a short penis • bajifuyu

XXIII

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Keisuke salió del escondite que había encontrado en la iglesia a paso lento, se escondía ahí para evitar lo que estaba por pasar en el gran salón que había en continuación, la idea no le gustaba para nada, pero tenía que ser un hombre y enfrentarlo. Él había caminado lejos del salón, donde se hacían las misas y demás, con la escusa de que no se sentía bien y era verdad porque el chico del que estaba enamorado se estaba por casar con uno que tiene el pene más chico que haya visto (no es que lo haya visto, sino que lo vio en el celular de Chifuyu en una foto, al parecer le gusta sacarle fotografías a los penes de los chicos con los que duerme y las tiene todas guardadas en una carpeta) y eso no podía sentirse bien.

Había estado solo unos minutos cerca del confesionario porque luego de ese tiempo se sintió tonto como para estar allí más tiempo, él había insultado un poco a Chifuyu mientras estaba lejos,  y ¿cómo no hacerlo? El chico le había dado esperanzas follando con él varias veces, compartiendo besos en secreto y diciéndole cosas como "me gustas mucho", "Cuando estoy contigo me olvido de que el pene de mi novio es realmente chico", e incluso el hijo de puta había dicho en varias ocasiones que lo quería como para dejar a Kazutora y estar con él, pero nada de eso había pasado porque el rubio sentía algo "diferente" por Kazutora y de seguro eso era porque el chico le caía bien o algo así. Porque sí, a todos le caía bien, era muy simpático, divertido y de esas personas que no podías lastimarlas (Baji estaba muy seguro de que era más por esto último que no lo había dejado).

Keisuke pensaba que Chifuyu debería haberlo dejado como amigo y no haber pasado a algo más con él, porque el rubio no estaba enamorado y que creaba todo eso de que no le gustaba que Kazutora tuviese el pene chico como una excusa. Bueno, Kazutora si tenía el pene chico pero eso no debería molestarle tanto si en verdad le gustara y mucho menos enamorado.

Volvió a su lugar, tratando de no llamar la atención de los invitados y sentándose de nuevo en unos de los bancos del final, había entrado sigilosamente para que nadie lo notara mientras lo hacía pero fallando terriblemente en su misión, ya que todos los que se encontraban en la habitación lo miraban con ojos atentos y molestos, parecía como si lo hubieran estado esperando porque cuando se sentó todos giraron hacía la pareja soltando insultos hacía él.

Chifuyu estaba en el centro de la habitación con su traje blanco que contrastaba perfectamente con el negro de Kazutora, un poco más atrás de ellos se encontraba el sacerdote, quien iba a llevar a cabo la boda.

Todo parecía real para Keisuke hasta que apareció Takemichi con las mejillas rosadas, excesivamente maquilladas, y un vestido blanco pequeño que evidentemente le quedaba chico, era obvio que el vestido no era para una mujer adulta, ya que tenía infantiles flores rosas en el frente y era de tamaño pequeño, al menor le llegaba hasta un poco debajo del trasero y dejaba a la vista parte de éste, se podía ver que su culo estaba apretado por ropa interior de niña también. Sus manos eran extremadamente pequeñas (como las de una niña que llevaría el vestido y le quedaría bien) y en éstas llevaba una caja elegante y negra.

—¿No crees que se ve muy sexy?—Escuchó como susurró su mejor amigo Manjiro, quien se encontraba a su lado y él recién se había dado cuenta de ello.

El pelinegro se giró a verlo, con el ceño fruncido y una mueca que mostraba el asco que sentía por la imagen que tenía al frente.—No, es ridículo.

La habitación se quedó en silencio de repente y él no escuchó una respuesta de su amigo, pero lo que si escuchó fue la voz de Chifuyu.

—"Yo Matsuno Chifuyu, te aceptó a ti, Kazutora Hanemiya y prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, y amarte y respetarte todos los días de mi vida, aunque tengas el pene más chico que haya visto".

La voz del rubio se había escuchado fuerte, firme y hasta con sonrisa.

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Keisuke despertó sintiendo varias vibraciones seguidas en su pecho, provocadas por su celular, éstas eran alerta de mensajes nuevos, se había dormido usando su móvil y por eso es que estaba encima suyo. El azabache lo tomó en sus manos, aún aturdido y confundido por el extraño sueño que había tenido. Desbloqueó su móvil para leer los mensajes.

De: Chifuyu

"IDIOTA"

De: Chifuyu

"Te mandaste la foto del pene de Kazutora"

De: Chifuyu

"Dime para que la quieres"

De: Chifuyu

"¿Qué harás con eso?"

De: Chifuyu

"Keisuke"

De: Chifuyu

"¿Por que carajos Kazutora me habla de una cena el viernes en tu casa?"

Baji sonrió como un tonto a la pantalla al ver que decían los mensajes y de quien era, y claro que a la vez rió al pensar en lo que tenía planeado para esa cena, cuando él le había revisado su celular se había dado cuenta que Chifuyu pensaba que el estaba teniendo algo con Takemichi, ya que se lo había dicho en varias ocasiones a Kazutora por mensajes. No era así, él y el rubio habían tenido algo hace mucho tiempo y no había pasado de ser solo sexo, pero él podía utilizar eso en contra de Chifuyu, pensó, mientras que contestaba los mensajes, moviendo rápidamente sus dedos por el teclado táctil.

Para: Chifuyu

"Porque voy a hacer una y lo invité, dah."

De: Chifuyu

"¿Qué mierda tramas?"

Para: Chifuyu

"Nada que no vayas a disfrutar, lo prometo. 😈"

Mandó una última respuesta antes de tirar su teléfono en algún lugar de la cama y levantarse de ésta para dirigirse al baño a tomar una ducha y luego ir a su consultorio a trabajar. Ayer había llegado tarde porque luego de llegar a su casa se había dado cuenta que tenía dibujos de penes por todo el cuerpo, hechos con fibrón permanente y había tardado mucho en quitarse todos los que eran visibles. Chifuyu también debía pagar por eso.

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