Capítulo 6

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Madison

Mi madre no estaba en casa mucho tiempo, siempre salía al igual que mi padre, prácticamente las niñeras me criaron a mí y parte de mi infancia la pasaba en casa de los Hartman.

Will y yo siempre hemos sido muy unidos, recuerdo que sus padres una vez nos hicieron una casa del árbol, en el patio de su casa, nosotros lo ayudamos en las cosas que podíamos y fue un momento tan bonito que nunca olvidare.

Sus padres me trataban como si fuera su otra hija, ellos eran de hacer chistes, tenían bastante humor. Cuando tenía 8 años, ellos solían agarrarme de las manos y balancearme, normalmente lo hacían cuando estábamos en la calle o en el patio. Les agradezco mucho por hacerme sentir bien, me hacían sentir y lo siguen haciendo, que puedo contar siempre con ellos, de hecho, me aconsejan y me llevo súper bien con ellos. Pero a quien de verdad considero como una madre, es mi tía y madrina, Emma.

Ella siempre viene a visitarme cada mes, trata de estar conmigo el tiempo que pueda, su trabajo no la deja tener tanto tiempo de visitarme, pero eso no impide que dejemos de vernos. Ella trabaja en París, es donde vive, pero no siempre se queda ahí ya que tiene que viajar a diferentes países y ciudades, es una diseñadora muy respetada y querida. Diseñadora de moda, de ahí es donde me enamore completamente de su trabajo, me mostraba las pasarelas y como diseñaba, me enviaba 5 atuendos cada mes. Cuando no podía venir, que eran casos muy especiales, porque solo paso dos o tres veces, ella me dijo, no importa cuán lejos este, siempre iré a verte porque eres gran parte de mi corazón, me complementas. Ella sin duda era mi persona favorita, siempre estaba para mí, era como una madre para mí.

Me encontraba caminando por el parque, mientras escuchaba música con mis audífonos. Me gustaba a veces estar sola, pero solo a veces, estaba tan tranquila hasta que siento que gritan mi nombre y cuando volteo, veo a mi tía, no pude evitar no correr y aferrarme a sus brazos, ella tenía unas bolsas, pero las dejo caer cuando fue a abrazarme. De verdad la había extrañado mucho. Nos abrasamos como por más de 2 minutos y estuvimos hablando sobre cómo nos había ido a cada una, pase toda la tarde con ella, fuimos a comer juntas, nos subimos a unos juegos, hicimos compras de ropa, conversamos de todas las cosas que nos habían pasado y finalmente llegamos a casa. Mis padres esperaban en la entrada de la casa a mi tía, ella era hermana de mi madre. Eran totalmente distintas en todos los aspectos, una era muy comprensiva y divertida y otra era muy intensa, amargada, sin humor, mandona y se podrían decir muchas cosas más de mi madre. Ellos no se llevaban del todo bien con Emma, decían que me consentía mucho y me hacía perder el tiempo, porque según ellos ella me lavaba el cerebro cada vez que venía, porque me metía la idea en la cabeza de estudiar lo que quiera y mi tía nunca me obligo a nada, solo me aconsejaba.

-Hola Emma- dice mi madre con una sonrisa que se le podía notar lo falsa que era.

-Buenas noches Emma, ¿cómo has estado? - pregunto mi padre.

-Bien, gracias Thomas- respondió ella con su sonrisa que era hermosa.

-Pasemos por favor- dice mi madre adentrándose a la casa.

Estábamos sentados mi padre, mi madre, mi hermano, mi tía y yo. Mis padres hablaban de cómo le estaba yendo en su negocio a mi tía, por momentos mi hermano también opinaba, pero yo no, no me gustaba hacerlo, no con mis padres, sabiendo de que, si no utilizo una palabra correcta o un tema apropiado, se molestarían conmigo. Siempre nos educaron a mi hermano y a mí.

- ¿Cómo te va en la escuela? - me pregunta mi tía.

-Bien, recién empezamos hace unas dos semanas- le contesto con una sonrisa.

El Último AdiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora