Without You

10° Capítulo

Cuando nos subimos al coche yo todavía estoy en shok. No me puedo creer que haya sido capaz de hacerme eso. No pienso volver ha acercarme a él en mi vida.

-Entonces... ¿Te llevo a casa? -Dice Harry sacándome de mis pensamientos.

-Emm... Si, por favor.

Harry pone música antes de arrancar y cuando arranca, el camino transcurre en silencio. Yo voy dándole vueltas a lo que ha pasado antes, y de repente, no sé porque, me pongo a llorar.

-Tranquila. -Me dice Harry. -No pasa nada, yo estoy aquí, contigo. - Y cuando dice eso me siento muchísimo mejor. Creo que lo dice casi sin darse cuenta, ya que nada más pronunciar la frase, se pone rojo y mira hacia otro lado.

Llegamos a mi casa y veo que todas las luces están apagadas. Genial. No me acordaba de que tenían cena está noche.

-Esto... ¿Pasa algo? -Me pregunta Harry.

-No ¿Por?

-Esque hemos llegado hace 5 minutos y sigues en el coche.

-Ah, bueno, ya. Esque...

-¿Que pasa? ¿No tienes llaves?

-No, esque...

-¿Que?

-Pues que mis padres no están y no quiero estar sola. Me da miedo que vuelva o algo. ¿Podrías... entrar un rato? Hasta que vuelva Niall, no creo que vaya a tardar mucho.

-Claro, vamos. -Dice bajándose del coche.

Entramos en casa y veo que Harry se queda en la puerta.

-Puedes pasar, voy a la cocina a por algo de beber ¿Quieres algo? -Le digo con un tono amable.

-Claro, lo que tengas. Gracias.

-De nada, espérame en el sofá si quieres.

Voy a la cocina y cojo un par de refrescos. Vuelvo a la sala y me lo encuentro sentado en el sofá.

-Aquí tienes. -Le digo dándole su bebida.

-Gracias. -Dice sonriendo.

Me siento en el sofá y empezamos a tomarnos los refrescos cuando decido romper el silencio.

-Gracias. -le digo sonriendo. -De verdad. No sé que habría sido de mí sí no hubieras aparecido...

-De nada. -me dice. - ¿Te ha hecho... algo? -me pregunta nervioso.

-No, pero por lo que se ve, a ti sí. Te está sangrando el labio, creo que te lo ha partido... ¿No te duele?

-No, la verdad es que no. No me había dado cuenta.

-Espera aquí, voy a por el botiquín. -le digo mientras me levanto del sofá y me dirijo al baño para cogerlo.

Cojo el botiquín y vuelvo a la sala, donde me está esperando Harry.

-Perdón, no lo encontraba -. Le digo entrando en la sala.

-Tranquila-. Me dice con una sonrisa.

Me limito a devolverle la sonrisa. Cuando llego al sofá, me pongo de rodillas enfrente a él y abro el botiquín. Cojo el material que necesito y no he empezado a curarle la herida cuando me pregunta:

-¿Eso... Duele mucho? Porque tiene pinta de escocer un huevo.

-No, tranquilo. Creo que un tipo duro como tu podrá soportarlo. -Le digo a tono de burla.

Cojo un cacho de algodón y un poco de agua oxigenada y empiezo a limpiarle la sangre del labio.

-¡Auu!- Grita -Esto escuece de la hostia.

-Que nenaza eres. -Digo riendome -solo es un poco de agua oxigenada, espera a que te eche...

-No, no. Ni hablar. -Me interrumpe -No me vas a echar nada más.

-Pensaba que ya te habías metido en más pelas. -le digo con curiosidad.

-¿Y porque pensabas eso?

-No sé. Tienes punta de tipo duro. El típico tío con el que todo el mundo quiere estar pero nadie quiere meterse.

-Pues no. -Dice orgulloso. -Bueno, si es verdad que todo el mundo quiere estar conmigo y no es por presumir, pero... Soy un tío diez. -Dice con cierto tono de comedia.

No puedo evitarlo y estallo a reír.

-¿Que pasa? -Me pregunta confundido.

-Nada... Simplemente, me sorprende.

-Ah. Y eso... ¿Porqué?

-No sé. No tienes pinta de ser el típico estudiante de Cambridge ¿sabes?

-Lo siento. Se me ha olvidado la sudadera de la universidad en el maletero del coche. -Dice con sarcasmo. Y los dos nos echamos a reír.

Nos quedamos en silencio y yo termino de limpiarle la herida. Se queja un par de veces, pero no chilla cómo la primera. Termino y dejo el botiquín en la mesa de la sala, no me apetece ir ahora hasta el baño. Mañana la recojo.

-Bueno... ¿Que hacemos? ¿Ponemos un rato la tele? -Le digo mientras me siento a su lado en el sofá.

-No. A estas horas no echan nada que merezca la pena ver... Mejor hablamos. -Me dice girandose hacia mi. -Cuéntame algo sobre ti.

-Pues... La verdad es que no hay mucho que contar. -Digo. -Mejor háblame sobre ti, todavía no me has dicho que es lo que te hace un chico diez.

-Bien... -me dice riendo. - ¿Que quieres que te cuente?

-No sé... Hablame de tu infancia.

-Bien. Pues... Nací el 1 de febrero de 1994 y me crié en Holmes Chapel. Cuando tenía 4 años mi padre me enseñó a montar en bici y cuando tenía 5 mis padres se divorciaron. Lo pasé mal, pero mi hermana me ayudó a levantar cabeza. Ah, tengo una hermana; se llama Gemma y es mayor que yo. Luego esta mi madre, Anne. Es la mejor mujer que haya existido jamás, puedes estar segura. Sin ella no sería quien soy ahora. -Dice con orgullo. -Siempre he sacado muy buenas notas, ya sabes, ochos, nueves y dieces. Incluso he sacado alguna matrícula de honor. He trabajado muy duro para poder entrar en Cambrige. Siempre he querido ser abogado, y esa universidad era perfecta para hacer la carrera. Y esa es básicamente la historia de mi vida.

-Ah, -digo. -Cuantos logros. Yo no aprendí a montar en bici hasta los séis. -Me río.

-Bien.- dice.- te toca.

-A ver, nací el 16 de Junio de 1997. Me he criado en Mullingar, siempre he vivido en ésta casa. Mis padres no están divorciados y como te he dicho antes, aprendí a montar en bici a los 6 años; me enseñó Niall. Yo también he sacado siempre buenas notas hasta hace un par de años. La verdad es que he tenido una infancia bastante feliz, pero ahora mi vida se resume en fiestas, borracheras y resacas.-digo con un suspiro.

-Vaya. -Dice. -Que vida tan intensa.- Dice con sarcasmo y sacando la lengua en un intento de hacerme reír. Cosa que consigue.

-Sabes, al final no vas a ser tan desagradable cómo yo pensaba.- le digo todavía riendo.

-Gracias, me alagas.-dice Harry. Y los dos estallamos a carcajadas.

Nos reímos como 5 minutos sin parar hasta que paramos, y nuestras miradas se cruzan. Nos empezamos a acercar, nuestras caras están a centímetros y antes de darme cuenta, mis labios están besando los suyos. Es un beso lento pero apasionado y tierno a la vez.