Only for me •YM•

💋 Capítulo 5 💋

Era la primera vez que Yoongi no sentía emoción al entrar a su casa, muy al contrario de eso un sentimiento de angustia se alojó con fuerza en su pecho conforme avanzaba; su corazón lo podía sentir palpitar de forma violenta y de alguna forma aquello no le sorprendía, pues internamente se había preparado mentalmente para todo.

O eso creía; porque a medida que avanzaba podía sentir como la respiración se le estancaba y parecía rehusarse a abandonar sus pulmones.

Suda helado y sus manos tiemblan, se siente patético al no poder controlar las emociones que lo acribillan como dagas afiladas. Su garganta se siente seca pero no han pasado ni cinco minutos desde que tomó agua por última vez, sabe que es por los nervios, los cuales intenta ignorar.

Jamás se ha sentido de esta manera, a él siempre le ha dado igual el lugar donde le piden grabar los videos; incluso han grabado en su propia casa, fue hace cinco o cuatro años, su fama comenzaba a tomar fuerza y no tiene idea a quien se le ocurrió verlo coger en la cocina de su propio hogar, fetiches que jamás entenderá; pero que sin embargo ha cumplido sin ningún problema, por el simple hecho de que le gusta lo que hace, no por nada lleva 10 años haciéndolo.

Pero por primera vez en todos estos años se siente incapaz de cumplir y las razones de ello le provocan una sonrisa quebrada, Jimin se pondrá triste.

Camina de forma lenta por el camino que lo lleva a la sala mientras se deshace perezosamente de la chaqueta de cuero y zapatos dejándolos tirados en el piso y la chaqueta a un lado del enorme sofá, donde soltando un profundo suspiro se sienta tirando su cabeza hacia atrás.

Se mantiene en esa posición, pensando e imaginando la reacción de Jimin; lo conoce muy bien, se sentirá herido y es posible que llore y le grité, se enojara y de nuevo iniciaran con una pelea que los mantendrá alejados por días. No quiere eso, le duele la indiferencia de su pequeño, le duele su sufrimiento y no quiere perderlo.

Jimin se convirtió en la parte fundamental de su vida que no sabía que necesitaba, todo pasó tan rápido; un día lo encontró solo y asustado a la orilla de la calle y al otro lo estaba trayendo a vivir a su casa porque sus padres decidieron darle la espalda al enterarse que era gay.
Un joven solo y deprimido de tan solo 18 años, educado en un ambiente estricto y religioso.

Sin querer vino a cambiar su vida, pero de una forma positiva, quizás puso su mundo de cabeza; pero es algo que no le importa, porque hizo de sus días más alegres.

Escuchó pequeños pasos en su dirección y todo su cuerpo se estremeció al saber de quién se trataba; trago hondo e intentó enderezarse, solo para que sus ojos captaron la entrada de un sonriente y energético pelirosa.

Al notar su presencia el menor corrió en dirección a la sala, sus cortos pues bajaron a una velocidad sorprendente las escaleras solo para ir y recibir a su novio. La sonrisa que pintaba sus bonitos labios era de felicidad auténtica, mientras que el latido de su corazón era igual de rápido que la primera vez que lo vió, porque no importa cuantos años pasen, Jimin seguirá sintiendo como si se tratase de la primera vez.

─ ¡Gigi! ─ inmediatamente abrió sus brazos para lanzarse sobre su novio quien de igual forma lo recibió.

Jimin se subió a su regazo y abrazó su cuello aspirando el delicioso aroma del shampoo que estaba impregnado en su cabello después de aquel baño minutos después de haber grabado uno de sus videos; porque si, después de cada sesión el pálido siempre se daba un baño, eso para sentirse limpio y cómodo consigo mismo.

Abrazo la pequeña cintura del joven con cabellos de algodón, cerró un momento los ojos, deseando quedarse así para siempre.

Pero esa comodidad no le duró mucho, pues después de pocos segundos Jimin rompió aquel cálido abrazó, aún así no se separaron; es más, ahora podía ver con más detalle el rostro juvenil e inocente de su pequeño, sus ojitos negros lo observaban con cariño, sus pequitas parecían constelaciones, esos labios que amaba mantenían una leve sonrisa; algo que lo desarmó por completo, pues sabía perfectamente que esta duraría poco tiempo.