a short penis • bajifuyu

XVIII

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Chifuyu había estado evitando a Keisuke en estas dos últimas semanas, después de ese encuentro con sus dos amigos en donde se había enterado que Baji le estaba mandando mensajes calientes a su mejor amigo. ¿Cómo se suponía que él no se iba a enterar? Si ellos hablaban de todo siempre, o quizás el azabache esperaba que él se entere, lo que sería una estupidez. No quería pensar mucho en el tema, por lo que se distraía trabajando y ocupando el tiempo libre en sus amigos, claro que también en su novio, pero no teniendo sexo con él, ni con su pene chico.

Desde lo que paso con Keisuke el pelirubio no podía tocar a su novio en ningún aspecto sexual, se sentía extraño. Y obviamente ésto disgustó más a su novio de lo que lo estaba antes. Así que le exigió que comenzaran la terapia en parejas lo más pronto posible.

El menor, evitando a su psicólogo, había estado faltando a todas sus sesiones en donde les tocaría verse, pero esta tarde le iba a ser imposible hacerlo. Le había pasado el número del azabache a su novio y estos habían arreglado el primer encuentro para una sesión de terapia en parejas, se verían ese mismo día por la tarde.

El rubio estaba rogando que Keisuke no hiciera o dijera una estupidez, aunque estaba seguro que pasaría algo, ya que era probable que el pelinegro estuviese molesto con él por evitarlo.

Kazutora pasó a buscarlo cerca de las 5:30 de la tarde y tenían que estar a las 6:00 en el consultorio de Keisuke. Fueron caminando a paso lento hasta llegar al lugar, conversando a cerca de sus días y de lo que les había pasado en la semana, la clínica donde trabajaba Keisuke quedaba a pocas cuadras del departamento de Chifuyu, por lo que podían caminar a la velocidad que quisieran y llegaban a tiempo igual.

El pelirubio estaba muy nervioso por lo que iba a ocurrir en su primera terapia en pareja, la mayor parte de esos nervios se debían al miedo que tenía de que el azabache dijera algo que no debería, dejando así saber a su novio que sus labios se habían prendido al pene de su psicólogo y que le había costado soltarlo. Él no había podido cortar aquello, el sabor del miembro del mayor era adictivo y pensar en ello ahora mismo le estaba quitando lo nervioso para ponerlo caliente. Chifuyu estaba muy confundido, hace mucho tiempo que no pasaba algo como eso, claro que disfrutaba del buen sexo y hasta le gustaba hacer mamadas pero nada le gustó tanto como chupársela a Keisuke.

Pero él no podía dejarse llevar por su pene, tenía que pensar con la cabeza y seguir sus sentimientos los cuales eran por Kazutora, no por Baji. Por Keisuke solo sentía lujuria, excitación, nada más. Tenía que convencerse de ello, porque no estaba cien por ciento seguro.

Cuando llegaron hablaron con la secretaria antes de entrar al consultorio, Chifuyu se sentía muy incomodó con la mujer frente suyo, ella era la única que sabía lo que había pasado entre él y Keisuke. La secretaria les indicó que pasaran dentro de la habitación que le seguía a esa. Mirándolos de forma extraña. Como juzgándolos. Kazutora pensaba que la mirada se debía a que ellos eran dos hombres y no una pareja heterosexual, y por esa razón se molestó un poco con la mujer, le hablaría sobre esa conducta al psicólogo, de eso estaba seguro. Chifuyu por otra parte, sabía bien a que se debía esa mirada.

Ya dentro del consultorio del azabache. Ellos se acomodaron en los sillones que se encontraban frente al escritorio y atrás de éste estaba Keisuke, sentado con las piernas ligeramente abiertas y con una sonrisa pícara en su rostro.

—¡Hey, Keisuke!— Le saludó Kazutora al pelinegro.—Tu secretaria hace un rato nos miró mal, deberías de decirle que no nos mire de esa forma por ser una pareja homosexual y no heterosexual.— Hizo una mueca con sus labios al terminar de hablar, mostrando su disconformidad con la trabajadora.

—¡Oh! ¿Eso hizo?— Keisuke se mostró graciosamente sorprendido, esta reacción molestó al menor, éste sabía que no iba a decir algo bueno sobre esto.—No creo que haya sido por eso, debe ser por otra cosa.— Sonrió de lado y miró directamente a Chifuyu, el rubio lo miró mal por unos segundo. —Pero de igual forma me disculpo por ella, no volverá a pasar.

Kazutora le sonrió ampliamente, feliz por la respuesta que le dió, aunque sin entender por qué los otros dos se miraban de esa forma.

Keisuke comenzó con la terapia en pareja haciendo preguntas sobre su vida como novios, aunque conociera las respuestas de todas ellas. Eran de las típicas que le haría un desconocido: "¿hace cuánto tiempo están juntos?", "¿Viven juntos?", y más de ese tipo.

Kazutora era el único que contestaba, ya que Chifuyu tenía miedo de que si dijera algo Keisuke se burlara, mandándolos en frente con lo que habían hecho.

Luego el psicólogo, comenzó con otro tipo de preguntas que se referían más a lo sexual y Kazutora aprovechó el momento para comentarle que al menor no le gustaba el sexo y ese era el problema.

Y claro, como Keisuke era Keisuke se tenía que comenzar a reír tanto que pareciera que se le estaba por salir algún órgano en alguna carcajada que soltaba.

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ES UN SORETE ME HACE FELIZ