El Arquitecto Del Destino (COMPLETA)

7- Contrato especial

La compañía de Teléfonos acogió con gusto la idea de Dean y en solo dos días ya tenían listo el piloto del anuncio. El equipo de Lisa fue invitado a la playa de California a la convención de nuevas tecnologías en la que se presentaría el nuevo teléfono junto con el anuncio de Dream Company.

Era la noche del viernes antes de volar a California y el equipo estaba celebrando en un pub. Todos parecían tan felices mientras jugaban al billar y comían. Hacían bromas y reían. Incluso Harry no parecía el mismo idiota de siempre.

Pero algo había cambiado con Dean, Castiel se había dado cuenta ... 

Desde que regresaron de la casa de su hermano, Castiel había notado que Dean se le quedaba mirando de vez en cuando.

Un momento…. ¿A caso eso había empezado cuando regresaron de la casa de Sam o ... A partir de que Dean había visto la verdadera forma de Castiel?

Castiel no quería saber. La advertencia de Gabe sobre cómo Dean solo tenía ojos para él estaba dando vueltas en la mente del ángel. Y por una extraña razón, cada vez que Castiel pensaba en ello, el corazón le daba un vuelco en el pecho.

  

Castiel miró a Dean. Estaba sonriendo y riendo. Charlie y Benny disfrutaban de su compañía. Incluso Lisa comenzó a mirarlo de manera diferente, con admiración. Solo unos pocos pasos y Dean iba a ser capaz de ...

Esos ojos verdes le devolvían la mirada ahora, el corazón de Castiel se aceleró y casi le cortó el aliento. Estos extraños sentimientos lo estaban inundando y era todo tan inexplorado, tan nuevo sucediendo por primera vez en sus milenios de existencia. El ángel apartó los ojos de él con un torbellino en la mente.

Definitivamente, algo andaba realmente mal.

Quizás este fue un efecto secundario de haber estado tanto tiempo en la Tierra. Quizás necesitaba otra recarga de su verdadera forma.

Trató de beber un poco de agua cuando Dean apareció detrás de él:

—¿Te sientes mareado?— preguntó, su preocupación era genuina. Castiel frunció el ceño al principio, pero luego se dio cuenta, Dean estaba preguntando porque la última vez había hecho un espectáculo muy lamentable.

El ángel se aclaró la garganta:

—No voy a beber esta vez—  murmuró.

Dean resopló divertido:

—Salgamos un momento, necesito un poco de aire.

Castiel lo siguió con ojos sospechosos. 

La noche era magnífica y el cielo estaba lleno de estrellas. La brisa fresca movió los cabellos de Dean en sincronizada armonía.

sincronizadazadaarmonía.

 —Si estabas buscando un momento íntimo, deberías haberle pedido a Lisa que viniera contigo— Castiel pronunció, cruzando los brazos sobre su pecho. Solo había unos pocos autos en la carretera.

El ángel vio que Dean tenía los ojos cerrados todo el tiempo disfrutando de la brisa, pero de pronto le clavó sus mirada, seguro a consecuencia de el mal humor que Castiel sabía estaba brotando de su propio recipiente.