Un recuerdo

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No soy bueno como parezco.

Nadie lo es.

Todo el mundo guarda algún secreto que lo atormenta. (Benito Taibo)

Sonabas las alarmas de los estudiantes indicando que tenían que despertar algunos con pesadez obedecieron a la orden de sus despertadores más al ver como el sol entreva amenazando con radiar con fuerza inundando con su calor las habitaciones.

Azael miro el techo con algo de aburrimiento mientras se levantaba con pocos ánimos de ir a estudiar con cuidado se terminó de cambiar para salir en busca de Tokoyami quien parecía ignorar completamente la hora que tenía clases. Cuando llego a su habitación toco con discreción de no asustarlo, pero al no obtener respuesta supuso que seguía durmiendo, logrando que entre sin prisa a verlo.

-Tokoyami-murmuro bajo sin levantar su tono de voz buscando con la mirada lo encontró descansado sobre su cama abrazando sus cobijas- jeje-rio suave mientras se acercaba presto atención a su alrededor una mezcla de sombra y luz inundaba su cuarto dando un aspecto mañanero por lo que desvió la mirada sonrojada al ver como Tokoyami se acomodaba para seguir durmiendo por lo que agito su cabeza ante ese intrusivo pensamiento que amenazaba con observar su cuerpo.

Con la realidad más clara se acercó sentándose en la orilla-Tienes que despertar-hablo con tranquilidad acariciando sus plumas dando suaves caricias sobre ellas que parecían ser de su agrado por su ligero movimiento.

Aquellas imágenes borrosas inundan con frecuencia su sueño procediendo a inculcar un fuerte dolor en su pecho tratando de contener las lagrimas que se atreven a salir con forme pasan las horas de su sueño. Las sombras parecían estar carcomiendo cada parte de su alma, pero al ver aquella sombra blanca que inundaba con calidez su mente parecía ser su propio ángel, pero desaparecía al mínimo intento de llamar su atención.

-¿Quién es?

-¿Por qué no puedo recordarlo?

Fue simples preguntas que no sabia que respuesta dar salvo que el llamado de alguien a lo lejos parecía ser su causante de que despertara.

Abrió los parpados totalmente cansados y con pesadez miro algo incomodo por la tenue luz de su habitación, eso se sintió como veya bu murmuro casi confundido para luego cerrar sus ojos volviendo a su cama-Ejem-eso me alerto logrando que alzara la mirada rápidamente ante el intruso en su cuarto.

-Azael-casi se le salió el alma cuando lo vio directamente a los ojos por lo que su rostro inundado de vergüenza se cubrió con las sabanas evitando su contacto visual-¿Qué haces aquí?-hablo mientras escuchaba la risa ajena causando un pequeño puchero de molestia por su burla

Azael: No me estoy burlando de ti así que no te enojes

La respiración se corto segundos para luego parpadear ante la idea de que la sabana no cubría bien su rostro mostrando transparencia, pero mire el color, uno negro por lo que desvió la mirada- Sin duda eres sorprendente-casi hable esperando que digiera algo más

Pude sentir como su mano toco la mía bajando con cautela la sabana que cubría mi rostro-Buenos días pequeño ángel- esa sonrisa hizo que mi corazón latiera más rápido de lo normal ese preciso instante. Sin duda lo hacía sonreír de distintas maneras inesperadas. 

 

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Una rosa negra entre las sombraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora