Podríamos decir que Luan era el más enamoradizo de los cinco, sumándole a ello que había sido el primero en conocer al mayor. Y algo dentro de él decía que no era sólo admiración, si no de ese amor irracional que te hacía cometer tonterías.
Por ello mismo se encontraba ayudando al hombre con la limpieza de los trastes, y sí, sentía asco y sus ganas de comer disminuían al sentir la textura de la comida entre sus dedos, sumado a esto el olor, y... eso le causaba más ganas de vómitar.
— Me sorprende que hayas querido ayudarme, tu madre me había comentado que odias la limpieza. — Aclaró Liam mientras terminaba de limpiar la barra se la cocina. Nicholas rió y Luan lo miró con odio.
—Usted no le haga caso a esa mujer, bello hombre, lo que pasa es que nunca pide ayuda. —Siguió escuchando la tierna risa del mayor. —Ella exige y las cosas no se hacen de tal forma.
—Tampoco es como que te guste ayudar, mentiroso. — Liam volvió a reír y Luan sintió que podía golpear a Nico con el trapo sucio.
—Tú no te metas mocoso apestoso.
—Eso de apestoso es cierto, ¿Por qué no te bañaste en la universidad? — Liam miró curioso a su hijo, el cual se sonrojó y no lo miró.
—¡¿Y qué me vean mis cositas esos viejos chismosos?! —Tocó su pecho fingiendo indignación y después se levantó sin mirar atrás. —Me iré a bañar, pero no quiero que crean que lo hago porque ustedes me dijeron que olía feo, si no porque ya va siendo hora que el agua y yo nos digamos hola.
Liam rodó los ojos, y a Luan poco le importó lo que Nicholas había dicho, pues el escuchar la adorable risa de ese hombre le era tan llamativa y bonita. Más bien, todo lo que tenía que ver con el señor Payne era bonito.
Y él era un idiota enamorado de alguien totalmente inalcanzable.
— ¿Qué tal su día, señor Payne?
— Aburrido, estar solo no me gusta, pero no puedo tener a Nicholas todo el día para mí. — Un puchero se acomodó en sus labios de forma inconsciente, el cual no pasó desapercibido por el menor. Este se acercó y puse su cara sobre la barra para tener mejor vista del rostro de Liam.
— Tal vez a él no, pero cuando quiera yo podría venir y hacerlo reír. — Guiñó uno de sus ojos en su dirección viendo como las mejillas del castaño mayor tomaban color. —Por usted no me importaría perder hasta la clase más importante.
Liam no respondió, cambió a eso llevó su mano a la mejilla del menor y la acarició con cariño.
Tal vez eso fue como una nueva clase de droga a su corazón.
O fueron sus ojos con brillo.
O ese tacto tan simpático y débil.
—¿Alguna vez le dije cuánto me gusta verlo feliz? Porque eso me hace sentir bien. El sólo saber que puedo causar una risa, un sonrojo, un guiño o su carita bonita con confusión, — Suspiró, perdido en esos bellos orbes cafés brillantes. — me hace sentir feliz, completo, por ser yo el causante de todo eso.
Liam parpadeó repetidas veces haciéndose para atrás, sus mejillas parecían fuegos artificiales y su cabeza punzaba. Había sido algo lindo, también algo íntimo, pero había algo en sus palabras que no le gustaba.
— Yo– Lu... —Luan lo interrumpió sin dejar de sonreír, porque no necesitaba de palabras para saber que estaba creando su propio camino hasta el corazón del Señor Payne.
O eso asumía como cada mocoso que iba a la casa.
— Señor Payne, no necesita responder para hacerme saber que mis palabras le hacen bien. — También se alejó sin dejar de sonreír, mientras que regresaba al lavatrastes donde los platos lo seguían esperando. — Tan sólo dígame, ¿Usted es feliz?
— Lo soy, Lu. — Dijo con timidez, al igual que con vergüenza por el repentino cambio. — ¿Tú lo eres?
—Lo soy, mucho más cuando lo tengo a mi lado. — Se sonrojó ante lo que salía de sus propios labios, y agradeció que Liam no pudiese notarlo. — Cuando usted está conmigo no puedo evitar sentirme completo. Aunque no es sólo eso, hay un sentimiento en específico que sobresale de todo esto... ¿Quiere saber cuál es?
Liam negó con rapidez aún sabiendo que Luan no podía verlo. — ¡Tengo que ir a ver a Nico! — Dijo para salir corriendo en dirección a las escaleras.
Luan carcajeo mientras escuchaba los pasos de su mayor a lo lejos. — Usted día con día hace que me enamore un poco más. — Susurró sintiendo la adrenalina correr por su cuerpo al saber que estuvo a nada de hacerle saber con palabras lo que sentía por él, lo que ha sentido durante años.
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gracias por estar aquí, te amo
actualización doble porque ya me dieron las calificaciones y la verdad en estos momentos me siento re orgullosa <3 gracias por su apoyo, buenas noches uwu
