Capítulo 8

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Harry

-Oye, ¿Qué tienen pensado hacer para mañana? -preguntó Cameron.

- ¿No iríamos a la fiesta? -lanzo uno de mis amigos como respuesta a la pregunta de Cameron.

-Yo los alcanzare después.

-Harry, se supone que tenemos que ir juntos, ya sabes, disfrutamos más. –ya sabía a qué se refería, Cameron querría tomar desde temprano y emborracharse al máximo, pero yo no tenía pensado ni tomar, solo quedarme un rato y después irme.

-Ya dije mi respuesta.

-Aguafiestas.

Estuvimos hablando sobre qué haríamos en la noche, era la fiesta de una tal Eliza, nos había invitado a nosotros. Y se tomó su tiempo para poder invitarme, porque hasta me dio una tarjeta con su número y dirección de su casa. Que patética si cree que la llamare, no pensaba ni ir a su fiesta, pero Cameron me convenció. Todos estábamos hablando hasta que el rubio comenzó de nuevo con su parloteo.

-Uh, mira quien viene hace a nosotros, la princesa de papi y mami. –mientras se reía, miraba a la chica que se acercaba a nuestra mesa.

Solté un quejido por mi parte, él era un pesado cuando quería serlo.

-Ni se te ocurra hacer una de tus tonterías. –le advertí.

- ¿Con una chica así de linda? No gracias, prefiero hacer mis "tonterías" según tú. –me miraba divertido mientras hacía comillas con sus dedos.

-Hablo enserio.

- ¿Crees que valla a la fiesta? me muero de ganas de besarla. –él estaba loco, si creía que iba a tocarla, no lo haría porque mi puño ya estaría estampado en su cara.

-Pues quédate con las ganas, porque no la harás.

-Es mi problema si quiero hacerlo o no.

-William irá. –él realmente protegía a Madison, así que, no creo que sea tan estúpido de no darse cuenta de sus intenciones de Cameron.

-Me importa un carajo que él valla. –de verdad quería estamparle mi puño en la cara de Cameron, era tan estresante a veces.

-Son mejores amigos, por lo tanto, los dos se protegen entre sí. –dije mientras me cruzaba de brazos.

-Nada impedirá que me acerque a la princesa.

-Ya párale a tu jueguito Cameron, te lo advierto.

Cuando pensé que ya cerraría su maldita boca de una vez, llega Madison y antes que pueda hablar, él rubio me interrumpe.

-Princesa Anderson, ¿Qué la trae por aquí? –es un completo idiota sin duda.

-Me llamo Madison, no soy princesa. –ella le respondió con una cierta furia que pude reconocer con tan solo escucharla.

- ¿Se enojó la princesita? – Cameron tenía un solo propósito con ella y yo sabía cuál era, a decir verdad, no iba a permitir que haga eso con ella. Pero Madison no era tan ingenua.

-Cameron, largo, no la molestes y ustedes también. –hable decidido, le tire una mirada furiosa al rubio, algo tenía planeado.

Él se paró y se puso al frente de Madi, comenzó a acercarse para poder llegar a estar a centímetros del rostro de ella, pero yo fui más rápido que él y tomé del brazo a la chica de estatura baja, para poner a un lado mío.

-Detente. –mire al chico, dándole a entender con la mirada, que no hiciera o tan solo pensara lo que quería hacer con ella.

Finalmente se dio por vencido y se largó con los demás.

El Último AdiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora