a short penis • bajifuyu

XII

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Chifuyu había estado pensando en los acontecimientos que ocurrieron últimamente en su relación con Kazutora y terminó deduciendo que él era el problema, si no estuviera tan obsesionado con el sexo como lo está, aceptaría a su novio tal y como es, o por lo menos eso quería creer, se imaginaba que si no fuera así todos esos hombres que tienen el pene chico vivirían toda su vida solos. Y eso sí que sería malo y muy triste.

Así que había estado pensando en formas para mejorar su relación, averiguó si había alguna manera de agrandarle el pene pero luego de buscar información, se enteró que no, eso lo indignaba, las mujeres podían agregarse pechos pero los hombre no podían agrandarse el pene. A parte de que tampoco sabía si Kazutora quisiera operarse, suponiendo que existiera tal operación, ¿Y si al chico solo le gustaba tener el pene chico y se reía de él cada vez que no llegaba a satisfacerlo sexualmente? En fin, terminó por reflexionar que para tener una buena vida sexual con su novio de pene chico necesitaban más que uno normal, así que decidió que debían tener juguetes sexuales juntos.

Esos los mantendría complacidos a ambos, porque claro que aunque Chifuyu estuviera feliz con algo más que el pene de su novio, Kazutora iba a querer penetrarlo y él se iba a dejar, ya que iba a estar lo suficiente complacido para ello. Aunque el placer que le proviniera de su novio no iba a ser igual de diminuto que su pene, a comparación de un objeto que comprarían.

—Mi amor...— Habló el rubio mientras se acomodaba mejor en los brazos de su novio, removiéndose un poco en este.

Ellos estaban recostados sobre el sofá viendo una película romántica, la cual, obviamente, había sido elegida por Chifuyu. Se encontraba en los brazos de Kazutora, su espalda estaba apoyada sobre el pecho del tatuado y éste le acariciaba tiernamente el cabello con una de sus manos, mientras que la otra descansaba en el estómago del rubio.

Aunque habían tenido muchas peleas en los últimos tiempos ellos no dejaban de tener estos momentos tiernos de pareja y eso le encantaba al de cabellos rubios.

—¿Si, bebé?— Le preguntó el de mechas, girando la cabeza para prestar atención a su novio en vez de a la tonta historia de amor que transcurría en la televisión.

Chifuyu no estaba avergonzado de lo que iba a decir pero quería aparentar que sí, así que escondió un poco su rostro en el cuello del otro chico, riendo un poco.

—Quiero ir a un sex shop.— Soltó otra risita y normalizo su cuello, girando su cabeza para ver la reacción de su novio y dejando de esconder su rostro.

Kazutora abrió grande los ojos y un poco la boca, el rubio no podía creer que su novio se hubiera sorprendido de algo como eso. Él no lo conocía en lo más mínimo y se suponía que debía hacerlo, era su novio, tenía que saber que el menor tenía una obsesión por el sexo y no que lo detestaba. ¡Por Dios! ¿Quién detesta el sexo? Solo un virgen que no sabe de lo que habla lo podría hacer.

Kazutora cambió su expresión por una más agradable para el menor.

—Claro, podemos ir cuando quieras.— Le contestó sonriendo amplio y volvió rápido su atención a la película.

Chifuyu hizo lo mismo, esperando que esto mejorara la vida sexual de ambos como pareja.

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