**Primer libro de la trilogía "Secretos"**
El amor puede presentarse en formas y momentos distintos para cada persona.
A Leydan se le presentó a los trece años, él... Bueno, él la empujó a un charco de lodo.
Y por otro lado, a Katherine se le prese...
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17 de agosto de 2019
Katherine M.
Mucho gusto Katherine, mi nombre es Leydan Winsclerk. Tu padre trabajaba para mi familia, le llegué a tomar mucho aprecio por lo que lamento mucho su desaparición, era una gran persona y me encantaría poder ayudarte, pero me es imposible por el momento. También me apena que nunca nos haya podido presentar, nunca paraba de hablar de ti, incluso creo que te conozco más que a mí mismo. Espero algún día nos podamos conocer correctamente.
Mis mayores condolencias a nombre de mi familia.
Leydan W.
La carta fue escrita un mes después de la desaparición de mi padre, pero no tenía sello ni dirección, esta nunca fue enviada.
La leí una y otra vez en silencio, repasando cada palabra con la vista, estoy segura que Mirella también lo hizo.
Saqué el aire contenido en mis pulmones, ni siquiera me había dado cuenta de que estaba aguantando la respiración, me dejé caer boca arriba sobre el colchón con la carta en el pecho.
—Creo que eso no te ayuda mucho, Katy —murmuró Mirella. Ya no parecía molesta, más bien apenada.
—No me ayuda en nada —arrojé la carta a un costado haciendo que se cayera al suelo y comencé a frotar mis ojos.
Estaba realmente cansada... física y mentalmente.
—Deberías dormir un poco, tienes mucho que contarme después, como la razón de que haya un peluche gigante en tu cama —sonrió y comenzó a arroparme.
Los ojos se me comenzaron a llenar de lágrimas, ya no sabía de qué eran, tal vez tristeza, agotamiento, frustración, soledad, o tal vez era todo junto.
Cerré los ojos, cuanto deseaba haber desaparecido yo en vez de mi padre... en vez de Alan, las lágrimas se me escapaban por la fuerza de mis párpados.
Sentí una manta cubrirme, unas pisadas lentas sonar y seguido de eso, la puerta cerrarse, tomé el peluche gigante y lo abracé derramando gotas sobre él.
Poco a poco todo se oscureció y entre lágrimas logré quedarme dormida.
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