THE CRY OF PHOENIX

CAPITULO 20: "Un día en la vida de Reynare."

Al entrar en el bar fueron recibidas por una Rossweisse visiblemente molesta mirando al dúo de chicas como una madre molesta. "¿Dónde estaban ustedes dos?" Golpeó el suelo con su pie de forma rítmica.

"Fuimos a dejar a issei en el aeropuerto ¿por qué preguntas?"

"Entonces lady Ravel, puedo suponer que su sirvienta se va a encargar de la tarea que se le encomendó a tu caballero". Pregunto Rossweisse entrecerrando sus ojos a la rubia.

"¿Que tarea?" Reynare miro a Ravel con una ceja levantada.

"Vigilar a Ars Hyoudou procurando que no consiga un arma o si muestras ataques de furia o perdida de sentidos". Ravel cruzo sus brazos y miro a Rossweisse ligeramente molesta por sus palabras. "Soy consiente que su trabajo era vigilar al la torre del clan Gremory pero como su rey puedo hacerme cargo de sus tareas mientras mi caballero está ocupado en sus estudios".

"Ravel-Sama me aré cargo, solo es vigilar lo". Reynare interrumpió con una sonrisa astuta.

"¿Que hay de tus tareas?" Ravel pregunto con sorpresa ante la caída que brindó su ayuda de forma tan desinteresada.

"Ningún problema, Ravel-Sama déjeme este asunto a mi". Reynare dijo actuando de forma pomposa claramente sobre actuando. Ravel solo se sintió mas confusa. '¿Desde cuándo Reynare la llamaba Ravel-sama?'. No comento nada al respecto y en cambio miro a la valkyria con una ceja levantada, claramente preguntando si había algún objeción con el curso de accion. Su firme mirada hizo que el rostro de piedra de Rossweisse mostrara grietas ante el desafío de la joven miembro del clan Phoenix solo para terminar suspirando en aceptación.

"No, supongo que no". Después esas palabras y con un asentimiento, Ravel se marcho, sabiendo al segundo piso directo a su despacho, Reynare siguió su ejemplo y de un salto se lanzó al sofá antes de encender la televisión.

"Pensé que habías dicho que ibas a vigilar a la torre del clan Gremory." Rossweisse se cruzó de brazos mientras miraba a la caída con una mirada aguda.

Tomando el control del televisor, lo apagó antes de enderezarse en su lugar. "Supongo que tienes razón, iré de inmediato, aún que será una lástima". Dejo caer su cabeza desanimada, los ojos de Rossweisse se volvieron rendijas ante la invitación a preguntar. Se planteo sobre si morder el sebo o no, pero después de unos segundos en los que Reynare no planeaba moverse decidió que era mejor no preguntar y en cambio la ignoró y dio media vuelta.

"¡Hey no me vas a preguntar que sería una pena! ¿¡No te interesa!?" Exclamó Reynare a la valkyria que tomo asiento en la barra y se estaba sirviendo un tarro enorme de cerveza.

"No, en verdad estoy bien así". Despidió la valkyria mientras observaba como la blanca espuma se derramaba por el borde del tarro, ver la sudorosa y fría taza hizo que Rossweisse sintiera su garganta seca.

"Si lo quieres hacer así, muy bien". Reynare camino con pasos rápidos y uso un círculo mágico para cubrir el tarro para evitar que la peli plateada pusiera sus labios en el líquido dorado. Rossweisse observo su tarro horrorizada que se volvió a una expresión furiosa, sus ojos se movieron a Reynare.

"¿¡Que significa esto!?" Exclamó como si le estuviera declarando la guerra. Reynare camino detrás de la barra y golpeó sus palmas en la barra con fuerza para atraer la atención de Rossweisse.

"Simple, Ravel está ocupada cumpliendo con el papeleo y tratando de crear conexiones en el inframundo que beneficiarán a Issei, y por eso yo cumplo con estúpidos contratos para sacar algo de ganancia de uno o dos vírgenes por qué sigue siendo necesario, pero cuidar de un mocoso del clan Gremory es algo que no pienso hacer. ¡Si quieres seguir tomando en este bar vas a tu lo vas a vigilar! A cambio dejare que consumas el alcohol que quieras." Rossweisse observo su tarro de cerveza y compartió una mirada con él como si le estuviera dando un consejo. Después de unos segundos considerando las palabras de la caída tarro se movió hacia arriba y abajo como si le estuviera susurrando a Rossweisse que aceptara la propuesta. Al ver esto la expresión ferros de Reynare se volvió una sonrisa que ocultaba cuchillos detrás.