, Percy es un buen hermano mayor —me dijo Grover y fue bastante incómodo tanto para mí como para Percy.

—Sí, sobre eso —él murmuró—. Charlotte no es hija de mi padre.

—¿Cómo qué no? —dijo Quirón sin entender.

—Pero, ¿cómo? Ella huele como un niño del mar igual que tú —exclamo Grover—. Además, tienen las mismas habilidades que tienes, Percy.

Percy me miró y entonces supe que les diría la verdad. En ese momento realmente quise hacerme pequeñísima.

Hija del Mar (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora